Bilbao volvió a teñirse este domingo por la mañana de azul y amarillo. Cientos de personas, vascos y ucranianos, recorrieron la Gran Vía de la capital vizcaina hasta llegar al Ayuntamiento denunciando la invasión rusa de Ucrania, "un país libre y pacífico" cuyos ciudadanos "nunca se van a rendir".
La marcha, organizada por la Asociación socio-cultural y de cooperación al desarrollo Ucrania-Euskadi, discurrió bajo el lema "Viva Ucrania, fuerte, resilente y libre", y contó con la presencia del alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, así como la presidenta del EBB del PNV, Itxaso Atutxa, el parlamentario de EH Bildu Iker Casanova o el diputado Jon Iñarritu, entre otros.
La presidenta de la asociación organizadora, Oksana Demyanovych, agradeció el apoyo del pueblo vasco así como de las instituciones como el Gobierno vasco, las mesas de diálogo creadas, o diversas ONGs. "Esta manifestación es una expresión de solidaridad con el pueblo de Ucrania y eso es lo fundamental que necesitan, saber que estamos con ellos", indicó antes de comenzar la marcha.
Así mismo, señaló que los ucranianos son "un pueblo que nunca se va a rendir" y reclamó ayuda para los refugiados que lleguen a Euskadi. Consideró "clave" la creación de oficinas de información como "puente de comunicación entre vascos y ucranianos" a modo de "canalizar las ayudas". "Esperemos que la oficina central se ponga en marcha dentro de poco en Donostia y posteriormente en Bilbao y Gasteiz", remarcó esperanzada.
LAS PANCARTAS
Durante la manifestación se vivieron momentos especialmente emotivos, como el parón que se llevó a cabo en medio de la marcha para cantar el himno de Ucrania. Las lágrimas de los asistentes entre las pancartas que decían 'Proteged el cielo de Ucrania', 'No a la guerra' o 'Europa escucha a Ucrania, no pasaban desapercibidas.
Gaizka Astorkiza acudió junto a su familia a la manifestación porque considera que "hay que mostrar delante de la gente la injusticia que estamos viviendo a nivel internacional; el sufrimiento que se está llevando la población ucraniana cuando no se lo merecían".
En cuanto a la marcha, señaló que es una acto que "demuestra la concienciación que tenemos aquí en Euskadi con este hecho y sobre el sentido de la justicia". Gaizka tiene familiares ucranianos, pero considera que eso "no quita que sea una injusticia se mire por donde se mire".
Pilar Bravo y Javier Vázquez no tienen ningún lazo con Ucrania y considera, al igual que Gaizka que es "una vergüenza" lo que está viviendo el pueblo ucraniano. "Si por nosotros fuera esta guerra acababa ahora mismo; no hay justificación ninguna para que se mate como se está matando", denunciaban en la marcha.
MIEDO AL OLVIDO
Además de vascos, una gran multitud de ucranianos se unieron a la manifestación, entre ellos Veronika Pershyna, refugiada Ucraniana que lleva en Bilbao dos días y que asegura que en este momento tiene "mucha miedo" al olvido. "Es muy importante que la gente no olvide, porque una cosa más de la que tengo miedo es que la gente va a olvidar lo que está ocurriendo", señalaba. "Las cosas que pasan allí no se pueden ni imaginar, es muy duro. Ahora lo que nosotros hacemos con esta manifestación es muy importante, mostramos nuestro apoyo", indicaba.
Yuliya Mrachkovska fue otra de las ucranianas que participó en la marcha. Ella lleva 15 años en Bizkaia, en Gernika, y pedía "que llegue la paz a Ucrania", porque aseguraba que "ya no podemos más con esto, ojalá acabe pronto porque ya hay muchos muertos". Gran parte de su familia está con ella en Bizkaia y también participaron en la manifestación, pero Yuliya no pudo evitar las lágrimas al recordar que aún tiene familiares en Ucrania que, además, están participando en la guerra. "Mi padre, mi tío y mi hermano están allí y es muy duro saber lo que están pasando", contaba entre sollozos mientras avanzaba pidiendo el fin de la guerra por la Gran Vía de Bilbao