Los baserritarras y productores están sufriendo día a día las consecuencias de la pandemia. Y es que el hecho de no poder vender y exponer sus productos en las ferias complica y mucho su subsistencia. Ayer domingo, Berriz recuperó su tradicional feria hortofrutícola en el probaleku municipal. Enmarcada dentro de las fiestas de San Antonio, ya son cuarenta ediciones de una jornada más que arraigada en el municipio. Como era de esperar, no falló a la cita el berriztarra Juan Cruz Arriaga. A sus 80 años, continúa al pie del cañón. "Antes traíamos cuatro veces más de lo que se puede ver ahora. Mi mujer y yo le seguimos ayudando a nuestra hija; hoy hemos traído plantas y verduras que trabajamos en el caserío", explicó orgulloso desde su puesto el veterano productor.
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