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Begoña Liberal: “El espíritu reivindicativo debe permanecer todo el año para visibilizar más a la mujer en el ámbito rural”

Estudió Derecho, pero una desilusión le alejó de ejercer como abogada, y en 2008 decidió ser cerealista en Orísoain, localidad natal de su marido, Fran Labiano
Begoña Liberal, en uno de sus campos.
Begoña Liberal, en uno de sus campos.

La agricultora Begoña Liberal Berasain, de 50 años, estudió Derecho en la Universidad de Navarra, pero se instaló como cerealista en Orísoain con el apoyo de su marido, Fran Labiano, que ahora tiene 55 años y es oriundo de esta localidad de la Valdorba. Sufrió una desilusión con su carrera: “La materia estudiada muchas veces tiene poco que ver con la realidad y quizá me desmotivé”. Tras este episodio, trabajó como administrativa en el departamento de Presidencia, al mismo tiempo que Fran ejercía de maquinista de excavadora. “Tuvimos la oportunidad de comprar tierras”, recuerda. En 2008 dio el paso, y en estos 15 años se ha implicado: socia de la Cooperativa Cerealista de la Valdorba y gestora en ella de la tramitación de la PAC, integrante de su junta rectora y vocal de UAGN. Ahora ocupará la tercera vicepresidencia en esta organización para impulsar la igualdad. Su vida transcurre entre Orísoain y Mendillorri.

¿Por qué el cambio de abogada a agricultora?

–De pequeña me hice una promesa: jamás me iba a casar con un agricultor. He cumplido, porque Fran sigue con la excavadora, aunque también me apoya en el campo. Pero, resulta que he sido yo quien se ha convertido en agricultora (sonríe). Estudié Derecho, me desilusioné porque la teoría no se amolda a la realidad, y me decanté por la agricultura. Conforme transcurren los años, valoras la profesión por trabajar en la naturaleza, en el entorno rural, la libertad que aporta y la flexibilidad de horarios.

¿Qué referentes destaca para su desarrollo personal y profesional?

–Las personas más cercanas son las que más influyen en la forma de ver la vida, en nuestras actitudes y actos. Ellas actúan de referentes y en mi caso, destaco a mi marido Fran por su entusiasmo y por su perfil trabajador y ambicioso al lograr aquello que se propone. Como me apoya y motiva resulta clave para mi crecimiento personal y profesional.

¿Qué ha aprendido de su madre?

–Me enseña mucho. Como muchas mujeres rurales, mi madre Josefina ha ejercido de ama de casa, con infinidad de tareas, y probablemente muy poco valoradas. En su época no existían conceptos como conciliación o discriminación. Sacrificaron su vida personal y profesional por la familia. Pero, siempre me ha inculcado que los roles de género no existen, que una persona puede alcanzar aquel objetivo que se propone con esfuerzo y compromiso.

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¿Y de alguna otra mujer?

–De mi amiga Juana Mari Ariztegui, ganadera de vacuno de leche de Arraitz, que ha impulsado el papel de la mujer en el sector. Hemos coincidido en los últimos cuatro años en la junta permanente de UAGN, y contagia optimismo y un gran empeño en cada proyecto. Trabajar a su lado me ha aportado muchos conocimientos para continuar como vicepresidenta.

¿Qué tareas va a desarrollar desde el nuevo puesto en UAGN?

–Trabajaremos por la igualdad. Las ganaderas Beni Irurita y Hodei Flores van a formar parte de la nueva junta de UAGN, y espero que las tres contribuyamos a este objetivo.

¿Qué papel hace en la cooperativa?

–En 2008 me di de alta como socia. Entre febrero y junio, la cooperativa me contrata junto a un equipo de diez personas para tramitar la PAC. Mi formación en Derecho me ayuda a esta tarea y a la de agricultora. Entre 2018 y 2022 participé en la junta rectora.

¿Qué peso tiene la mujer en las cooperativas?

–Cada vez somos más, pero nuestra participación en los órganos de toma de decisiones en relación a los hombres sigue siendo muy baja. Debemos implicarnos más para aprovechar nuestro talento. Esto supondrá un avance para el proceso personal de empoderamiento y visibilidad social. El ADN del cooperativismo engloba conceptos como igualdad, responsabilidad social y solidaridad. Por eso, cuantas más mujeres participen en sus asambleas y sus consejos rectores, funcionarán mejor.

Procede de familia de agricultores, ¿qué papel asume la mujer?

–Crucial para la sostenibilidad de las zonas rurales; y dentro de las explotaciones, la mujer se encarga de la gestión, el papeleo, sacar las guías o dar de alta al ganado, etc.

¿Cómo ha evolucionado el sector en estos 15 años?

–Cada agricultor necesita ahora la misma superficie con la que hace dos décadas vivían cuatro familias. El incremento de los costes ha superado el precio que percibimos por nuestros productos. Además, el campo ha experimentado una modernización, con la transformación tecnológica. La agricultura de precisión abre las puertas a la incorporación de las mujeres.

A pesar de ello, ¿es difícil el relevo generacional en las mujeres?

–Trabajamos para que se incorporen como titulares de explotación. Tradicionalmente apoyan al hombre en el campo y en la ganadería, pero la titularidad compartida no se ha extendido. Incluso creo que esta modalidad no se ha asentado por desconocimiento de la Administración.

En su caso particular, ¿en qué ámbitos ha observado avances y en cuáles todavía hay margen de mejora?

–No me he sentido diferente o inferior en la junta de UAGN y en el consejo rector de la cooperativa. Pero, las mujeres soportamos tareas invisibles, como domésticas y de cuidados, que hacen que la igualdad aún no sea real.

¿Esas cargas dificultan la ocupación de puestos relevantes?

–Sí, porque va en detrimento de nuestro desarrollo.

¿Alguna vez UAGN y EHNE estarán lideradas por mujeres?

–Ojalá lo veamos, porque significará que hemos avanzado.

¿Cómo vive el 8-M?

–Es una celebración dirigida por las administraciones para hacer fotos y entregar algún premio. El espíritu reivindicativo debe estar presente todo el año para exigir más visibilidad de la mujer en todos los ámbitos; en particular, en el rural.

¿Cómo inculca la igualdad en su hija Patricia, de 19 años, y en su hijo Mikel, de 18 años?

–Intento educarlos en igualdad. Los jóvenes perciben actitudes que las personas de más edad normalizamos. Son gestos o acciones machistas, que mi hija e hijo, a veces, me recriminan que tolere. Ahí se ve que todavía falta camino por recorrer.

2023-03-09T06:49:03+01:00
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