2023 se va consumiendo y para Bilbao Basket está suponiendo un erial y un calvario en sus viajes. Con sus correspondientes envites sobre la pista, y sumando la competición europea a la doméstica, son quince los últimos desplazamientos saldados con desencantos y decepciones en el regreso a casa. Esta tarde (20 horas) llega una nueva oportunidad. Que la decimosexta sea la definitiva y no se llegue a los diez meses cumplidos desde que, antes de Navidades, que ya ha llovido, se venciera al Manresa en el Nou Congost.
Pero la empresa promete, para variar, no ser sencilla. Enfrente un Obradoiro que sabe de memoria cómo jugar. Su entrenador, Moncho Fernández, lleva ya catorce temporadas, catorce, al frente de la nave compostelana, y el peregrinaje de los hombres de negro hasta Fontes do Sar apunta a compleja, como ya sucediera en su última visita, ya dentro de esta penosa racha que como visitantes les tiene envueltos, con aquel incontestable 77-64.
El camino a Santiago de la escuadra bilbaína cuenta además con contratiempos y serias dudas en el roster. Las molestias acechan a Denzel Andersson, cuyos vómitos en el entrenamiento de ayer dejan claro que no tiene el mejor cuerpo. Sacha Killya-Jones atraviesa por una contractura lumbar y Alex Renfroe todavía arrastra el golpe propinado por Matt Costello en el derbi del sábado en el Buesa Arena. Los tres están entre algodones. Clara muestra es que no han entrenado esta mañana ya en Santiago.
En el bando local también faltará Mendoza por motivos físicos como consecuencia de la actuación del cuadro gallego durante la semana pasada en Turquía, razón por la que este choque de la segunda jornada en la liga regular de la ACB se vio aplazado a hoy. Jugando tres partidos en apenas cinco días, ha peleado por acceder a la fase de grupos de la Champions League pero, tras derrotar a Mornar y Legia Varsovia, se ha quedado fuera tras ceder contra el Estrasburgo.
Por tanto, frente a frente dos equipos con ánimo de quitarse el mal sabor de boca que les persigue. Y el desafío para Bilbao Basket, tras la derrota en el derbi, va a consistir en ofrecer una versión que incluya desactivar a los organizadores Jordan Howard -hermano del baskonista Markus-, Scrubb y Washington, y los interiores Blazevic, Pustovyi y Tinkle. Un rival muy solvente, y más ante su parroquia, como lo evidencia el 84-64 endosado al recién ascendido Palencia mientras en el Bilbao Arena caía Andorra.
Jaume Ponsarnau aguarda pacientemente que eche el balón a rodar mientras advierte de las dificultades del encuentro. "Un equipo con cincos poderosos con mucha presencia en la pintura y que sacan mucho provecho de todo su juego cerca del aro, y vamos a tener que estar bien, el tiro de corta y media distancia...requiere de máxima atención".