Dice Biniam Girmay, hombre de fe, que es el más rápido del Tour gracias a Dios. “Quiero agradecerle a Dios el darme mucha fuerza y poder. Sin Dios no podríamos hacer nada y estoy muy feliz”. Se desconoce si el eritreo, un relámpago, recibe ayuda divina, pero nadie discute que es el mejor velocista de la carrera francesa. En Villeneuve-sur-Lot festejó su tercera victoria en la Grande Boucle, una cifra reservada a los mejores. Un hito. Otro más del llegador africano, que ha hecho de los esprints de la carrera francesa una celebración íntima que exporta al África negra. Atravesado el techo de cristal en Turín, Girmay continúa acumulando dicha. Des fiesta en fiesta. Tres logros en tres escenarios similares pero no iguales. Probablemente, el eritreo no es el velocista más poderoso, potente y veloz entre sus colegas que debaten en las llegadas, pero sí se subraya como el más letal y adaptable. Además está acertando con el tempo, la difícil ecuación de cuadra el espacio y el tiempo. “Hay que buscar el momento y la posición adecuadas para el esprint”, apuntó el africano.
Una vez roto el precinto, cargado de confianza, alejado del estrés y la presión, Girmay es un cohete que sobrevuela la carrera francesa. “Desde el principio del Tour, sentía que podía conseguir buenos resultados, así que lo he demostrado en los últimos tres esprints, que si estoy en una buena posición, puedo ganar, especialmente hoy (por ayer) que no teníamos nada de estrés”. Esa calma, la seguridad en sí mismo, impulsa al africano cada vez que se lanza en ese baile vertiginoso. Girmay es el más polivalente entre los que optan al triunfo en los duelos de aceleración máxima. Girmay se ha impuesto en esprints académicos, pero también en la llegada de Colombey-les-Deux-Églises, que exigía una respuesta rápida y poderosa en una meta con la suficiente pendiente para impulsar al eritreo y hundir a otra clase de velocistas, más pesados que él.
MÁS DE 100 PUNTOS DE RENTA
Eso le concede ventaja. Girmay tiene mayor capacidad de adaptación. Capaz en distintos escenarios. “Este año he cambiado completamente mi entrenamiento y mi filosofía. He cambiado muchas cosas y ha salido muy bien, así que continuaré así”, apuntó el velocista. Además de las tres victorias que condecoran su ascendente en los esprints, el eritreo acumula dos segundos puestos que le confieren un buena ventaja en la azotea de la regularidad. Aventaja en 107 puntos a Philipsen, con el que rivaliza en el cuadrilátero de la velocidad.