La economía vasca "está resistiendo mejor de lo esperado" el impacto de los precios y la desaceleración de la actividad industrial y recuperará este año los niveles previos al covid. BBVA ha presentado esta mañana su informe de situación de Euskadi y, a pesar de las estrecheces del ciclo actual, ha mostrado optimismo. Miguel Cardoso, economista jefe para España del banco vasco, y Carlos Gorria, director de la Territorial Norte, han comparecido ante los medios de forma telemática después de presentar en Gasteiz su informe al consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu.
Su previsión es que el PIB repunte en la CAV un 1,3% este año y un 2,9% el próximo. Penalizada por su mayor vocación industrial, la economía vasca crecerá en 2023 menos que el conjunto del Estado, como ya ocurrió el ejercicio pasado. Sin embargo, el ritmo será más alto que el estatal el próximo curso, cuando se solucionen definitivamente los cuellos de botella que estrechan la llegada de suministros a las fábricas. Además, todo indica en 2024 habrá más "certidumbre" sobre el coste energético y el sector manufacturero desarrollará su actividad en un escenario con menos obstáculos.
A día de hoy, también restan crecimiento los problemas de financiación empresarial y familiar derivados de la subida de tipos y la pérdida de poder adquisitivo ligada al repunte generalizado de los precios. Pero el ahorro acumulado durante la pandemia y la larga etapa de bajos tipos de interés garantizan una aportación destacada del consumo a la economía los próximos meses. Una energía extra para evitar este año una caída mayo y para relanzar el próximo la economía hasta niveles de incremento del PIB incluso superiores a los que se supone a Euskadi.
Empuje del consumo
De modo, que BBVA prevé la creación de 24.600 empleos entre 2022 y 2024, a un ritmo anual que garantiza una sólida base para el consumo y que refleja una notable actividad productiva. Todo ello ligado además a un "mayor dinamismo industrial" gracias a la mejor situación en las cadenas de proveedores, que ha frenado "especialmente" la actividad en el sector del automóvil y de los bienes de equipo, los dos grandes motores manufactureros de la economía vasca.
El Servicio de Estudios del banco vasco ha explicado que el consumo y los servicios en general han permitido a la CAV "evitar la recesión que parecía anticiparse hace unos meses". Sin embargo, la "falta de un empuje franco en el sector industrial impide la recuperación del empleo fuera de las grandes zonas urbanas", ha explicado Miguel Cardoso.
"La inflación, la incertidumbre y el menor dinamismo del mercado laboral a finales del año pasado habrían desacelerado el avance del consumo a nivel nacional. Sin embargo, en el País Vasco se observó un crecimiento del gasto con tarjetas BBVA o en TPV BBVA en el cuarto trimestre de 2022. Y en el primer trimestre de 2023 se registra una aceleración en los gastos ligados al alojamiento, ocio y otros relacionados con la salud, moda o deportes, mientras que aquellos relacionados con la alimentación y el transporte registran un cierto enfriamiento", ha detallado el responsable de BBVA Research.
De modo que cuando el sector manufacturero vasco rompa con la dinámica actual y recupere los ritmos habituales, la economía vasca volverá a ponerse un escalón por encima de la media del Estado.