Toda una final anticipada. Aunque, con esta, aún resten catorce hojas del calendario. Porque así está la parte baja de la clasificación en la Liga ACB. En un pañuelo. Y en él está Bilbao Basket, que no acaba de asomar la cabeza. A mediodía de hoy recibe en Miribilla, que ha de volver a ser toda una caldera, a un rival directo por impedir el descenso: el Girona.
Los Hombres de Negro son decimoterceros, y los catalanes, penúltimos. Que parece una distancia considerable, pero no lo es. Es más, estando en medio Andorra, Lleida y Granada, si no se gana, el equipo de Moncho Fernández les alcanzará en la tabla, y encima con el basket-average favorable después de que el 10 de noviembre se llevara la prórroga de Fontajau por 100-94. Ganar se ha convertido en imperioso, y si es por más que esos seis puntos, mejor.
"Nos espera un partido clave", asiente Jaume Ponsarnau a la vez que quiere quitar hierro, porque "pase lo que pase el domingo, seguirá habiendo más partidos claves. Hay que gestionar que queremos ganarlo con la responsabilidad de hacer las cosas bien y respetar al rival, que ha tenido un periplo de crecimiento. Jugadores de mucho talento que se han encontrado cómodos y con confianza. Han sido capaces de ser competitivos contra rivales muy buenos, y han simplificado su propuesta defensiva dificultando al rival encontrar la ventaja. Han encontrado más talento pero la mejoría más importante es en la defensa", sobresaliendo el poderío reboteador de Nnaji y la capacidad anotadora de Durham y Sibande.
Por otra parte, el técnico de Tárrega confía ciegamente en el factor cancha. "Jugamos en Miribilla y nuestra primera propuesta ha de ser la voluntad de tener un altísimo nivel de intensidad. Sacar ventajas que lleguen de pisar la pintura y encontrar tiros con máxima determinación". En definitiva, "entender el partido en cada esfuerzo, no en cada tiro", concluye Ponsarnau de cara al choque que arrancara en el Bilbao Arena a partir de las doce y media.
La escuadra bilbaína contará con el estreno en pista del francés Malcolm Cazalon, que viene a ocupar el sitio dejado por Omar Silverio. Ganar, además de aliviarse, va a significar coger impulso para lo que el sábado espera en Valencia, y en medio, el miércoles, la visita del Tofas Bursa turco en la ida de los cuartos de final de la FIBA Europe Cup.