Salvo milagro de los que no se producen ni en Lourdes, Bilbao Basket dirá adiós esta tarde (19 horas) a su singladura continental por lo que a esta temporada concierne. Cierto es que queda el segundo y último episodio de la eliminatoria, y muy reciente queda la remontada ante el Legia Varsovia en Miribilla, pero bastante más que cuesta arriba está para la escuadra vizcaína el acceso a la final de la FIBA Europe Cup tras el concluyente 73-98 del miércoles pasado.
El Chemnitz demostró que el paseo que en cuartos ante el Zaragoza no fue mera casualidad ni suerte, y que los Lansdowne, Lockhart, Richter y compañía pasaron, en todas las facetas del juego, por encima de los hombres de negro en apenas 23 minutos, los últimos del choque en el Bilbao Arena.
Para colmo de males, Jaume Ponsarnau, que aspira a hacer un buen partido y, si coincide, el mejor de la temporada, cuenta ante los del argentino Rodrigo Pastore con la importante ausencia en la pintura de Sacha Killeya-Jones, quien ha viajado hasta la ciudad germana pero todo hace indicar que, debido a las molestias físicas que viene arrastrando, se perderá los cuarenta minutos en el Messe Chemnitz, con capacidad para 13.000 espectadores.
La otra semifinal se resuelve una hora antes en Turquía entre el Bahçesehir Koleji y el Varese. En la ida vencieron los italianos por un exiguo 81-80.