Bilbao Basket sigue invencible en Europa

Bilbao Basket certificó este miércoles su clasificación al TOP-8 de la FIBA Europe Cup, después de vencer por 77-60 a Dinamo Sassari en Miribilla. De este manera los hombres de negro suman doce de doce victorias en la competición continental esta temporada y buscarán mejorar sus registros europeos del curso pasado, donde alcanzaron las semifinales. Una ronda en la que cayeron contra el Chemintz alemán que posteriormente se llevó el título. 

Después del último encuentro frente a Le Portel en el que los de Ponsarnau sufrieron en el tramo final, en este choque ante el Banco di Sardegna Sassari llevaron la voz cantante durante toda la contienda. Un dominio que llegó en gran parte por la gran actuación de Melwin Pantzar que anotó 15 puntos y realizó un gran trabajo defensivo. También se le sumaron a la fiesta Muhammad-Ali Abdur-Rahkman y Xavi Rabaseda, que finalizaron con 13 tantos en su cuenta personal. 

Asimismo, Jaume Ponsarnau aprovechó para dar minutos al recién llegado Omar Silverio, a quien se le notó su corto recorrido como MIB, dado que tuvo cuatro pérdidas de balón y varios lanzamientos de tres se le quedaron cortos. A pesar de ello, registró ocho puntos, tres rebotes y una asistencia. Por otro lado, Bassala Bagayoko debutó en una convocatoria con Bilbao Basket, puesto que desde que aterrizó en Miribilla el pasado verano se había encontrado recuperándose de sus problemas físicos. Sin embargo, no disputó ningún minuto. 

Ambición europea

Vistas las cifras obtenidas por los MIB desde el comienzo de la FIBA Europe Cup, el recorrido de los de Ponsarnau invita al optimismo a la marea negra. A su vez, el propio técnico catalán dijo en la conclusión del partido contra Dinamo Sassari que quiere "ser primero de grupo y lograr el mayor número de victorias". Un aspecto que de cara a futuro sería beneficioso para los de Miribilla, ya que tendrían el factor cancha a favor en las eliminatorias. 

Además, la victoria europea sirvió para que los hombres de negro mejorarán en ciertos ámbitos del juego, sobre todo "el rebote ofensivo y el control del ritmo", lo que Ponsarnau catalogó como "buen trabajo". Asimismo, destacó que "los cambios de roles que hemos tenido han afectado al juego, pero teníamos que invertir en esto para que nos llevara a ser mejores" y que hay "no hay nada que reprocharles" a los jugadores, dado que hubo "compromiso y deseo".