La primera gran tarde de Kristian Kullamäe trajo consigo el placentero domingo que en el Bilbao Arena dejó virtualmente sellada la permanencia de Bilbao Basket una temporada más en la Liga ACB. El escolta estonio venía viviendo un óptimo momento que culminó con un triple a falta de poco más de un segundo que vendría a certificar que el derbi no salía de Bizkaia y también la negra semana de Baskonia, incapaz de ganar en ninguna de sus tres visitas, tras Belgrado y Kaunas.
A un buen primer cuarto cargado de puntos le siguieron otros dos de dominio baskonista, que llegó con cuatro puntos de renta al definitivo. Un constante toma y daca fue el preludio de unos últimos segundos que llevaron el delirio a la grada bilbaína. Alex Renfroe y Sacha Killeya-Jones se cargaron el conjunto de Jaume Ponsarnau a las espaldas hasta que llegó ese triple determinante para colocar el 82-80 final que refrenda la buena línea de los ayer locales ante sus incondicionales.
La baja de Markus Howard a última hora por hallarse aquejado de un proceso vírico se notó, y mucho, en las filas visitantes. Lo mismo que el tute de aviones y kilómetros que lleva un equipo que, por muy profesional que sea, a veces no es consciente ni de dónde ni qué juega, con el piloto automático puesto. Siete son ya las derrotas en cadena de un equipo que anda perdiendo gas tanto en la competición doméstica como en Europa. Ambos objetivos pro progresar en ambas se está complicando sobremanera. No está nada fina la escuadra de Dusko Ivanovic y los rivales siguen pisando el acelerador.
En ausencia del mago de Nueva Jersey, que rebajó la principal baza del poder ofensivo baskonista, Codi Miller-McIntyre decidió tomar las riendas y protagonizó una actuación estelar, secundado por Chris Chiozza y Maik Kotsar, pero no fue suficiente. Gran parte de la derrota, aunque la victoria se acarició con la yema de los dedos, ya se había gestado en un inicio, uno más, demasiado relajado en defensa.
Otra semana clave
Así las cosas, llega otra semana de gran importancia para ambos. El octavo puesto de la Euroliga ha caído a manos de la Virtus, y el noveno tampoco está asegurado, aunque sí enfilado. Dos partidos de ventaja a falta de tres es lo positivo de la situación. Lo negativo es que solo se va a jugar uno en el Buesa Arena, este jueves (20.30 horas) ante un Efes aún con opciones. Luego queda precisamente Bologna. Será para cerrar, porque antes quedarán el Real Madrid y su WiZink Center.
Entretanto, en Bilbao Basket se llega con el ego subido a la ida de semifinales de la FIBA Europe Cup que le enfrentará al Chemnitz este miércoles (20h) en Miribilla.
Y durante la tarde-noche del sábado de la Semana Santa llegará la primera de las últimas ocho jornadas de la fase regular de la ACB. Baskonia nada a contracorriente para no quedarse fuera del play-off por el título recibiendo (20.45 horas) al Zaragoza en Zurbano mientras los hombres de negro viajan al Pazo dos Deportes de Lugo para medirse (18 h.) a Breogán.