Egan Bernal, líder del Giro de Italia, donde comanda la clasificación con cierta solvencia –aventaja en 2:24 a Damiano Caruso y en 3:40 a Hugh Carthy, segundo y tercero, respectivamente– a falta tan solo de cinco etapas, tres de ellas con final en alto, una llana y la contrarreloj final en Milán, donde este domingo concluye la ronda italiana, despejó ayer más o menos las incógnitas sobre su segunda parte de la temporada. El Tour de Francia, los Juegos Olímpicos de Tokio y la Vuelta a España asoman como los grandes objetivos ciclistas de la segunda mitad del año, pero el colombiano tiene más o menos claro que no estará en la grande boucle, prueba que ganó en 2019; duda en disputar los Juegos y sí parece más clara su presencia en la prueba española, una carrera que nunca ha corrido y a la que en condiciones normales debería acudir como uno de los grandes favoritos para el triunfo final. Javier Guillén, director de la Vuelta, ha dicho hoy que estaría "encantado" de contar con el colombiano. No es para menos.
"Nos encantaría que viniera Bernal, por supuesto. Siempre queremos que vengan los mejores corredores. Ahora Bernal es el favorito en el Giro. No conozco sus planes para después de correr en Italia, pero teniendo en cuenta los márgenes del Giro con el Tour y con la Vuelta, sería muy bueno para él y para todos que viniera a consolidarse como una figura del pelotón mundial. Por mí, encantado de que venga y la gane", ha explicado Guillén durante el acto de presentación de las dos primeras etapas de la Vuelta, que arrancará el sábado 14 de agosto con una contrarreloj que partirá desde la puerta de la catedral de Burgos.
Aprovechando el segundo y último día de descanso del Giro, que afronta desde hoy sus últimas y exigentes etapas, Bernal hizo ayer un rápido repaso por lo que le espera una vez concluya la carrera italiana, en la que si nada se tuerce, llegará vestido de rosa a Milán. De la ciudad del norte de Italia no irá al Tour, o al menos no es esa su idea, pero parece que sí podrá satisfacer los deseos de Javier Guillén: "Sobre el Tour, no creo. El Ineos tiene un equipo muy fuerte y ya definido. Prefiero centrarme en la segunda parte de la temporada y fijarme en la Vuelta a España. Primero, concluir el Giro y saber cómo responde mi cuerpo al cansancio. Después, veremos".
Descartado el Tour, la duda a despejar ahora es si estará en una cita tan especial como son los Juegos Olímpicos. La incógnita sobre su presencia o no en Japón parece que se decidirá en las próximas semanas. "No estoy seguro todavía de ir o no a Tokio. Dudo que sea lo mejor para mí tras correr el Giro con una lesión. Si voy a los Juegos Olímpicos es para estar al cien por cien y si no, no acudiré. No lo descarto, pero me parece complicado", ha apuntado.
Ha aclarado, asimismo, que sigue sufriendo problemas en la espalda, una dolencia que el curso pasado le impidió rendir a su máximo nivel: "No voy a mentir al respecto, hay momentos en los que me fastidia la espalda. No en la última subida. A la salida o en mitad de la jornada y me preocupa cuando viene. Es en la zona del glúteo y la espalda baja y para ello hago fisio todos los días".
¿SERÁ MÁS CONSERVADOR?
Quizá por ello, o porque su ventaja le da margen suficiente como para no tener que ir al ataque, aunque admite que a él lo que le gusta es ser ofensivo, Egan Bernal no descarta correr de manera más conservadora de aquí al final del Giro. "El plan será correr más conservadaor, pero si me encuentro bien, lo intentaré. Me gusta el ciclismo al ataque. Tiene que ver con la adrenalina. A veces piensas algo en el autobús y luego sales a tope. El objetivo es no ceder ni en las montañas ni en la crono, aunque con dos minutos y medio sobre el segundo me siento muy cómodo", ha asegurado.