La sierra del Toloño se extiende desde las conchas de Haro hasta la sierra de Codés. Hoy nuestra ruta nos lleva a la parte central que separa Añana, el condado de Trebiño y la Rioja Alavesa. Además, acompañaremos a Montes Solidarios con dos sillas adaptadas para que personas con movilidad reducida puedan disfrutar de la montaña.
DATOS PRINCIPALES
· Kilómetros: 8,11 km
· Desnivel positivo: 630+
· Duración: corriendo 1:15h / Caminar - correr: 1:45h / Senderismo 3:00h
LLEGADA AL PUNTO DE PARTIDA
· Desde Vitoria, salimos por la parte sur de la ciudad y por medio de la A-2124 primero y de la BU-750 llegamos a Ventas de Armentia. Ahí tomamos la CL-127 hasta Bernedo donde seguimos las indicaciones para llegar a la ermita.
· Desde Pamplona, saliendo por la parte suroeste de la ciudad accedemos hasta la A-12 dirección Logroño. La abandonamos en la salida 44 para tomar la NA-132A sentido Vitoria. En Campezo tras pasar el pueblo cogemos la A-126/NA-743 hasta Bernedo, donde continuamos hasta la ermita.
· Desde Donostia tomamos la N-1 sentido Madrid hasta Salvatierra. Allí llegamos a Guereñu, donde la A-3114 nos deja en Maeztu. En ese punto cogemos la A-132 hasta Campezo. Continuamos para seguir los pasos antes citados.
· Desde Bilbao, tomamos la AP-68 hasta la salida 6. Salimos para dirigirnos a Vitoria, pero tras pasar Nanclares cogemos la A-1 dirección Burgos hasta La Puebla de Arganzón. Allí ya nos situamos en la CL-127 que seguiremos hasta Bernedo primero y de ahí a la ermita.
DESCRIPCIÓN
Según estamos llegando a las inmediaciones de la ermita de Nuestra Señora de Okón, si tenemos la suerte de tener un día claro, justo delante de nosotros se alza majestuoso el bonete de San Tirso. Se trata de un impactante monolito rocoso visible desde ambas partes de la sierra del Toloño. A un lado clima atlántico y al otro mediterráneo, lo que hace posible el efecto Föhn, que consiste en que la humedad y las nubes se queden concentradas en una parte, mientras por la otra baja el aire seco. La nubosidad queda de forma espectacular parada en la parte alta de la cresta ante la imposibilidad de salvar el desnivel.
Lo que sí que es espectacular es el compartir la ruta de hoy con la gente de Montes Solidarios. Cuando Patricia y yo llegamos a la ermita, ya se encuentran los voluntarios preparando las sillas que van a usar Jone y Juanma. Se trata del modelo especial Joëlette, una silla todoterreno monorueda que, con la ayuda de varias personas, permite que gente con movilidad reducida pueda disfrutar de la montaña y del senderismo con total seguridad. Y allí que nos encontramos todos. Tras una breve explicación de cómo será la actividad, nos ponemos todo el grupo en marcha con Jone y Juanma en sus sillas. Cada silla lleva cinco voluntarios al subir: dos delante, uno detrás en el manillar que permite ajustar la altura y posición de la silla, y dos en los laterales.
De esa forma, entre risas salvamos los primeros metros abiertos con vistas a la ermita y al farallón rocoso de la sierra con el bonete impaciente esperando al fondo nuestra llegada. Son metros de ajustar cinchas, superar las piedras y algo de barro que han provocado las últimas lluvias.
Tras este tramo de sendero, cogemos el camino que viene desde Bernedo y, en continua subida, nos sumergimos en el bosque que nos acompañará casi hasta nuestro destino. Aquí ya el grupo se relaja un poco y empezamos a charlar entre todos. Hay personas, como Aitziber, que esta es de sus primeras veces ayudando en la silla, y otros como Samuel y Ana que ya tienen más experiencia.
CONSEJOS PARA REALIZAR ESTA RUTA
Hidratación. Se trata de una ruta corta, pero con el tiempo cambiante de la cresta y que solo tenemos agua en la ermita es aconsejable ir bien aprovisionados.
Calzado. Importante un calzado que agarre bien en roca y en tierra, ya que casi toda la parte del recorrido estará bajo nuestros pies.
Dificultad. Sencilla de seguir, el recorrido no presenta dificultad, con cuidado eso si, si queremos llegar hasta San Tirso por la trepada final y la cresta.
Para poder participar de voluntario, la organización de Montes Solidarios da la posibilidad de formarse de forma práctica, tanto en el manejo de la silla Joelette como en el uso de barras direccionales usadas para ayudar a acercar estas salidas a la naturaleza a gente con disfunción visual. Haremos diversas paradas para cambiar a los voluntarios de las sillas porque este tramo es complicado, ya que la pendiente, pese a ser terreno sencillo, se acusa y más aún si cabe al ir con las sillas. Vamos perdiendo fuerza, pero lo que no perdemos nunca es la sonrisa que inunda cada árbol, hoja, piedra y arbusto del camino. Se respira muy buen rollo y mucha positividad, lo que hace que se avance sin prisa, pero sin pausa.
Camino a la cima
Llegamos más o menos, casi en la mitad del recorrido, a una zona complicada. Varias curvas de 180 grados con piedras algo resbaladizas por su redondez (se nota que viene mucha gente y están muy pulidas) ponen a prueba a nuestros voluntarios. Es el momento de que gente más experimentada como Aitor, Rafa y Adolfo asuman protagonismo. Mientras, Patricia, nuestra fantástica fotógrafa argentina de montaña y yo nos quedamos asombrados con la precisión de sus movimientos. Esas curvas que parecían un obstáculo complicado quedan atrás con relativa sencillez y proseguimos nuestro camino.
Pensábamos que lo más difícil ya estaba superado, pero nada más lejos de la realidad. Llegamos, ya casi en la parte final de la ascensión, a una zona muy estrecha por la que la silla pasa justa, y tenemos que prescindir en muchos tramos de los voluntarios que van en los laterales, lo que hace mayor el esfuerzo de los tres que quedan. Ahí de nuevo otro ejemplo de solidaridad se hace presente. Varias personas se ponen detrás a empujar mientras otras van de un lado a otro, en los tramos menos estrechos, cual ágiles saltimbanquis pasando continuamente de derecha a izquierda para sujetar la silla por los laterales, aunque solo sea unos pocos segundos.
Finalmente llegamos al bonete de San Tirso. Si desde abajo era bonito, a su lado es impresionante. Nos sentimos pequeños al lado de tan magnífica roca. Aprovechamos la campa que se sitúa debajo del mismo para reponer fuerzas y deleitarnos con las vistas a un lado y al otro de la sierra.
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Ermita de San Tirso
Más adelante está la ermita rupestre de San Tirso. Construida dentro de la cavidad de la roca, una verja cuida de la imagen rústica del santo. Desde su altura, San Tirso vela por los pueblos de su alrededor y todos los años, los lunes de Pentecostés, los feligreses suben en romería a visitarlo. Para terminar la ruta podemos subir a la cima de San Tirso. Una trepada vertical, pero fácil de salvar, nos pone en la parte alta de la cresta, donde, si no tenemos vértigo, las vistas de las cimas más cercanas y del propio bonete son espectaculares. Por un sendero alcanzamos el buzón en forma de gallo.
De vuelta a la campa, y tras la foto de rigor del grupo de la asociación, regresamos por la misma senda de subida. La diferencia es que ahora en lugar de ir dos personas delante, solo va una. La otra se sitúa detrás del todo a modo de ancla. Su labor, muy importante, es frenar la silla y evitar que se lance demasiado en el descenso.
Después de superar los tramos de curvas y piedras, tras varios cambios de voluntarios para repartir esfuerzo, llegamos de nuevo al punto de partida, la ermita de nuestra señora de Okón. Dar las gracias a todos los voluntarios y por supuesto a Jone y Juanma por esta fantástica salida donde todos nos llevamos la alegría y la solidaridad tan presente en la montaña. No será la última, seguro.
PLANES ALTERNATIVOS
A continuación, un par de planes extras con los que completar nuestra jornada de monte:
· Descubrir la zona: Además de estos parajes naturales, Bernedo cuenta también con un extenso patrimonio histórico y cultural. La ermita de San Román, en San Román de Campezo, es uno de los edificios más destacables, ya que desde allí se pueden admirar las impresionantes panorámicas del valle de Ega y la Sierra de Toloño. Asimismo, llaman la atención los restos de una abejera tradicional en Arluzea, formada por un pequeño edificio. En la villa de Bernedo, por otro lado, se conservan los restos del recinto amurallado como la puerta oeste de acceso y un castillo en ruinas, ubicado a los pies de la Sierra de Toloño. Y como no nuestro lugar de partida, la ermita de Nuestra señora de Okón donde cada 8 de septiembre se celebra una romería.
· Visita el poblado de la Hoya: a escasos 20 minutos en coche, en las cercanías de Laguardia, se encuentra el poblado de la Hoya. Es uno de los yacimientos más importantes de Euskadi que muestra los modos de vida y organización de las gentes que poblaron el lugar entre el 1200 a. C. y el 250 a. C. La visita permite apreciar el urbanismo del antiguo pueblo, con calles, plazas y manzanas de casa, y profundizar en la materia a través de la exposición del centro de interpretación contiguo. Allí se puede ver una maqueta del poblado en la II Edad de Hierro y la reproducción a tamaño real de una de sus viviendas con las diferentes estancias y los objetos encontrados en ellas.
Tanto en Bernedo, en la ermita hay bar, como por supuesto en Laguardia podremos disfrutar de una excelente oferta gastronómica.