La Casa Blanca ha confirmado este lunes el boicot diplomático de los Juegos Olímpicos de invierno en Pekín en respuesta a las violaciones de Derechos Humanos cometidas por el Gobierno chino en Xinjiang, lo que implica que ningún alto cargo norteamericano acudirá a la cita deportiva, algo que no tiene precedentes desde 1980.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, ha indicado que la Administración de Joe Biden está enviando un "mensaje claro" de que los abusos no pueden quedar impunes. En rueda de prensa, Psaki ha confirmado que la decisión se ha tomado "dado el genocidio y los crímenes contra la humanidad en curso" en la provincia de Xinjiang.
Aunque no envíe delegación diplomática, la Casa Blanca ha trasladado al equipo olímpico estadounidense su "apoyo total", a la vez que ha insistido en que no está dispuesta a "contribuir a la fanfarria del juego", informa CNN. Psaki ha agregado que el Gobierno no considera que fuese un "paso correcto o justo" aplicar un boicot completo a los juegos, ya que supondría penalizar a los atletas estadounidenses.
El posible boicot estadounidense era algo sobre lo que se venía hablando las últimas semanas. El propio Biden reconoció en noviembre que el boicot diplomático estaba sobre la mesa, después de que así lo hubiesen pedido destacadas voces de los principales partidos, entre ellos la demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes.
Tras conocerse la noticia, el periódico oficialista Global Times ha publicado un mensaje en su cuenta de Twitter asegurando que "para ser honestos, los chinos se sienten aliviados al escuchar esta noticia, porque mientras menos estadounidenses vengan, menos virus se introducirán" en el país.
La última vez que se aplicó una medida similar fue con Jimmy Carter en la Casa Blanca, cuando Estados Unidos se desmarcó políticamente de los Juegos Olímpicos de Moscú.
Las tensiones entre Estados Unidos y China han sido una constante en estos últimos años y, de hecho, Biden no ha invitado al gigante asiático a la Cumbre por la Democracia que organiza esta semana. Uno de los principales reproches norteamericanas tiene que ver con el trato infligido a los uigures en Xinjiang, aunque también ha criticado la represión de la disidencia en Hong Kong.
La prensa oficial china se ha hecho eco en estas últimas semanas de las amenazas de boicot que han llegado desde Estados Unidos y también desde otros países desde Reino Unido y a finales de noviembre el 'Global Times' dejó claro que Pekín no invitaría a los dirigentes que siquiera planteen represalias diplomáticas vinculadas a los Juegos Olímpicos.