Athletic

Berchiche se autocondena

Yuri Berchiche trata de bloquear un centro de Sabaly.

Que Yuri Berchiche es uno de los pesos pesados del vestuario del Athletic gracias a su influencia en el juego y su carismática personalidad –enérgico, inflexible, aguerrido, propagador de ánimo...– es incuestionable desde que llegó a Bilbao procedente del Paris Saint-Germain. Pero también es cierto que desde su reincorporación al equipo tras padecer los problemas físicos que le apartaron durante nueve meses de la dinámica de trabajo no ha vuelto a ser el mismo. No ha logrado sostener el nivel que le caracteriza, contundente en las labores defensivas y un estilete en tareas ofensivas. El flanco izquierdo, cuando ofrecía su mejor versión, era temido, era un cauce de peligro, uno de los grandes argumentos de ataque del conjunto bilbaino. Pero el Berchiche actual se muestra alejado de ofrecer tales prestaciones.

En el envite contra el Betis, duelo crucial para prolongar las esperanzas de acceso a competición europea, Berchiche se proyectó distante de ser un jugador referente. De hecho, se puede decir que se anuló a sí mismo. Se autocondenó. Porque aunque el lateral de Zarautz presenta un distinguido perfil ofensivo, su principal misión es defender. Y esta se vio entorpecida por una tarjeta amarilla tempranera. En el minuto 9 Berchiche lastraba su papel cargándose con una tarjeta amarilla que vio de manera justa por una agresiva entrada sobre Sabaly.

Ver una cartulina puede ser comprensible y también justificable o aplaudible, según el contexto. Pero en el minuto 11, Berchiche, que es un jugador de carácter revolucionado aunque en este choque especialmente sin medición de los impulsos, pudo ser expulsado tras golpear a Sergio Canales fruto de un resbalón. Pero es que el resbalón se produjo porque fue excesivamente acelerado a la presión, al intento de recuperar el balón en una situación en la que Canales no estaba en una situación que exigiera de semejante decisión. Mateu Lahoz fue comprensible con el jugador rojiblanco, fue piadoso, porque bien pudo mostrar la segunda amonestación. La expulsión se podría haber entendido viendo el choque con Canales. Fue la consecuencia de un acto desmedido e incluso imprudente. Estas dos acciones condicionaron la faceta defensiva de Berchiche para el resto del partido.

En el plano atacante tampoco sumó el zarautztarra en un partido en el que, ante la superioridad numérica en la medular establecida por el planteamiento de uno y otro entrenador, en este caso favorable al Betis (con tres jugadores actuando por dentro: Guido Rodríguez, Paul y Fekir contra Vencedor y Vesga), las bandas se intuían vitales para trasladar peligro. Sin embargo, la primera incorporación al ataque de Berchiche se produjo en el minuto 51. Tardó más de medio partido en realizar una incorporación reseñable por su costado, escasa productividad para un Athletic incapaz de superar líneas rivales con pases interiores. A Óscar de Marcos, como contraposición, sí se le pudo ver más activo ofreciéndose por el pasillo derecho.

En el minuto 58 y cuando el Athletic albergaba la necesidad de dar impulso a su ataque, Marcelino García Toral ejecutó los primeros cambios del partido. Retiró a Berchiche y dio entrada en el terreno de juego a Mikel Balenziaga, un jugador con menor proyección ofensiva. No obstante, a la par que Balenziaga accedió al campo Nico Williams en sustitución de su hermano, Iñaki. Y fue entonces cuando el Athletic firmó sus mejores minutos de juego. El hecho de que se diera esta circunstancia nada más abandonar el césped Berchiche fue anecdótico, porque el Betis se acostó en su área, cedió terreno e incluso Balenziaga pudo profundizar por la banda izquierda.

Es precisamente esa profundidad por los laterales lo que necesitaba el equipo de Marcelino, puesto que desde la medular apenas había espacios para progresar ante la citada inferioridad numérica bilbaina. Por eso, además, lució Nico Williams, porque captó los balones por el único lugar por donde el Athletic podía llevar peligro al área del Betis: la banda.

El objetivo –porque así ha sido reconocido en iteradas ocasiones por técnico y jugadores– de clasificar en puestos europeos se alejó un poco más en el Benito Villamarín. La esperanza, sin embargo, existe. Pero las opciones de viajar por el continente la próxima temporada pasan por la aparición de los pesos pesados y que estos rindan como pueden. En el caso de Berchiche, tras el extenso periodo alejado de la competición no ha logrado recuperar y sostener su mejor nivel de rendimiento. Se antoja crucial que gane impermeabilidad, que mejor en la toma de decisiones y que vuelva a convertir la banda izquierda en un azote para los rivales. Al Athletic le cuesta elaborar juego por zonas interiores y las bandas son grandes recursos para paliar esas carencias.

13/03/2022