Berlín es “demasiado interesante para conocerla sin la ayuda de una guía profesional”. Eso es lo que dice la guía Mª Elena Rehwinkel, y probablemente no le falte razón. La nueva capital es tan desmesurada que pretender descubrirla por ti mismo en pocos días es tarea digna de figurar en el Guiness. Porque Berlín, la única capital del mundo que fue dividida por un muro, cambia con nuevos aires constantemente, aunque siga siendo la misma.
El ‘pirulí’, en la céntrica Alexanderplatz.
Ahora vive una permanente explosión de acontecimientos renovadores. Es una ciudad llena de contrastes que brinda actividades sin par. Desde las más clásicas hasta la más vanguardistas. Con una futurista arquitectura que asombra al visitante, la puerta de Brandemburgo recuperó, pues, un nuevo protagonismo. En torno a ella, se ha ido configurando un vibrante tejido urbano, con museos, exposiciones, festivales, conciertos, hoteles, restaurantes, terrazas al aire libre, etcétera, que convive en perfecta armonía con todos sus antiguos tesoros artísticos, monumentales, y unos vestigios históricos difíciles de olvidar. Que el mundo se emocione con Berlín parece ser la misión de los berlineses.
2023: las novedades
¿Qué sucederá este nuevo año en la capital? Inauguraciones, exposiciones y actos: en Berlín volverá a haber una profusión de eventos importantes. La visita al Museo de la Guerra Fría, en Mitte, promete ser interactiva y podrá realizarse a partir de diciembre, ya que será entonces cuando esta nueva muestra pase a enriquecer las filas de museos de la capital. Además, a principios del año 2023 también abrirá sus puertas el museo sueco de la fotografía Fotografiska Berlin en la famosa Kunsthaus Tacheles.
El centro comercial Bikini Berlín.
A partir de primavera, Berlín contará con un nuevo centro de información y eventos con vista panorámica de 360 grados incluida en el Tower THF, ubicado en los terrenos del aeropuerto Tempelhof. Y delante del Foro Humboldt que inaugurará el Monumento a la Libertad y la Unidad, que tiene la forma de un enorme balancín y es transitable. En este curioso monumento, procura ponerte en el lado correcto. Sus visitantes tienen que procurar no desestabilizarlo equilibrando en ambos bandos. Es más que un juego de niños...Una metáfora social para adultos.
Ante todo, resulta emocionante acercarse a la Friedrichstrasse para ver el Chek Point Charlie, lo que fue el paso fronterizo entre el Este y el Oeste. Pese a que el muro medía 40 kilómetros en el centro de la ciudad, aún quedan algunos metros en pie. Y pocos son los turistas que no inmortalizan fotográficamente su visita en este punto, en donde hay un museo en el que pueden adquirirse todo tipo de souvenirs al respecto. Los más interesados también pueden realizar a pie o en bicicleta la Ruta del Muro, que les permitirá conocer las antiguas instalaciones fronterizas de la RDA y sus célebres murales.
Foro Humboldt
Las exposiciones sobre la historia del sitio forman la primera etapa de la apertura del Foto Humboldt, nuevo centro cultural en Schlosplatz –Después de siete años de construcción–. A lo largo de sinuosos pasillos del sótano de Palacio, los visitantes pueden hacer un recorrido desde la Edad Media hasta la actualidad y también ver los cimientos del Palacio de Berlín.
Esta visión de la historia del sitio se complementa con la Sala de Esculturas y el vídeo panorámico de 28 metros de largo. La Sala de Esculturas, donde una vez estuvo la escalera principal del palacio, muestra fragmentos del conjunto histórico, así como magníficas esculturas barrocas.
Teufelsberg, la colina de Berlín formada por escombros.
La exposición Flashbacks lo lleva a través de todo el edificio, recordando eventos importantes del pasado. Las familias y los niños son una parte importante de la audiencia de Humboldt Forum, como lo demuestran las áreas Junior planificadas en las secciones Staatliche Museen zu Berlin con actividades especialmente para familias. Además, la Educación Cultural para niños y jóvenes pertenece al núcleo del diseño del programa, que sigue el concepto de Confucio: “Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que se sabe: he aquí el verdadero saber”
Asimismo, la exposición Impresiones, y los hermanos Humboldt brindan a los visitantes la oportunidad de obtener más información sobre Alexander y Wilhem, los homónimos del Foro Humboldt, sus principios y el programa artístico y científico del Foro. La apertura interactiva del Laboratorio Humboldt en el primer piso está prevista como otro punto culminante en la próxima primavera. En alrededor de 1.000 metros cuadrados, los visitantes pueden explorar un animado taller de ideas donde destacados investigadores presentan proyectos, muestran sus hallazgos y entablan diálogos y debates con personas de todas las edades. La exposición Berlín Global tiene unos 4.000 metros cuadrados. Las ideas mueven el mundo, pero estas exposiciones, además, las transforman en sentimientos.
La ‘isla de los museos’
Para sentir el pulso de la ciudad es preciso pasearse por la zona histórica, donde se erigen edificios barrocos y neoclásicos como la Universidad Humbolt o el Museo de Pérgamo. Merece la pena guardar cola, si es preciso, para visitar este museo. Uno de los más impresionantes del mundo. De patente clasicismo, con gran proliferación de columnas jónicas, alberga las monumentales fachadas de los edificios más importantes de la Antigüedad Islámica y Mesopotámica.
En este entorno de la Isla de los Museos hay otros muy interesantes como el Bodemuseum, la Alte Nationalgalerie, o Museumsinsel. Como, asimismo, la Biblioteca Real o la Ópera. Entre caminata y caminata, y, antes de abandonar el bulevar Unter den Linden, es recomendable tomarse una copa en el Bar Newton (Charlottenstrasse 57) del conocido fotógrafo con el mismo nombre, o entrar en Einstein (Kurfürstenstrasse, 58), un sitito clásico donde sirven el famoso pastel de manzana, pasas, y nueces llamado Strudel. Una exquisitez que se come sin ganas.
De entre los variopintos barrios llenos de vida y diversión, es indispensable darse una vuelta por Potsdamer Platz. Esta legendaria plaza ha recobrado el bullicio y la animación que tuvo en los años 20. Con los nuevos aires, ahora ofrece una sorprendente revitalización merced a conceptos arquitectónicos de rabiosa contemporaneidad realizados por Helmut Jahn. Una prueba de ello es la gran cúpula de cristal y acero del Sony Center. O los futuristas edificios de la Deustsche Bahn y de la galería comercial cubierta Arkaden. O de tantos otros que rodean la zona, llena de luminosas cafeterías, terrazas, restaurantes, teatros, y cines. En la Potstdamer Platz se celebra también la internacionalmente famosa Berlinale, donde se conceden los preciados Osos de Oro a los mejores cineastas del mundo.
Hoteles excéntricos en cárceles, garajes y oficinas de telégrafos
Además de la gran cantidad de galardones recibidos, este año está viviendo una oleada de interesantes y prometedoras inauguraciones. En la Postdamer Platz precisamente, el Frederick´s recibe a sus invitados en el señorial ambiente de la antigua Sala del Emperador del Gran Hotel Esplanade, mientras otros restauradores en el interior del Foro Humboldt, deslumbran con su cocina franco-germana a la carta. En Charlotterburg la conocida chef de cocina Ame Anker, sirve menús inspirados en todo el mundo. Otros excéntricos restaurantes, como el del hotel Wilmina se ubica en una antigua cárcel de mujeres en la Kantstrasse. Recientemente, la cadena Accor inauguró el greet Berlin Alexanderpltatz, el primer hotel upcycling de la capital. Lo que hace tan especial a este establecimiento es que se renovó conscientemente con materiales sostenibles de segunda mano. También la antigua oficina principal de Telégrafos abrió sus puertas con el Telegraphenamt. Y el nuevo stilwerk Hotel ocupa la superficie de los antiguos talleres de los garajes Kant y se comunica con el centro de diseño a través de un corredor.
Sería imperdonable irse de Berlín sin visitar la Pariser Platz, donde está ubicado su más histórico monumento: la neoclasicista Puerta de Brandemburgo, símbolo de la reunificación y, sin duda, el emblema por excelencia de la ciudad. Muy cerca de él se encuentra el Memorial del Holocausto. Ningún otro monumento ha provocado en Alemania tan dolorosas discusiones como este conjunto de 2.711 bloques de hormigón, que recuerda los millones de víctimas de los nazis. Y cerca de él se encuentra el parque Tiergarten, donde se puede descansar, comer las clásicas salchichas alemanas o escuchar música en vivo.
¿Cuándo llega el verano?
Todos los años, después de una agradable primavera, llega con puntualidad germánica (perdón por el tópico chiste) a Berlín el verano. Esta es una hermosa estación que descubre los aspectos más bellos de Berlín convirtiendo a la capital en el mayor pasatiempo del mundo. En esta estación, encontrarás a los berlineses fuera de sus casas: en los cafés, terrazas y cervecerías al aire libre, bares de playa o en puestos de comida callejera –de excelente calidad–y en el mercado de la capital.
Aunque algunas cosas pueden ser diferentes el próximo verano. Los largos días soleados en los lagos, en los parques y los jardines de la ciudad brindan a turistas y viajeros a descubrir y conocer algunos rincones de verde hermosura en los cercanos alrededores de Berlín, parques donde disfrutar de un almuerzo o picnic. O también realizar barbacoas en las áreas designadas a tal efecto.
Muchos de estos parajes de Templehofer, de absoluto relax, parecen extraídos de obras de famosos pintores como el paisajista alemán Caspar David Friedrich . Se puede acudir a ellos en bus, bicicleta o incluso realizar una visita guiada. Otra perspectiva muy veraniega es explorar los atractivos del verano berlinés navegando en barco por sus larguísimas vías fluviales.
De cualquier modo, cualquier estación del año es propicia (no hay que olvidarse de los atractivos mercadillos de Navidad) para regresar a Berlín con el fin de descifrar toda su compleja hermosura y sus constantes cambios.