El Bilbao Basket ha logrado una hazaña histórica al clasificarse para la final de la FIBA Europe Cup, tras un partido épico en el que remontó una desventaja de 19 puntos en el último cuarto. Con una actuación magistral y un último periodo de ensueño en el que anotaron 41 puntos, el equipo vasco se ha ganado el derecho a luchar por el título europeo por segunda vez en su historia. Se ganó al Dijon 97-68 y ya espera el PAOK griego en la final.
El encuentro estuvo marcado por la ausencia de dos jugadores clave, Hlinason y Marvin, lo que obligó al equipo a replantear su estrategia. Sin embargo, lejos de verse debilitados, los hombres de Jaume Ponsarnau "demostraron carácter y determinación desde el inicio. El equipo estaba súper enchufado, ha jugado con mucha determinación. A veces no con todo el acierto, pero comprometidos en cada momento".
Partido complicado
El partido comenzó, en palabras de Ponsarnau, con "un dominio del equipo rival, que aprovechó su solidez en defensa y la eficacia de su estrella, Hrovat , para imponer su ritmo. A pesar de los esfuerzos del Bilbao Basket, la diferencia en el marcador llegó a ser de 19 puntos, poniendo en jaque las aspiraciones del equipo español. No obstante, la fe en la remontada nunca se perdió. Lo importante era buscar nuestro momento. Y si no llegaba, seguir intentándolo con todas nuestras fuerzas", destacó Ponsarnau.
El momento clave llegó en el último cuarto. "La presión defensiva aumentó, las transiciones rápidas se convirtieron en la principal arma ofensiva y los triples comenzaron a entrar. Jugadores como Rubén, con dos triples fundamentales, y Basala, que se convirtió en un pilar en defensa y rebotes, fueron claves en el resurgimiento del equipo. Todo partía de defender bien y ser agresivos. Eso nos permitió correr y anotar con facilidad", explicó el técnico.
El factor anímico también jugó un papel fundamental. Un jugador del equipo rival celebró antes de tiempo la clasificación, lo que encendió aún más la motivación de los bilbaínos. "El equipo sacó un arsenal increíble de adrenalina y muchísimos puntos. También fue fundamenta el espíritu de lucha y la mentalidad ganadora de sus jugadores".
Con esta victoria, el Bilbao Basket alcanza por segunda vez en su historia la final de una competición europea, un logro que refuerza su crecimiento como club y su impacto en la ciudad. "Intentamos devolver la confianza que nos da esta afición y representar a la ciudad y al territorio de la mejor manera posible", dijo el entrenador.
PAOK en la final
Ahora, el equipo afronta la final con ambición y respeto por su rival. "Debemos prepararnos bien y hacer un cambio de chip para afrontar esta gran oportunidad. Creo que Cholet tenía una baja que para ellos era a nivel de su solidez muy importante. Pero PAOK ha encontrado la forma de de hacer daño y ganar este partido de hoy que tenían que no solo que ganarlo, sino que remontarlo. Y bueno, pues pues bienvenido sea, ¿no?. Tenemos mucho respeto al PAOK porque es un equipo que está haciendo una muy buena temporada", afirmaba Ponsarnau.
Bilbao Basket está a un paso de la gloria europea, y la afición ya sueña con celebrar un título que haría historia en el año en el que cumple sus 'bodas de plata'. El PAOK, por su parte, cumplirá su centenario.
Números para la historia
97 - Surne Bilbao Basket (20+15+21+41): Frey (3), Abdur-Rahkman (19), Dragic (19), Gielo (4) y Sylla (6) -cinco inicial-; Pantzar (5), Rubén Domínguez (5), Cazalon (12), De Ridder (16) y Bagayoko (8).
68 - JDA Bourgogne Dijon (12+18+22+16): Julien (5), Ducote (2), Hrovat (10), McDuffie (18) y Sengfelder (4) -cinco inicial-; Booth (11), Kamardine (4), Dokossi (2) y Ware (12).
Árbitros: Julio Anaya (Panamá), Gintaras Maciulis (Lituania) y Mihkel Männiste (Estonia). Eliminado por faltas el visitante Hrovat (m.40).
Incidencias: Partido de vuelta de semifinales de la Copa de la Copa Europa FIBA disputado en el Bilbao Arena de Miribilla ante unos 6.192 espectadores.