Al hostelero Boni García le costó contener la emoción, pero aún así pudo dedicar unas palabras a todas aquellas personas que a lo largo de cuatro décadas han formado parte de una u otra manera de su vida. El veterano hostelero dejará del Café Lago del Casco Viejo de Bilbao el 31 de diciembre. Pero este martes quiso despedirse de la que ha sido su profesión y pasión en los últimos 40 años con una gran fiesta y rodeado de parte de su equipo de camareros, camareras y cocineras, clientes, amigos, familiares, hosteleros, comerciantes, proveedores, bodegueros... "Ha sido toda una vida dura de trabajo, pero con muchas satisfacciones", lanzó tras las tres horas de un cóctel con música en un café transformado en pista de baile.
Todos y todas quisieron estar en el Café Lago y brindar por Boni, un hostelero de casta, comprometido con Bilbao, con los bilbainos y con el Casco Viejo que le ha visto crecer como persona y profesional. "Han sido muchos años, pero ha merecido la pena", dijo, emocionado y arropado por Coral, su compañera de viaje, y de dos de sus hijas que se encargaron de amenizar el ambiente de fiesta.
Una profesión sacrificada
Boni García es hostelero de vocación, le viene de familia. Lo fue su padre quien le inculcó las claves de cómo había que llevar un negocio, así como el respeto que debía ofrecer a los clientes y también hacia una profesión sacrificada, pero al mismo tiempo apasionante. “En estos años he aprendido muchas cosas y aunque me ha tocado trabajar mucho, he sido feliz”, se sincera el hostelero.
En su sentido discurso, Boni dijo que ha sido toda una vida dedicada a la hostelería y "en ese largo camino" se ha encontrado con muchas personas, "gente buena", destacó. El veterano hostelero tuvo palabras de agradecimiento para su equipo, ese que ha sido fundamental en su trayectoria profesional y que en su despedida tampoco pudo contener las lágrimas de emoción. "Me voy tranquilo porque sé que van a seguir trabajando".