Bidaideak Bilbao BSR ha repetido un nuevo éxito continental que incluso podía haber significado un mayor logro, de no ser por los últimos minutos, que resultaron esquivos en la final de la Eurocup 1. Tras caer derrotado ante el Fenerbahçe turco por 78-75, se repite el subcampeonato de la temporada anterior y se roza de nuevo con la yema de los dedos este título conquistado en el año 2019.
Cuando a mediodía de ayer domingo el árbitro principal oficiaba el lanzamiento ritual de la primer balón del choque al aire, el pronóstico de los que acudieron al Palasport de la localidad italiana de Giulianova se encontraba dividido entre quienes se inclinaban por el equipo otomano, impresionados por su nombre al ser un histórico como pocos en basket, pero también por el juego desarrollado en semifinales, y quienes lo hacían por los bilbaínos al constatar que en la previa de grupos habían conseguido desembarazarse con brillantez en una misma jornada del último campeón de la competición -el Santo Stefano italiano- y también del propio conjunto de Estambul. La verdad es que unos y otros tuvieron sus motivos para mantener su pronóstico durante los cuarenta minutos del encuentro.
El primer cuarto cobró un leve color turco, mandando en el marcador durante los siete primeros minutos, justo en el instante que una bandeja convertida por el capitán Asier García adelantaba por primera vez a los vascos. De ahí hasta el final del primer cuarto -casi podíamos decir que durante todo el partido-, los aciertos ante el aro rival se alternaron de manera que al primer stop se llegaba con un 20-21 en favor de los de Txurdinaga.
El segundo de los parciales se inició ensanchándose la mínima ventaja, hasta llegar en el minuto 12 a los cinco gracias a una canasta de un entonado David Mouriz, pero el adversario bien que no podía dejar inclinarse el marcador de manera continua en favor del contrario, y con un triple de Yuksel y dos canastas consecutivas de Tropak, que llegó hasta los 25 puntos, dio la vuelta al marcador (31-27). Poco después se asistió a un carrusel de aciertos, una veces de Anderson -cuajó una grandiosa final con 33 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias-, otras de Papi, Asier, David, e incluso de Mariana Pérez, con réplicas casi inmediatas en la escuadra otomana, llevaron el encuentro al descanso con un 42 a 37 en favor de los de negro.
El tiempo intermedio sirvió para reafirmar las estrategias de ambos técnicos, ya el encuentro se mantuvo en el mismo intercambio continuo de canastas durante los siguientes diez minutos, que finalizaron manteniéndose la ventaja de 5 para los bilbaínos.
El momento decisivo comenzó con los dirigidos por Adrián Yáñez dominando el luminoso. Fue en el 36 cuando los rivales consiguieron igualarlo y necesitaron uno mas para ponerse por delante, 71-69. Para entonces la quinta personal de David precipitó el primer cambio realizado en el partido por el técnico del equipo bilbaíno, que se encomendaba a Anderson para que de nuevo pusiera tablas en el marcador. Fue la última vez que los números estuvieron en equilibrio. En los últimos 120 segundos, se fueron abriendo punto a punto las diferencias en favor del nuevo poseedor del cetro, hasta llevarlas a cinco cuando sólo quedaba el último suspiro. Los postreros tiros libres cuando solo sirvieron para reducir a tres el diferencial final.
Pese a la decepción encajada, la sobresaliente trayectoria llevada a cabo un año más en el viejo continente no hace sino certificar otro gran curso de Bilbao Bidaideak BSR.