Bizkaia

Los bilbainos, divididos ante la retirada de la mascarilla en exteriores

Pasear sin mascarilla por la calle vuelve a estar permitido. Desde este jueves se puede volver a sentir el sol en la cara, el aire fresco e incluso la lluvia que se prevé para este fin de semana. El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas acordaron que este 10 de febrero la mascarilla dejaba de ser obligatoria en exteriores siempre y cuando no se produzcan aglomeraciones y se respete la distancia de seguridad.

Las redes sociales ardieron cuando se decretó hace mes y medio la obligación de usar mascarilla por la calle; sin embargo,ahora que ya es posible volver a verse las caras, en Bilbao, gran parte de los viandantes ha optado por seguir utilizando el tapabocas.

Ane Ardanza. Foto: Oskar Gonzñalez

Ane Ardanza es una de las que este jueves continuaba utilizando mascarilla por la calle y, aunque aseguraba no haberse enterado de que dejaba de ser obligatoria en la calle, tras ser consciente de ello, ha decidido seguir llevándola. "No me la quitaré todavía porque me da un poco de miedo, por si acaso. No me atrevo a quitármela cuando hay gente cerca", contaba. No es de Bilbao, sino de Ea, y confesaba que "soy de un pueblo y venir a Bilbao y estar sin mascarilla con tanta gente por la calle no me da seguridad".

Nagore Gómez. Foto: Oskar González

Nagore Gómez, es otra de las viandantes que ha optado por seguir utilizando la mascarilla aunque en su caso es "por comodidad". "Salgo de casa y voy a trabajar al Hospital de Basurto, que está al lado. Cuando salgo de casa me la pongo y así la llevo hasta el trabajo, no tengo que andar poniendo y quitando", explicaba. Confiesa que la mascarilla que más incómoda le resulta es la FFPP2, la quirúrgica "la aguanto mejor", indicaba.

Para ella la eliminación de la obligatoriedad de la mascarilla en la calle ha sido "una buena medida", siempre y cuando la gente respete la distancia y la utilice en lugares con aglomeraciones. "En Pozas lo lógico es ponérsela", señalaba.

También hay quien esperaba este día como agua de mayo. Es el caso de Begoña Ramirez, que nada más salir de la estación de metro de San Mamés no lo dudaba y se retiraba y guardaba la mascarilla. "Yo cuando era obligatoria ya intentaba quitármela cuando no había gente porque es algo que me agobia mucho, no me deja respirar e incluso me mareo", contaba. Pero por respeto a los demás, dice, en la calle cuando se acercaba gente donde ella se ponía la mascarilla. "No vayan a pensar que soy negacionista", bromeaba entre risas.

Para Begoña la sensación de andar por la calle sin mascarilla es "una gozada", ya que considera que "de no haber una concentración de gente, en la calle porque te cruces con la gente no hay un gran riesgo de contagio". Es una gran aficionada al deporte y contaba este jueves cómo le "llamaba mucho la atención" que la vez anterior en la que la mascarilla dejó de ser obligatoria "había quien corría utilizando la mascarilla, es algo que me parece más tóxico que beneficioso".

Oskar Alonso. FOTO: Oskar González

A pesar de que para muchos la posibilidad de pasear sin mascarilla supone una liberación, también hay quien teme que dure poco y en cuestión de meses vuelva a ser obligatoria. "Está muy bien volver a salir sin mascarilla, esperemos que dure. Uno se siente mucho mejor sin ella y hasta que nos digan lo contrario, que esperemos que no, hay que disfrutarlo", decía Oskar Alonso, que considera "raro" que la gente continúe llevando la mascarilla en la calle, aunque analizaba que puede ser bien "por comodidad" o "por costumbre".

11/02/2022