“Mi nombre es un sueño que alguien vociferó segundos antes de despertar”. Bobbi Relac (Barakaldo, 1975), el músico e ilustrador conocido anteriormente como Oskar Benas, mantiene el misterio de su verdadera identidad hasta en su propia biografía profesional. Un sospechoso habitual de la escena alternativa del rock en Euskal Herria y más allá, guitarrista en la actualidad de ilustres artistas como Maika Makovski y Diego Vasallo, ha desarrollado un relato muy singular que arranca en Irun a finales de los años 80, cuando se mudó con su familia a la ciudad fronteriza. Con su nueva identidad, Bobbi Relac ha publicado en los últimos dos años tres álbumes (IV, El final y el principio, Fuzz y curry) y un EP (El rescate) bajo el paraguas de su propio sello, El Termo Discos. Y tiene otro disco en marcha. El caudal creativo de este autor de canciones parece inagotable.
¿Cómo se convierte uno en un modelo de autogestión con credibilidad? ¿Lo hace porque no le queda otro remedio tal como está la industria musical o para tener el control absoluto sobre la calidad?
-Espero que nadie siga mis pasos si no quiere acabar en la ruina. Durante muchos años, llegué a creer que era por tener controlada mi obra y en parte así debía de ser de alguna u otra manera. La verdad es que me encantaría encontrar a alguien que se enamore de mi curro y que invierta en asuntos de la industria para los que a mí no me da la vida y me llevan mucha energía, como los temas de promo, oficina, distribución, booking, etc. Pero de momento, y hasta nuevo aviso, sí: yo me lo guiso y yo me lo como.
Ha sacado casi de golpe cerca de 40 canciones. ¿Eran composiciones que estaban guardadas en un cajón?
-Hay unas pocas ideas que estaban en el limbo desde la vida anterior. En cada uno de los cuatro discos que llevo hasta la fecha (tres cantados y un instrumental) hay algún que otro fraseo que estaba grabado en casetes olvidados desde que andaba yo en la universidad a mediados de los 90. Encontré esas cintas en un armario del taller y tomé notas a modo de rescate para empezar con el primer EP, despedirme de lo anterior, darle homenaje y sepultura y volver a empezar. Serían un total 5 o 6 temas, el resto es todo nuevo.
Bobbi Relac suena a cantante de blues maldito o a músico country. Es un nombre que no parece precisamente salido del monte Jaizkibel.
-Ese nombre apareció en un sueño en un momento de mutación crucial que fue el final de una existencia y el principio de otra. Lo recordé al despertar y ahora lo llevo en el DNI.
Cuando uno acude al psicólogo siempre termina hablando de la relación con sus progenitores. El álbum IV se abre con Padre y se cierra con Madre… ¿como un ejercicio de reconciliación?
-La relación con nuestros padres, sobre todo en los primeros 8 años, marca a fuego nuestra persona y nuestra relación con el mundo. Por circunstancias de la vida, he terminado con 50 años en su casa con todo lo que ello supone (a pesar de ser una suerte tener un sitio donde caer cuando las cosas se te ponen feas): volver al nido, ver cómo nos interrelacionamos entre los diferentes miembros de la familia, las formas adquiridas, las herencias, los hábitos, los muros, la fragilidad, la enfermedad, la muerte. Veo cómo ha cambiado mi perspectiva hacia ellos y he visto las heridas de la infancia, que todavía voy sanando. Ha sido como estar en la cuna, renacer y vuelta a volar. Este disco IV habla de la familia en el universo del niño herido.
¿Tirar a territorios más folk era el camino lógico después de haber estado ligado al rock durante toda su vida?
-No entiendo mucho de estilos. Voy haciendo lo que me sale y siempre me ha gustado el rollo folk; en roles pasados había algún que otro disco con sonoridades parecidas. Este me gusta mucho cómo ha quedado. Es más desnudo, es diferente. Por poco ni lo comparto, lo sentía como algo muy personal, pero al final decidí sacarlo. También dejo caer que ya tengo el máster terminado del nuevo disco con la banda, muy eléctrico y con toques ácidos, que he ido grabando a la par que el otro. Ya veremos cómo y cuándo lo sacamos.
Lo más fácil sería mencionar a Townes Van Zandt como una de sus influencias, pero quizás también le gusten grupos actuales lisérgicos y libres en la órbita de los madrileños Esperanto y Mohama Saz.
-Claro, Mohama Saz y Esperanto son grupos amigos, he hecho bolos con ellos y nos llevamos muy bien. Ahora mismo, con Dani (bajista) comparto banda en la gira de Maika Makovski. Y lo de Townes Van Zandt, por supuesto, siempre está ahí en mi corazón junto a Nick Drake, Leonard Cohen, Walter C Frank, Devendra Banhart, Ben Harper, los comienzos de Jack Johnson o las viejas canciones de Cat Stevens...
El nuevo disco de Maika Makovski es muy atrevido. ¿Cómo terminó tocando la guitarra en su banda de directo? Ella no vive en Hendaia precisamente…
-Maika es amiga mía desde hace mucho tiempo, somos como hermanitos. Hemos vivido muchas cosas juntos. En mi vida anterior giré con ella tres años seguidos (de 2009 a 2012) y nunca hemos perdido el contacto. Tiene un talento espectacular, flipo con ella. Suelo participar en sus discos como diseñador y tocando instrumentos, pero no me había animado a una gira hasta ahora. Irme a grabar este disco con ella a Bristol el pasado verano fue muy bonito y sanador. Así que ahí estoy, embarcado en un tour con un equipazo detrás del copón que, aunque logísticamente es un tute, va engrasado y funciona de maravilla.
¿Qué es lo que ha aprendido de alguien como Diego Vasallo? Parece un tipo muy rock y muy decente.
-Diego lleva un ritmo muy tranquilo de conciertos, no hay grandes giras. Creo que hicimos 8 conciertos el año pasado y ahora está embarcado en un proyecto nuevo, empezando de cero, supongo que pronto hablará de ello. Me entiendo muy bien con él, es un tipo de apariencia afable aunque muy inquieto; le veo como a un artista buceando en el alma humana, en la fragilidad que se muestra como textura en los márgenes entre la sombra y la luz. También me gustan mucho sus pinturas.
Nació en Barakaldo, pero hace tiempo que vive en Irun. ¿Qué es lo que le engancha de la ciudad fronteriza? ¿La tienda de discos Bloody Mary? ¿La pastelería Aguirre?
-Nacido en Barakaldo y criado entre Gabierrota (Errenteria) e Irun. La familia se mudó aquí en el año 87. De esta ciudad no me engancha nada más allá de la familia. Tengo amigos-hermanos que adoro y lugares que quiero como el gaztetxe Lakaxita, que tiene una actividad muy guay, aunque no me prodigo mucho: salgo poco. Nunca me he sentido ni irunés ni de ningún lado, pero desde que estoy aquí de nuevo creo que me he reconciliado con el lugar; quizás haya estado escapando de esto durante toda mi vida. No lo sé. Disfruto mucho del maravilloso entorno bidasotarra: Aiako Harria, Jaizkibel, que tiene miles de recovecos... Camino mucho por los montes.
¿Lo mejor de Donostia sigue siendo el bar Bukowski de Egia, uno de los pocos referentes musicales que quedan en pie en la ciudad?
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-Pues no sé si es lo mejor, solo sé que es mi casa. Llevo toda la vida andando entre esas paredes. Si algún día me da por echar una vuelta es ahí a donde voy. Ha mutado como ha mutado y mutamos todos y deseo que tenga mucha vida por delante. Porque no, no hay referentes musicales ni garitos del estilo.
Talento que brota en el rock y el arte
Bobbi Relac no solo está enfocado en su carrera musical y en el ámbito del rock. Este cantautor y guitarrista que desde los años 90 ha colaborado con artistas como Fermin Muguruza, Atom Rhumba o Cabezafuego, ha participado en bandas sonoras y documentales, espectáculos de danza, pintura y teatro. Su talento brota en diferentes direcciones con la potencia de quien se busca la vida y halla una voz propia. Su carrera de ilustrador está muy ligada, eso sí, a muchas bandas y artistas musicales de nuestro entorno (Garbayo, Capsula y Gatibu, entre otros muchos) y de otros lares (Guadalupe Plata, Wooden Shjips, Holy Wave, Sex Museum), con quienes ha colaborado para la realización de portadas de discos, carteles de giras y pósteres. Muchos de ellos son viejos conocidos del amplio universo rock.
En su página web, bobbirelac.com, se pueden encontrar todos estos trabajos, así como otro tipo de merchandising de bandas (camisetas y bolsas de tela, principalmente) y la posibilidad de poder realizar “pedidos y encargos” escribiendo al correo electrónico info@bobbirelac.com.