La insistencia de José Bordalás por hacerse con los servicios de Aridane en el mercado de invierno es la posición que mantiene en movimiento la posible salida del central canario de Osasuna. El presidente del Valencia, Anil Murthy, el secretario técnico Miguel Ángel Corona, y el entrenador del conjunto valencianista mantuvieron ayer una reunión en la que se volvió a tratar de las necesidades del club, de la incorporación de un defensa central como uno de los asuntos prioritarios para el técnico y, en concreto, en la llegada del central de Osasuna como futbolista prioritario en la lista de preferencias de Bordalás. Ese pulso entre los máximos responsables económicos y deportivos de la entidad se reúnen en torno a la figura del jugador rojillo, por el que, según medios valencianos, el entrenador pide un esfuerzo económico mayor.
Osasuna no entró ni a valorar la posibilidad de una cesión sin opción de compra o con premios por objetivos y, en esta coyuntura, desde el club rojillo se insiste en que solo escucharán la posibilidad de una cesión con traspaso obligatorio al final del curso. Osasuna no ha recibido una propuesta económica formal por parte del Valencia y es un espectador de esta guerra de deseos que no cristalizan en ofertas de interés. El club navarro pagó por Aridane dos millones de euros y esa es una cifra de referencia para marcar los límites de una contrapartida económica mínima.
Según algunos medios, Aridane quiere que el Valencia, si se concreta finalmente su llegada, le haga un contrato por dos temporadas más –hasta 2024–. El defensa cumplirá en marzo 33 años, tiene contrato con Osasuna hasta junio de 2023 y con esta petición se aseguraría el futuro deportivo por un curso deportivo más, pasados los 35 años. El asunto no parece de solución inmediata.