Bilbao consolida su reputación como destino turístico desde 2016 en el Estado

El movimiento se demuestra andando y la fortaleza es a veces sinónimo de resistencia y otras de competitividad. Ambas virtudes y capacidades de adaptación a los tiempos parece que también están en la agenda de Bilbao en materia de turismo. De hecho, el paso de los años –y de una pandemia– no han mermado atractivo al botxo, que sigue apareciendo como uno de los destinos preferidos y que, además, es uno de los mejor valorados por las personas que lo visitan. Y son muchas: más de un millón y medio el año pasado que, de media, estuvieron en el Territorio algo más de tres días.

Las experiencias locales, las zonas peatonales, la gastronomía, la identidad, el comercio de cercanía, el transporte público o la “excelencia” de la oferta de viviendas turísticas posicionan en un lugar preferente a la capital vizcaina. De hecho, recibe una puntuación media de 99,2 en la treintena de factores analizados por Exceltur –la Alianza para la Excelencia Turística en la que se integran las principales compañías del sector a nivel estatal– y que han sido recogidos en un informe.

Se da la circunstancia de que Bilbao se mantiene, resiste, entre los diez mejores lugares urbanos a los que hacer una escapada; a diferencia de otras ciudades que han variado de posición en el ranking final elaborado por esta asociación. En concreto, se hace fuerte en el puesto número 8 –el mismo que ocupaba en 2016, cuando se facturó el último dossier con idéntico objeto de estudio– después de analizar y comparar los indicadores de evaluación, casi una treintena distribuidos en seis grandes apartados.

En este sentido, la recuperación a lo largo de 2022 en Bilbao de grandes eventos locales como Aste Nagusia y de otros que rebasan las fronteras propias del botxo como el BBK Live han sido cruciales para aguantar en ese lugar privilegiado. Pero también lo han sido otras maniobras más discretas, menos coloristas y espectaculares, pero que enganchan, y de qué manera, a la inmensa mayoría de las personas que visitan la villa: los numerosos espacios que ofrecen conexión gratuita de wifi.

Sí. Algo tan discreto y elemental para una gran urbe en el siglo XXI basta para alcanzar el éxito absoluto: es la primera, la mejor calificada de las 22 ciudades analizadas.

En este sentido, la promoción turística a través de canales y plataformas on line, así como la vocación comercial también son muy bien valoradas por las personas que el año pasado se acercaron a la villa: cuarto y tercer puesto, respectivamente en esa liguilla del informe Urbantur 2022. Solo en los meses de verano, entre junio y septiembre, las calles y plazas de Bilbao recibieron a 438.973 turistas, lo que supuso un 13,3% más que en el mismo periodo de 2019, antes del estallido de la pandemia de covid-19.

Y todo esto teniendo en cuenta que los destinos urbanos no fueron, precisamente, los más buscados ni los más elegidos durante 2022, el primero sin restricciones de ningún tipo y en el que, en buena lid, las personas que optaron por irse a algún lugar de vacaciones se decantaron finalmente por un destino puramente vacacional, de sol y playa. Así lo reconocían abiertamente desde Exceltur, al tiempo que apuntaban otras razones para explicar esa contracción experimentada por el sector en los destinos urbanos.

Por ejemplo, que el turismo de negocios, eventos y congresos –del que se nutre Bilbao– seguía renqueante por efecto de la pandemia. Algo que ya está cambiando en este arranque de 2023, cuando el turismo corporativo parece enfilar la senda de la recuperación. Este mes de mayo, sin ir más lejos, el Palacio Euskalduna –sede por excelencia de este tipo de seminarios, encuentros y reuniones– acogerá durante cuatro jornadas a medio millar de inmunólogos. Eso será entre los días 10 y 13, pero es que finales, otros tantos expertos participarán en un Congreso de Ingeniería Naval e Industria Marítima en el que serán abordadas cuestiones tan dispares como la pesca y los pros y contras de la actividad eólica marina.

Todas estas personas estarán en la ciudad durante varios días por cuestiones de trabajo, pero también tendrán sus momentos de ocio. Es ahí donde entran los distintos recursos que ofrece Bilbao para que su estancia sea agradable, entretenida y absorbente, incluso. Y uno de los factores que influye en esto son las zonas peatonales, los espacios abiertos y que miran a la Ría de que dispone la villa para uso y disfrute de autóctonos y de foráneos. De hecho, la valoración que los turistas hacen de esta cuestión es, de nuevo, la mejor posible: el botxo está en la primera posición de las 22 ciudades analizadas.

En el extenso informe elaborado por Exceltur, es posible apreciar los puntos de mejora que también concluyen este tipo de documentos. Uno de ellos tiene que ver con la disponibilidad de un servicio de alquiler de bicicletas para turistas, que muchas veces se quedan con las ganas de recorrer a dos ruedas la villa. La “accesibilidad ferroviaria en alta gama” –como la define el dossier– es otro punto flaco. Lo mismo que la seguridad ciudadana y la percepción que tienen las personas que visitan el botxo, que también requiere de una atención especial, así como la demanda de más zonas verdes y la celebración de más eventos artísticos, culturales y deportivos.