La Unidad de Desactivación de Explosivos de la Ertzaintza ha llevado esta semana hasta sus instalaciones en Berrozi un proyectil de artillería naval localizado en Etxebarri. Pero, ¿qué son estas instalaciones de la policía vasca en un pueblo alavés abandonado?
La formación de agentes en Berrozi comenzó de forma secreta incluso antes de la creación oficial de la propia Ertzaintza. La protección de las autoridades había comenzado en 1980, cuando el Gobierno Vasco puso en marcha el cuerpo de berrozis y el nacimiento de las instalaciones en este pequeño pueblo alavés del mismo nombre. Los primeros agentes, por tanto, fueron formados hace 44 años ante la necesidad de proteger al lehendakari y a los miembros del Gobierno Vasco, aunque con el tiempo pasaron a ser una unidad más de la Ertzaintza.
Después de la dictadura, el Gobierno del lehendakari Garaikoetxea creó el embrión de la actual Ertzaintza en este pequeño pueblo abandonado de la montaña alavesa en el que un primer contingente de 25 hombres voluntarios se formó, en secreto, en tácticas de defensa de instituciones y protección de personas con un equipo de asesores y profesores británicos. Este lugar fue adquirido poco antes por el primer Gobierno Vasco para poder iniciar allí el primer curso de formación de la policía vasca.
La localidad de Berrozi se trataba de un emplazamiento ideal al ser un pueblo abandonado en un valle extenso: tenía casas, iglesia y más de 700 hectáreas de superficie que lo convirtieron en un lugar idóneo para la formación de los primeros agentes de policía de Euskadi. En la actualidad, en Berrozi, además de la Unidad de Intervención preparada para operaciones de especial gravedad, también se entrena la Unidad de Desactivación de Explosivos y la Unidad Canina de la Ertzaintza.
En aquella primera época, hasta 84 hombres consiguieron superar las pruebas y la rigurosa formación. Fueron el embrión y punto de partida del equipo conocido como Berrozi. Su primera actuación data de febrero de 1981, en la operación de desalojo de la Casa de Juntas de Gernika con ocasión de la visita de Juan Carlos I. Esta operación policial, planificada por el joven Departamento de Interior del Gobierno Vasco en coordinación con el Gobierno español, posibilitó de forma determinante la apuesta por el grupo Berrozi e influyó de forma relevante en la creación de la policía vasca un año después.
Otro de los primeros hechos relevantes de aquella Ertzaintza recién creada y sin estar aún desplegada en la totalidad del territorio, fue el operativo de seguridad de la visita del Papa Juan Pablo II a la Basílica de Loiola en Azpeitia el 6 de noviembre de 1982. Fue una de las primeras muestras públicas de la Ertzaintza como incipiente cuerpo policial vasco.