Como ya es habitual en los recuentos que realiza la izquierda abertzale, EH Bildu ha introducido en el cómputo sus 38 alcaldías en Nafarroa para sacar brillo a su balance, y ayer se declaró a través de un comunicado como la primera fuerza municipalista de Hegoalde. Es cierto que, sin contar Nafarroa, su poder municipal se ha ampliado y supera en número de alcaldías al PNV (107 a 90) tras unas elecciones con una elevada abstención y tras la jornada de constitución de los ayuntamientos de ayer, donde le da aire su primera posición en Gipuzkoa, no así en el resto. Allí se ha impuesto con claridad, al menos en lo que se refiere al número de alcaldías en crudo. Del total de 88 municipios guipuzcoanos, 51 tendrán alcaldes y alcaldesas de la coalición abertzale, un impulso que la convierte en la primera fuerza, pero con el inconveniente de que, con carácter general, en toda la comunidad autónoma y también en Gipuzkoa, PNV y PSE se llevan los municipios más poblados.
Entre PNV y PSE, gobernarán al menos a 350.000 personas de unas 700.000 en Gipuzkoa, y se llevan varios municipios situados en lo alto de la tabla. En términos de población, por lo tanto, las fuerzas están mucho más igualadas de lo que parece sugerir el triunfo categórico en número de alcaldías de Bildu.
La jornada de constitución de ayuntamientos en Gipuzkoa no deparó ninguna sorpresa, ni siquiera en Azkoitia, el único punto donde todavía ayer se contenía el aliento. La ausencia de acuerdo entre EH Bildu y los independientes dejó expedito el camino para que la jeltzale Ana Azkoitia se hiciera con la makila tras su victoria en las urnas, sin mediar ninguna maniobra de última hora.
EL REPARTO
En la capital, Donostia, el jeltzale Eneko Goia fue reelegido con los votos del PNV y las abstenciones del resto, incluido el PSE. Los socios decidieron proceder de este modo salvo cuando hiciera falta el voto a favor para reunir una mayoría absoluta y arrebatar la alcaldía a EH Bildu, allí donde la lista más votada hubiera sido la izquierda abertzale. Así ha sucedido en Legazpi, donde el PNV ha podido superar a la coalición abertzale con el sí del PSE. El pacto entre jeltzales y socialistas no desafinó en ningún momento, al contrario de lo que sucedió hace cuatro años, cuando el grupo municipal jeltzale trató de presentar a su candidato en Irun para disputar la plaza al PSE.
Gipuzkoa es también el territorio donde funciona con mayor claridad el binomio Bildu-Podemos, no solo por el apoyo de los segundos a la izquierda abertzale para que gane alcaldías, sino por sus acuerdos para la gobernabilidad.
Entre las 51 alcaldías de Bildu destacan Andoain y Pasaia, donde ganó las elecciones y, con el respaldo de Podemos, ha enviado a la oposición al PSE. También gobernará en Arrasate, Tolosa, Soraluze, Lezo y Mendaro, municipios todos ellos donde el PNV pasa a la oposición. Y seguirá gobernando en Errenteria y Azpeitia.
En cuanto al PNV, además de Donostia, gobernará en Azkoitia, Zarautz, Beasain, Legazpi, Elgoibar, Urnieta, Urretxu y Deba, tras recibir el apoyo no autorizado de una plataforma vinculada a Podemos. Una pérdida dolorosa para los jeltzales es Hondarribia, donde Bildu ha respaldado a Abotsanitz y ha cortocircuitado la posibilidad del PNV de mantener la alcaldía. Los jeltzales se quedan con una decena. El PSE ha amarrado Irun, Eibar, Lasarte-Oria, Zumarraga y Larraul. l
Gipuzkoa
- EH Bildu. Se lleva 51 de las 88 alcaldías, entre las cuales destacan Andoain, Pasaia, Arrasate, Tolosa, Errenteria y Azpeitia.
- PNV. Ha conseguido retener Azkoitia, y también gobernará en Donostia, Zarautz, Beasain, Legazpi, Elgoibar, Urnieta, Urretxu y Deba.
- PSE. Irun, Eibar, Lasarte-Oria, Zumarraga y Larraul.
- Independientes. La plataforma surgida de la izquierda aber-tzale, Abotsanitz, releva al PNV en su feudo de Hondarribia.