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Borrell avisa: "Bajen la calefacción para pagar el precio de la guerra"

Dos hombres ucranianos cortan madera en Kiev en uno de los campamentos improvisados.
Dos hombres ucranianos cortan madera en Kiev en uno de los campamentos improvisados.

El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, pidió ayer martes a los ciudadanos europeos que "bajen la calefacción en sus casas", porque hay que "pagar un precio" por "cortar el cordón umbilical" con la economía rusa por la guerra en Ucrania. "La primera cosa que tenemos que hacer es cortar el cordón umbilical que une a nuestra economía con la rusa y cortar el flujo que le permite acumular reservas con las cuales financiar la guerra", dijo Borrell en un debate en el Parlamento Europeo con la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, sobre la invasión rusa.

Para Borrell, "eso lo podemos hacer a nivel político macro", como hizo el víspera la Comisión Europea al presentar su directiva para rebajar en dos terceras partes las importaciones de gas ruso de aquí a final de año, pero "también pide que los ciudadanos europeos bajen la calefacción de sus casas". "También pide que todo el mundo haga un esfuerzo individual en recortar el consumo de gas, igual que recortamos el consumo de agua cuando hay sequía e igual que cuando nos ponemos una máscara para combatir el virus", señaló el alto representante.

Borrell aseguró que "lo que hemos hecho contra el covid 19 lo hemos de hacer a favor de Ucrania. Tiene que ser una movilización de los espíritus, de las actividades, de las actitudes individuales, en un compromiso colectivo para hacer frente a una tarea que es sin duda histórica". "Los europeos necesitan que el ruido de las bombas a las cinco de la madrugada de hace quince días al caer sobre Kiev les despierte de su sueño de bienestar, les permita enfrentar los desafíos que no hemos buscado, pero que el mundo proyecta sobre nosotros y Ucrania es el primero", afirmó.

Moscú, gasolinera y cuartel

Con las sanciones que los países occidentales están aplicando contra Moscú, "Rusia es hoy, básicamente, una gasolinera y un cuartel. Es un sitio donde venden hidrocarburos y con ello alimentan a unas fuerzas armadas dispuestas a intervenir donde haga falta: desde el Sahel al Cáucaso, con Siria y ahora en Ucrania", dijo.

Borrell añadió que "hay que seguir aumentando la presión" contra el Kremlin y aseguró que "la defensa de los valores liberales no se hará si no existe un compromiso político de los ciudadanos dispuestos a pagar un precio por ellos", afirmó .

El alto representante también pidió aumentar el gasto de los países europeos en defensa, ya que, según dijo, desde 1975, cuando se firmaron los Acuerdos de Helsinki en la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa, destinaban un 4% del PIB al gasto militar y, hoy en día, un 1,5 % de media. "A nadie le gusta decir a sus ciudadanos que tienen que aumentar su esfuerzo militar. Todos preferimos la mantequilla a los cañones", apuntó.

Pero para Borrell, esta disminución del presupuesto en defensa "en 50 años de paz, pudo estar justificada cuando los dividendos de la paz se empleaban en aumentar la seguridad social, es Estado del Bienestar". "Hemos organizado Europa como un jardín a la francesa, ordenado, regulado, regido por leyes y normas, pero fuera, la jungla crece, y si no queremos que la jungla invada nuestro jardín, tenemos que invertir no solo en cuidarlo, sino en defenderlo", zanjó.

Por su parte, el Reino Unido, que anuncio el miércoles que reducirá gradualmente las importaciones de petróleo ruso durante este año, hasta vetarlas por completo dentro de nueve meses, apuesta por reforzar la producción de petróleo y gas en sus plantas del mar del Norte para reemplazar los hidrocarburos rusos de aquí a final de año, además de buscar fuentes alternativas de importación, indicó ayer miércoles el ministro de Empresas, Energía y Estrategia Industrial, Kwasi Kwarteng.

"El Reino Unido es un productor significativo de crudo y productos petrolíferos, participamos en el mercado global con estos productos y tenemos recursos suficientes para afrontar el improbable escenario de una interrupción del suministro", dijo Kwarteng en la Cámara de los Comunes.

Aunque la estrategia a largo plazo del Gobierno británico es impulsar las energías renovables y la nuclear, "detener la producción nacional (de hidrocarburos) en este momento, como algunos están defendiendo, sería algo totalmente equivocado y no vamos a hacerlo", dijo el ministro.

El gas que sigue fluyendo

Pese a la apuesta de Borrell por "cortar el cordón umbilical con la economía rusa", el gigante ruso de la energía Gazprom aseguró ayer miércoles que continúa suministrando gas a Europa con normalidad a través de territorio ucraniano, informó la compañía a través de la agencia gubernamental rusa Sputnik. Gazprom, la mayor compañía de Rusia, en cuyo accionariado tiene una participación mayoritaria el Estado ruso, se ha convertido en uno de los principales proveedores de gas de la Unión Europea, que, tal como ratificó ayer su alto representante para Asuntos Exteriores, estudia la forma de reducir esta dependencia energética.

"La empresa Gazprom suministra gas ruso a través de Ucrania de modo regular, de acuerdo con las solicitudes de los consumidores europeos: 109,5 millones de metros cúbicos hasta el 9 de marzo", precisó el gigante energético controlado por el Gobierno de Putin.

El pasado lunes Gazprom anunció que se había alcanzado un nuevo récord de 3.892 dólares por mil metros cúbicos en el precio del gas que se envía Europa y advirtió de la posibilidad de que se produjera una mayor subida. Al mismo tiempo, el Gobierno de Rusia confirmó también ayer miércoles que no piensa en dejar de ser una fuente fiable suministradora de gas a Europa. "En cuanto al sector de gas, Rusia seguirá manteniendo su posición de fiable suministradora de gas al mercado europeo. Las compañías rusas siguen cumpliendo los compromisos contractuales relativos tanto a los suministros como al tránsito", dijo a Sputnik el director del departamento de cooperación económica de la Cancillería rusa, Dmitri Birichevski.

El corralito ruso

En este contexto, el Banco Central de Rusia ha fijado un límite máximo de 10.000 dólares, que está en vigor desde ayer miércoles y hasta el próximo 9 de septiembre, para las retiradas en efectivo de los depósitos en divisas que mantienen los ciudadanos del país, mientras que las cantidades que excedan dicho umbral serán abonadas en rublos al tipo de cambio correspondiente. La institución presidida por Elvira Nabiullina subrayó que la medida no afectará al 90% de los rusos, ya que nueve de cada diez cuentas en moneda extranjera en el país no superan el umbral de los 10.000 dólares, por lo que los titulares de estos depósitos o cuentas en moneda extranjera podrían recibir la totalidad de sus fondos en divisas en efectivo.

Durante los seis de vigencia de esta orden, los ciudadanos podrán continuar manteniendo fondos en depósitos o cuentas en moneda extranjera, que seguirán contabilizándose en la divisa en la que se abrió la cuenta o el depósito, conservando las condiciones, así como el cálculo de los intereses de los depósitos.

Asimismo, mientras que los ciudadanos podrán abrir nuevas cuentas y depósitos en moneda extranjera, los bancos "no venderán divisas en efectivo a los ciudadanos durante la vigencia de la orden temporal". De su lado, será posible cambiar moneda en efectivo por rublos en cualquier momento y en cualquier cantidad.

2022-03-10T05:57:03+01:00
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