El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, llegó ayer a Estados Unidos, donde se reunió con su homólogo estadounidense, Joe Biden, en su primer viaje al extranjero desde el inicio de la guerra. El avión que llevaba a Zelenski aterrizó sobre el mediodía en la base militar Andrews, en el estado de Maryland, a las afueras de Washington, desde donde se trasladó a la Casa Blanca.
Este primer viaje al extranjero de Zelenski desde el comienzo de la invasión rusa el pasado 24 de febrero y cuando se cumplen 300 días de la guerra despertó una gran expectación. Varias calles de Washington estaban cortadas al tráfico y, desde primera hora, fuera de la Casa Blanca decenas de periodistas y curiosos con banderas de Ucrania aguardaban la llegada del líder ucraniano.
La visita resultó especialmente productiva para Ucrania por cuanto el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, anunció ayer mismo un nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania de 1.850 millones de dólares que por primera vez incluye el sistema de defensa antiaérea Patriot.
“El paquete de hoy incluye por primera vez el sistema de defensa aérea Patriot, capaz de derribar misiles de crucero, misiles balísticos de corto alcance y aeronaves a más altura que los sistemas de defensa proporcionados anteriormente”, detalló Blinken en un comunicado.
El anuncio incluye una batería antiaérea Patriot y municiones, así como artillería para otros sistemas defensivos, vehículos, armas y granadas. Una batería Patriot suele incluir un radar que detecta y sigue el objetivo, ordenadores, genera
De manera paralela a esa ayuda, el Congreso de EEUU tiene previsto aprobar en las próximas horas otros 45.000 millones de dólares en ayuda económica.
Objetivos rusos
Mientras Zelenski volaba a Washington, el presidente ruso, Vladímir Putin, alertó en una reunión con la plana mayor del Ministerio de Defensa de Rusia del creciente papel de la OTAN en el conflicto ucraniano. “La operación militar especial continúa. Sabemos que ahora Rusia enfrenta el potencial militar y las capacidades de los principales países de la OTAN”, afirmó Putin al comienzo de su intervención.
Sin embargo, pese a todo el apoyo de la OTAN, los militares rusos “cumplen con coraje por Rusia y cumplen paso a paso los objetivos planteados”, señaló Putin. El jefe del Kremlin aseguró que “estos objetivos se cumplirán en todos los territorios de Rusia, incluyendo los nuevos territorios”, en referencia a las regiones ucranianas de Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk, anexionadas por Moscú en septiembre pasado. “Garantizaremos la vida segura de todos nuestros ciudadanos”, aseveró.
Según Putin, Rusia se ha volcado completamente en este fin y no existe “ningún tipo de limitaciones en el financiamiento, el país y el Gobierno dan todo lo que pide el Ejército”.
El mandatario explicó que “en el campo de batalla no puede haber detalles menores”, por lo que es necesario “dedicar atención especial (...) a los botiquines médicos, la alimentación de campaña, los uniformes, el calzado, los cascos, los chalecos antibalas, todo debe ser lo más moderno y de la mejor calidad”.
Entre las medidas anunciadas están la creación de nuevas unidades aéreas, dos nuevos distritos militares, los de Moscú y Leningrado, y el fortalecimiento del contingente militar ruso en noroeste del país, para contrarrestar el ingreso de Suecia y Finlandia en la OTAN. Además, Rusia reforzará sus fuerzas estratégicas con nuevos sistemas de misiles balísticos intercontinentales Yars, Avangard y Sarmat, además de tres bombarderos estratégicos Tu-160M, cinco submarinos y doce buques de guerra.
Por otro lado, Putin aseguró que cada pelotón del Ejército ruso debe disponer de un dron para combatir al “enemigo” en Ucrania, cuyo territorio ha sido bombardeado en los últimos meses por Rusia con drones fabricados en países como Irán. “La experiencia de la operación militar especial demuestra que el uso de drones se ha vuelto prácticamente generalizado. Dicho arsenal debe estar presente en cada unidad, pelotón, compañía y batallón”, zanjó.
Cancela su discurso
En este contexto, el Kremlin anunció ayer que el presidente Putin no pronunciará este año su discurso sobre el estado de la nación, a lo que está obligado por la Constitución rusa. “Antes del Año Nuevo, el presidente, por supuesto, no pronunciará el discurso. Ahora, por cuestión de tiempo, su agenda está muy apretada”, desveló Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, en su rueda de prensa telefónica diaria.
Putin, al que la prensa independiente acusa de querer evitar preguntas incómodas sobre los reveses en el campo de batalla en Ucrania, no había cancelado dicha alocución ni siquiera durante la pandemia del coronavirus en 2020 y 2021.