El Bilbao Athletic de Bingen Arostegi ha comenzado esta mañana en Lezama la pretemporada. Con varias caras nuevas, el regreso de Beñat Gerenabarrena e Ibon Ispizua tras iniciar los entrenamientos la pasada semana con el primer equipo, el técnico bermeotarra, acompañado por Jon Solaun, Iban Urkiza y Dani Aranzubia, ha dado forma a la primera sesión de trabajo en las instalaciones deportivas del club. Una entidad a la que regresa Arostegi tras cuatro años fuera y una interesante etapa de dos años y medio como mano derecha de José Ángel Ziganda en el Oviedo.
En su presentación ante los medios, el nuevo entrenador del Bilbao Athletic ha reconocido que coger las riendas del primer filial rojiblanco es “un reto chulísimo” además de “una magnífica oportunidad a nivel personal, profesional y familiar”. En su comparecencia, Arostegi ha querido acordarse de Kuko Ziganda, al que ha dicho “deberle mucho” por la confianza que ha depositado en él en todos estos años.
Tras aceptar la propuesta de la candidatura de Ricardo Barkala para ser el metodólogo de Lezama en caso de victoria del portugalujo en las elecciones a la presidencia del Athletic, hecho que no ocurrió pues fue Jon Uriarte el vencedor, a Bingen Arostegi le llegó después la oportunidad de dirigir al Bilbao Athletic de la mano del nuevo presidente. Al respecto, ha explicado que “al principio” su futuro “llevaba otro camino”, pero que en el fútbol las circunstancias cambian mucho. “Llegó la oportunidad y la acepté con mucho gusto”. El técnico ha desvelado también que la candidatura de Uriarte también le ofreció en campaña la posibilidad de unirse a su equipo de trabajo, opción que desestimó en un principio. Lo que no ha querido hacer público es la duración de su contrato, dato este que tampoco ha sido publicado por el club.
Cuestionado acerca de qué ha cambiado en él desde su salida de Lezama en el verano de 2018, tras la no continuidad de Ziganda al frente del primer equipo, en el que tuvo a Arostegi como su primer ayudante, el bermeotarra, profesor de formación, ha admitido que ahora es “un Bingen más sereno, con experiencia en el fútbol profesional que antes no tenía y que no ha perdido la mirada de formador”.
LOS OBJETIVOS
En otro orden de cosas, referidas a los objetivos que se marca para la temporada entrante, Bingen Arostegi ha apuntado que lo principal es la formación: “Estoy dentro de una estructura de trabajo en la que lo importante es generar jugadores para el primer equipo. Estamos en un escalafón de la formación que tiene más visibilidad, pero todos los escalafones son importantes”. En este sentido ha apuntado que le gustaría que su equipo tenga “un ritmo alto, que intente cosas, que trabaje y sea disciplinado”, todo ello para lograr “la mejor versión del jugador, que esté preparado para cuando se le necesite. Tenemos que estar preparados para dotar de ese recurso al primer equipo en caso de que nos lo requieran”.
En lo que respecta a la plantilla, que de momento está compuesta por 24 futbolistas, la ha calificado de “joven” y ha recalcado que “tendrá que asumir un reto importante, pero bonito”. “Es un grupo muy joven que tiene una oportunidad de mostrarse en esa categoría tan difícil”.
Por último, no ha sabido concretar qué será de Malcom Adu Ares y Luis Bilbao, ni tampoco de Beñat Prados y Aitor Paredes, los cuatro cachorros que siguen a día de hoy ejercitándose a las órdenes de Ernesto Valverde en el primer equipo. Con respecto a los dos primeros, ha asegurado que “ahora mismo el tema no está decidido”. “Nos harán llegar las decisiones que tomen. Yo cuento con que están arriba, pero es posible que vengan”. De Prados, pretendido por el Mirandés, y Paredes, cuyo rol podría cambiar por completo en caso de que finalmente salga Unai Nuñez, no ha ofrecido ningún detalle.