El formato que ha adquirido esta temporada la División de Honor femenina de balonmano ha provocado daños colaterales para el Bera Bera que aún son reversibles. No se ha podido ser campeón por la vía rápida tras el calendario habitual de todos contra todos, y si esta noche (21 horas) no se gana al Elche, tampoco, y se dirá adiós al triplete y a la temporada.
La inesperada derrota en el último segundo el domingo a manos del cuadro ilicitano en su pista solo deja una posibilidad para que las donostiarras alcancen la final, donde esperará por la otra parte el cuadro el Málaga o el Rocasa grancanario. Forzar el empate en la eliminatoria y llegar al tercer y definitivo duelo, que también acogería el Josean Gasca el domingo.
La escasa inspiración en defensa y en ataque han puesto patas arriba el enfrentamiento ante la escuadra alicantina, que ya en septiembre cayera con contundencia (32-17) en su visita a Donostia durante la liga regular, y que se encuentra ante un momento único de hacer historia y privar a las guipuzcoanas del que sería su noveno título liguero y cuarto consecutivo.
Imanol Álvarez, confía en darle la vuelta y confirmar el favoritismo que en todo momento se ha otorgado a sus jugadoras pese al bajo rendimiento allí mostrado. "El equipo empezó a creer cuando se puso a cuatro tras ir perdiendo por ocho. Tenemos que aprender que nuestro ataque tiene que ser muy bueno y nuestra defensa tiene que darnos más para poder correr. Hay que darle a la gente que se divierta y hay que hacer un buen partido. Está con nosotras, va a animar desde el principio y solo hay que darle un estimulo para que nos lleve", concluye el técnico de Ermua.