Aliciente, ilusión, alegría de vivir… La palabra en euskera bizipoza se podría traducir de muchas maneras, pero para la entidad del mismo nombre es una verdadera filosofía de vida: sin la imparable fuerza de la solidaridad y la unión entre diferentes, nos encaminaríamos hacia un mundo peor. Más triste, más hostil. Leire Elizegi Beloki (Lasarte-Oria, 1979) es desde hace nueve años la coordinadora de la entidad Bizipoza, que agrupa a un total de 38 asociaciones de Euskal Herria de apoyo a la infancia y de las familias, y que tienen un claro acento solidario e inclusivo. La asociación de familias de menores con cáncer de Gipuzkoa (Aspanogi), la fundación Diabetes Cero, Chernobilen lagunak, Gehitu, Juneren Hegoak y la asociación gitana Kale Dor Kayiko, por mencionar algunas, forman parte de esta tupida red asociativa. Con sede en Andoain, Bizipoza cuenta con el respaldo de sus socios, patrocinadores y voluntarios para prestar su ayuda a las asociaciones y extender sus valores por todos los rincones posibles de la geografía vasca. Y como ejes de acción, tres grandes protagonistas: euskera, trabajo en equipo (auzolana) y la creación. Todo ello desde una mirada positiva y optimista.
Se puede leer en la página web de la asociación: “Bizipozak bizipoza du misio”. No cabe duda de que el nombre elegido ha sido todo un acierto.
-Hay un precedente claro en Irrien lagunak, donde haciendo hincapié en la unión y la solidaridad se establecían alianzas con diversas asociaciones. Se trata de un proyecto educativo que cuenta también con una revista mensual infantil. Llegó un momento en el que desde Irrien lagunak lanzaron una reflexión: el proyecto iba creciendo y creciendo, por lo que observaron la dificultad de poder acometer por sí solos todo el trabajo. La solidaridad y la cuestión de los derechos atañe a toda la sociedad. Junto con otros agentes sociales más, Irrien lagunak es ahora uno de los socios de Bizipoza. ¿El nombre? Sinceramente no sé muy bien de dónde viene, pero se trata de una característica común que atraviesa Bizipoza y que también tienen todas las asociaciones familiares e infantiles que forman parte de la entidad. No deja de ser una actitud optimista ante la vida, una forma de ver las cosas (buenas, malas, tristes o alegres) desde la positividad.
El trabajo en equipo es uno de los pilares de la asociación, pero no parece que sea nada sencillo lidiar con tantos agentes y entidades la vez. ¿Cómo se consiguen poner de acuerdo?
-El hecho de que Bizipoza esté estructurado de una manera determinada es un punto fuerte, aunque también hay que coordinar y organizar todo el entramado de alguna manera. Para ello, existe un grupo motor, formado por los representantes de los socios, que se reúne cada tres semanas y donde se deciden cuáles son los próximos pasos que se van a dar. Es un trabajo bonito. Hay que informar a los unos y a los otros y tenemos que consensuar y ponernos de acuerdo entre todos los agentes.
¿Y cuál sería su tarea como coordinadora?
-Los días son muy variables, cambian mucho. De lo que sale en la reunión del grupo motor me toca a mí organizarlo en el día a día. Por ejemplo, para la fiesta de Bizipoza elegimos el municipio en el que se va a celebrar y ahí tenemos que dar con una persona local para arrancar y poner en marcha todo. Es una parte de mi trabajo. Entre los planes y proyectos que realizamos, me suele tocar a mí llevar a cabo las tareas de comunicación, establecer relaciones, hablar con las asociaciones, etc.
La pluralidad es una de la señas de identidad de las asociaciones que componen Bizipoza. ¿Qué diría que tienen todas ellas en común?
-Muchas cosas, pero diría que luchan por un mundo más inclusivo y justo desde el euskera. Son asociaciones que comparten el objetivo de una sociedad construida entre todos y para todos. Todas ellas trabajan en temas específicos y están formadas por niños y familias que aún carecen de ciertos derechos.
“ Luchamos por un mundo más inclusivo y justo desde el euskera ”
¿Por qué apuestan por la creación y el euskera como herramientas indispensables?
-Al euskara le sucede un poco lo mismo que a las asociaciones de Bizipoza: es un idioma específico, con muchas necesidades, y que tampoco tiene todos sus derechos cubiertos. Su pequeño tamaño también genera una especie de empatía, que hace que muchas asociaciones se sientan fácilmente identificadas con el idioma. Diría que el euskera aporta mucho a las asociaciones y estas, a su vez, también le dan mucho. El euskera nos une a todos. En cuanto a la creación, también es una característica que hemos integrado de una manera natural a nuestra actividad. Por ejemplo, las canciones y los videoclips del cedé Mundu berri bat guztiontzat, que hemos realizado junto a las asociaciones, no se pueden entender sin una mirada creativa. De la mano de la cultura, tratamos de socializar y sensibilizar a la población de los problemas que padecen la infancia y las familias.
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Se cumplen dos años del libro Munduak guztiontzat beharko luke, baina ez da de la periodista Amagoia Mujika y que fue publicado por Bizipoza. ¿Qué es lo que faltaría para terminar de tapar o cerrar los agujeros de nuestro sistema público?
-El libro lo editamos después de un trabajo de fin de máster de Peio Manterola, una investigación muy valiosa y completa pero también densa -como suele ocurrir con este tipo de volúmenes-, en el que se enumeraban los derechos que faltan por ser conquistados. Pensamos que podíamos llevar a cabo un trabajo como este a otro ámbito de lectura y otro público, y ese es el trabajo que hizo Amagoia Mujika. Hemos observado que hay muchas carencias en nuestro sistema público, pero también es verdad que se han dado avances importantes y eso es algo que hay que decirlo en voz alta.
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¿Puede darme ejemplos concretos sobre esas carencias?
-En general, se deberían mejorar algunos aspectos relacionados con la educación y la formación, la financiación de la investigación… Son bastantes cosas. De ahí que haya tantas asociaciones que desempeñan una labor fundamental para alzar la voz y que, efectivamente, se puedan tapar los agujeros que nuestras administraciones no llegan a cubrir.
En las redes sociales han lanzado una nueva convocatoria para captar voluntarios. ¿En qué consiste esta labor desinteresada?
-Todos los años presentamos una campaña para promocionar el voluntariado. Se pueden realizar aportaciones económicas, y la gente también nos puede apoyar con su tiempo y dedicación personal. Ahí es donde necesitamos concreción. ¿En qué ámbitos se puede echar una mano? ¿Dónde puede ser más efectiva la ayuda? Para ello, vamos a un lugar o una zona concreta y detectamos las necesidades que se plantean. En el apartado Zipriztindu zaitez de la página web bizipoza.eus hemos puesto a disposición de la gente distintos recursos para que puedan ver qué actividades se están poniendo en marcha en los municipios y dónde y cómo se puede ayudar.
En las últimas jornadas de Bizipoza, celebradas en Usurbil, el racismo fue el tema principal. ¿Qué pasos se deben dar, como se indicaba en el programa, para empezar a desmontar actitudes racistas?
-Fueron unas jornadas tremendamente productivas. Contamos con la presencia y el testimonio de algunas de nuestras asociaciones (Ndank Ndank, Kale Dor Kayiko, Ume alaia), además de la participación de la activista antirracista Voryri Bita. Su aportación fue muy valiosa. Y llegamos a la conclusión de la necesidad de una formación inclusiva y antirracista para que llegue un cambio verdadero a la sociedad.
Una de las participantes fue la aizkolari negra Oihane Fernández. ¿Los prejuicios siguen teniendo un peso importante?
-Sí. Te voy a poner un ejemplo: Antonio Dual, de la asociación gitana Kale Dor Kayiko, nos contó que en el colegio un profesor le llegó a decir: “Como eres gitano, no vas a llegar a nada en la vida”. Por su parte, desde Ndank Ndank incidieron sobre el microrracismo que sufren las personas racializadas en su día a día.
¿Los dos escaparates principales de Bizipoza son la Durangoko Azoka y la fiesta anual de la organización?
-Son dos escaparates diferentes. En la fiesta anual el objetivo es reunir a todas las asociaciones y reivindicar sus valores a pie de calle en un ambiente festivo: hay una romería, comida, juegos, payasos… En el caso de la Durangoko Azoka estamos presentes con una mesa informativa.
Bizipoza eskola: un universo virtual a un clic y gratis
A tan solo un clic, Bizipoza ofrece la posibilidad de que los centros educativos, así como las familias, puedan empaparse de manera gratuita de las guías didácticas y el material educativo que la asociación ha preparado con esmero durante un largo periodo. Dividido en diferentes secciones (educación reglada y no reglada, calendario, hacer país) y niveles (desde la educación infantil a los estudios superiores), en bizipozaeskola.eus se pueden hallar un sinfín de recursos y contenidos, desde cuestiones de identidad y la multiculturalidad a karaokes, juegos y bailes para los más pequeños.
Un caudal creativo en el que hay que mojarse (“zipriztindu zaitez” es su lema) y que no deja de fluir entre los muchos apartados de la web. Para poder hacer uso de los materiales de Bizipoza eskola, solo hace falta registrarse con un email. “Queremos que los valores de fraternidad y compañerismo que promulgamos puedan llegar a través de distintas tareas”, resume Leire Elizegi.