EL pulmón del centro de Bilbao se convirtió el domingo en un entorno de lo más rural con Artzain Txapelketa Bilbao, el primer campeonato de perros pastores realizado en espacio urbano. Seis pastores, vizcainos y guipuzcoanos, con sus respectivos canes desarrollaron diferentes pruebas de habilidad con un rebaño de 30 ovejas delante de cientos de personas en el Parque Etxebarria.
Niños, mayores y también perros, disfrutaron de un espectáculo diferente que no están acostumbrados a vivir. Durante el campeonato, los asistentes tuvieron que cumplir dos peticiones: estar en silencio para que las pruebas se llevasen a cabo con las máximas garantías y que los perros asistentes estuvieren atados con el fin de no distraer.
El buen tiempo hizo que cada dos pastores el rebaño de ovejas tuviera que cambiarse, para garantizar así su seguridad por las altas temperaturas y demostrar también, según señalaron desde la organización, "que no se aprenden el camino". "Está muy bien que nos expliquen todo, cómo se organiza la competición y las normas que tenemos que seguir porque es algo a lo que no estamos acostumbrados y así podemos verlo con algo, no mucho, de criterio", indicaba Iratxe Torres, que acudió a ver la competición junto a su perro Oliver.
Contaba Torres que le llama especialmente la atención la fijación que tienen los perros con las ovejas ya que, según recuerda, "Oliver solamente ladraba a las ovejas de pequeño, a las vacas y a los caballos ni se acercaba, pero con las ovejas tenía especial fijación. Luego se le pasó". "Quizás dejó de ladrar a las pobres ovejas porque no fomentamos ese instinto, igual si lo hubiéramos hecho, hoy no estaríamos aquí como espectadores sino compitiendo", relataba la joven bromeando.
Como dueña de un perro, a Torres le asombraba "lo bien educado que están" los perros de los pastores, ya que, según señalaba, ella con Oliver no siempre es capaz de ser todo lo estricta que debiera. "Muchas veces me gustaría que con solo una palabra hiciese lo que quiero, como por ejemplo, que se baje de la cama para poder dormir a pierna suelta. Estos pastores se ve que no dan lugar a tonterías y sus perros saben perfectamente lo que tienen que hacer", señalaba. Y es que, los pastores no se movían durante los siete minutos que duraban los ejercicios a realizar, desde un mismo punto, con palabras como "segi" o "etzan" (continúa o túmbate en euskera) guiaban a los perros pastores en su trabajo.
conectar con la naturaleza
Los niños y niñas que allí se acercaron pudieron disfrutar en su propia urbe de un entorno muy rural que Gorka Varela agradecía para sus dos hijos. "Normalmente intentamos ir con ellos al monte, pero no siempre se puede, así que está muy bien que estas actividades tan rurales podamos vivirlas también en la ciudad para que ellos –sus dos hijos– conecten con la naturaleza. Rara vez pueden ver las ovejas tan cerca", señalaba desde primera fila.
"Es muy bonito que se acerquen estas costumbres rurales porque quizás haya mucha gente que de otra manera no podría conocerlas", indicaba.
Esta competición fue la actividad con la que culminó el Basque Fest, que durante cinco días ha acercado el deporte tradicional vasco a la capital vizcaina, algo que ha "gustado mucho". "Poder ver a los perros pastores en acción es un auténtica maravilla, pero también lo es ver las exhibiciones de otros deportes como el corte de troncos, algo de lo que también hemos podido disfrutar con el Basque Fest", indicaba Varela, quien aseguraba haber disfrutado de una gran cantidad de las actividades.
Tanto Torres como Varela esperan que esta no sea la última vez que el deporte más rural baja a la urbe, ya que "de esta manera se valora mucho más a los perros, las labores que hacen y lo profesionales que pueden llegar a ser", indicaba Torres. "Es muy importante que los más pequeños conecten con los animales, y creo que esta es una buena manera", indicaba Varela.