Hoy a las 12.00 horas del mediodía, el alcalde de Bilbao Juan Mari Aburto, junto a representantes del "Foro Bilbao para la Paz y la Convivencia", presiden el acto de colocación de una nueva placa conmemorativa de Yolanda González, la joven estudiante de 19 años secuestrada y asesinada por el Batallón Vasco Español, el 1 de febrero de 1980.
La placa conmemorativa se colocará en la plazuela que lleva el nombre de la joven asesinada hace 45 años, en la Ribera de Deusto 57 de Bilbao, lugar en el que nació y creció la víctima.
En este homenaje a Yolanda González se llevará a cabo una ofrenda floral con a presencia de familiares y personas allegadas a la víctima, entre ellas, su hermano Asier, además de miembros de la Corporación municipal, de otras instituciones y entidades de defensa de la Memoria.
Acto previo en el Salón Árabe
Previo a la colocación de la placa y la ofrenda floral en la plazuela Yolanda González, se va a realizar una recepción en el Salón Árabe del Ayuntamiento de Bilbao a las 11.15 horas de la mañana en el que estarán presentes los representantes que posteriormente acuden al acto, además de diversos miembros de la asociación de vecinos.
Placas por las víctimas en Bilbao
La placa por Yolanda González Martín, es la número diez que se coloca en Bilbao en homenaje de las víctimas del terrorismo.
La primera fue en noviembre de 2022 en recuerdo de Ángel Pascual Múgica, ingeniero de proyectos de la central nuclear de Lemoiz, asesinado por ETA en 1982 en el barrio de Begoña. La siguiente, en septiembre de 2023, se realizó en conmemoración del bilbaino José María Urquizu Goyogana, asesinado por ETA el 13 de septiembre de 1980 cuando se encontraba trabajando en la farmacia que su familia tenía en Durango. Por deseo de la familia, está colocada en el Parque de Doña Casilda, considerado un espacio de memoria al albergar el monolito a las víctimas del terrorismo, inaugurado en 2006.
La tercera, colocada en marzo de 2024, está en la Calle Gran Vía 1, junto a la Plaza Circular donde se encontraba la sede del Banco de Vizcaya, lugar de trabajo de Benicio Alonso Gómez que fue asesinado por ETA tras la explosión de una bomba el 5 de febrero de 1983. En el mismo año 2024 se colocaron varias.
La número cuatro, el 30 de abril en el Parque de Botica Vieja, en recuerdo a Fermín Monasterio Pérez, taxista vecino de Bilbao, asesinado a tiros por un miembro de la banda terrorista ETA, el 9 de abril de 1969, convirtiéndose en la primera víctima civil de ETA. El 24 de junio, se instalaría la número cinco, en la calle Pedro Ibarretxe, junto al Palacio de Justicia, en honor a Francisco Javier Núñez Fernández, joven profesor de matemáticas que falleció con tan solo 38 años, víctima de la violencia policial, el 30 de mayo de 1977.
La sexta placa se colocó el 23 de julio en la C/General Salazar, en recuerdo de Anastasio Leal Serradilla, empleado municipal asesinado en ese lugar, el 23 de julio de 1980, tras estallar una bomba de "goma dos" atribuida a la Triple A cuando realizaba su trabajo. En el mismo atentado y fruto de la explosión murieron también dos jóvenes hermanos que recogían cartones en un contenedor. La séptima, el 7 de octubre en honor a David Salvador Bernardo, taxista abatido a tiros en Andoain el 7 de octubre de 1977 por la Triple A, en el número 4 de la bilbaina Calle 2 de Mayo, el lugar donde nació y vivió sus primeros años.
La octava, el 22 de noviembre, fue en memoria del sargento mayor de la Ertzaintza, Joseba Goikoetxea Asla, en la C/Tívoli, lugar del atentado perpetrado por ETA el 22 de noviembre de 1993, y la novena el 26 de noviembre en honor del joven Angel Esparta Basterra, asesinado a tiros por la Guardia Civil el 25 de noviembre de 1975, considerado el primer crimen cometido por este cuerpo policial tras la muerte de Franco.
Todos estos símbolos configuran el "Mapa de la Memoria de Bilbao", una iniciativa del Ayuntamiento y del "Foro Bilbao para la Paz y la Convivencia", para mantener el recuerdo de estas víctimas y georreferenciar estos hechos vinculados con la violencia política y el terrorismo en la Villa, rescatando del olvido las historias de las personas asesinadas con el propósito de que trasciendan a la ciudadanía.