Históricamente, la vida de la mujer en el entorno rural nunca ha sido fácil. Además de trabajar el campo, ocuparse del ganado, debía hacerse cargo de las tareas de la casa y de los hijos. María Torres, que nació en Elbete y vive desde hace varios años en el barrio de Berro junto a su marido y su hijo de 2 años, sabe de eso. Ha tenido que trabajar desde pequeña en casa, ayudando a sus padres, y posteriormente, tras cursar sus estudios, trabajó durante años como administrativa.
De todas maneras, siempre le ha gustado el ganado, y hace 6 años decidió instalarse como ganadera.
Fue una apuesta fuerte, pero consciente. Y con mucho esfuerzo y dedicación, creó su rebaño, trabajando casi de sol a sol, cuidando sus ovejas, pero también de administrativa, en una empresa.
Siendo algo que desde siempre le ha encantado, la dedicación diaria a sus quehaceres no le resultaba duro, disfrutaba con ello.
Hoy por hoy, tras seis años, sigue disfrutando, pero la situación económica ha cambiado, y desde hace tiempo a esta parte ha reflexionado mucho. “He abierto los ojos, me he dado cuenta que estamos metidos de lleno en el sistema, y que somos el último eslabón, la industria nos marca el precio de la leche, y aunque el pienso, la gasolina, el forraje y todos los demás gastos han subido mucho, nuestro trabajo se paga al mismo precio”, lamenta.
Ante esta situación, para poder seguir manteniendo sus ingresos, barajó la posibilidad de aumentar su rebaño para producir más leche, pero haciendo números se dio cuenta que no era la solución, “es un círculo, para producir más tienes que tiene más ovejas, más tierras, más trabajo, pero en definitiva no es rentable”, por ello, llegó a la conclusión de que la alternativa era procesar la leche, cerrar el ciclo y producir productos a base de la leche que producen sus ovejas. “Hay muchos intermediarios, y los ganaderos somos los que siempre salimos perdiendo, porque todos los gastos suben, y nuestros beneficios bajan”.
Casualmente, le ha surgido una oportunidad en este sentido. Ramón Aguirre, de la quesería Autxitxia, que produce quesos y tiene un punto de venta en la calle Jaime Urrutia de Elizondo se jubilará dentro de unos meses, y Torres se interesó por sus instalaciones.
Tras hablar con él, se decidió. María dejó su trabajo de administrativa y empezó a trabajar con Ramón, aprendiendo el proceso de elaboración de quesos, y familiarizándose con el punto de venta, donde además de vender quesos, también ofrecen otros productos locales.
Torres se muestra feliz, “estoy aprendiendo mucho, y dentro de poco comenzaré a producir queso con la leche de mis ovejas”.
Reducirá el tamaño de su rebaño y cerrará el ciclo, procesando la leche y elaborando quesos, cuajada y requesón, entre otros. Es una nueva apuesta, un reto que afronta con muchas ganas e ilusión.