Betoño ha sido históricamente una de las principales áreas industriales de Gasteiz y desde ayer se convierte además en sede de una doble muestra. El origen de esta iniciativa corresponde a la Fundación Sancho el Sabio, ubicada en pleno corazón de esta zona, que comenzó a buscar alianzas para fomentar la regeneración social y urbanística de la zona. Con ese objetivo firmó un acuerdo con la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra, sumando también después la colaboración de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Euskadi (IDarte), ubicada igualmente en esta área industrial.
El punto final de todo este proceso culminó ayer con la presentación de la exposición Betoño Bizia, Betoño Vivo. La muestra es resultado de las distintas propuestas del alumnado de ambas entidades educativas que comparten una visión común encaminada a proponer nuevas ideas para la revitalización urbanística de esta zona industrial de la capital alavesa. Un total de 20 proyectos, en formato tridimensional, enfocados a la regeneración urbanística, social y medioambiental de Betoño, que pretenden reflexionar sobre su futuro, proponiendo la transformación de su entorno arquitectónico con planteamientos muy diversos, y que se podrán ver hasta el 26 de octubre.
La muestra fue presentada ayer por el presidente de las Fundaciones Vital, Jon Urresti, y el alcalde de Gasteiz, Gorka Urtaran, que estuvieron acompañados por Carlos Naya, director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra (UNAV), y por parte de IDarte, su directora Mónica Serentill y el director adjunto, Ibon Lizundia.
Betoño Vivo/ Betoño Bizia se puede visitar en dos espacios. La sede de la Fundación Sancho el Sabio acoge los trabajos realizados por el alumnado de segundo curso de la especialidad de Diseño de Interiores de IDarte durante el curso 2021-22. Su reflexión plantea diez posibles intervenciones urbanísticas que se desarrollarían en la parcela que ocupa actualmente el jardín situado entre ambas entidades. Se trata de proyectos principalmente paisajísticos, orientados sobre todo a dar utilidad social al espacio, generando un punto de encuentro y convivencia de las y los estudiantes que cursan en el centro.
Algunas de las propuestas que se incluyen son el uso de materiales naturales como la madera, en forma de stand; un escenario con gradas móviles que permitiría distintos usos; estructuras de chapa unida a una zona arbolada; un laberinto de formas geométricas que crean sombras escultóricas sobre el terreno; arquitectura textil en forma de toldos y hamacas o el uso de la piedra para construir plataformas curvas que generan estancias semienterradas; entre otras.
Por su parte, la Escuela Superior de Diseño Pública de Euskadi (IDarte) acoge en su sede el proyecto Regeneración del área industrial en torno a las antiguas forjas alavesas. Es un trabajo realizado por el alumnado de tercero de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra durante el curso 2021-22 que, en este caso, proyecta su actuación sobre todo el polígono de Betoño, pensando en su posible futuro como barrio, con una arquitectura que sea capaz de ofrecer espacios colectivos que fomenten la convivencia, el intercambio, el conocimiento y, por consiguiente, estimulen el espíritu creativo de sus moradores
La propuesta urbanística planteada contaría no sólo con unidades residenciales sino también con espacios cualificados que permitan, además de vivir, el desarrollo de distintas disciplinas creativas como pintura, escultura, cine, fotografía, videoarte, animación o videojuegos. Además, la zona contaría con un espacio común multiusos; talleres; cocina; aulas; lavandería; laboratorios; almacén; despachos, sala de reuniones, etc.
Así lo van a poder ver hasta finales de octubre todas aquellas personas que acudan a compartir estas propuestas que miran a un futuro posible. Habrá que ver si alguna de estas ideas termina por concretarse. De momento, son una invitación a imaginar y reflexionar sobre el hoy y el mañana.