Lucía el sol, estupendo, sureña la temperatura, la brisa enajenada de los días extraños para dar aire a la cometa de la Itzulia Women en su tercera edición. Voló la carrera, urgente, hambrienta, veloz. En el debate apresurado del esprint se impuso con autoridad cristalina Mischa Bredewold. A la campeona de Europa le tendió la alfombra roja Demi Vollering, la máxima favorita. La neerlandesa le cedió el triunfo a su compañera. Victoria compartida, en familia. Abrazado el SD Worx en Elgoibar. Bredewold, la ciclista más alta, 1,81 metros, no necesitó su estatura, estirarse para imponerse a Arlenis Sierra, la velocista del Movistar.
Vollering presenció la escena en primera persona. Testigo directo de la dicha de su compañera. Con su tercer puesto, la neerlandesa avisó de sus intenciones en la Itzulia Women, una carrera que en su historia solo ha presenciado victorias del equipo neerlandés.
Vollering suma cinco dianas, Reusser, una, y Bredewold conquistó la última que deletrea la cita vasca. La suiza ordenó al pelotón, Vollering lanzó a la velocista y la campeona de Europa estalló de alegría en Elgoibar. Bredewold se vistió de líder, un maillot que parece un préstamo, una concesión de Vollering, la líder que cuida de sus compañeras que tanto trabajan para ella. Quid pro quo.
Izada la bandera en Vitoria-Gasteiz, se dirigió la carrera al alto de Olaeta, un puerto con colmillos que hirió de gravedad la Itzulia. La curva maldita que masacró a varios ciclistas a comienzos de abril, generó tensión. Precavido el pelotón, conocedor del doloroso y cruel pasado, el descenso no contó una historia de tragedia ni de susto.
Los dorsales anidaron con suavidad, a modo del vuelo de pétalos, para seguir con la ruta sin más preocupación que las diatribas del futuro. El retrovisor de aquel 4 de abril se guardó en la maleta de los miedos, cerrada con llave.
Fuga de Dale y Cavallar
Descontado lo que fue, quedaban los retos, ganarse el porvenir camino de Elgoibar. De Araba a Gipuzkoa a través de las carreteras secundarias y el gaznate de Olaeta, Azkarate e Itziar, los puertos que le daban relieve a la jornada. Stine Dale y Valentina Cavallar compartieron plano, un tándem de esperanza unido aún en la aventura en Itziar, un puerto tendido, durmiente, una ascensión queda, rítmica, sin trompicones.
Dale y Cavallar masticaron la cota con devoción hasta que la austriaca dislocó a Dale, que acumulaba más fatiga. Demi Vollering, reciente campeona de la Vuelta femenina, agitó el ritmo por detrás para fumigar a Cavallar.
Protegida Vollering, el SD Worx fijó los mecanismo para una resolución rápida. La carrera era una estampida. Deba, hamacada al sol, le rezaba a la playa de Santiago, aún sin veraneantes, sin las prisas por ganarse un metro de playa. Cuando las toallas se perfilan a modo de las carretas de la conquista del Oeste. Se calmó el oleaje a la espera del nervio del esprint, donde manda la adrenalina, el estrés, la tensión y el riesgo. En ese ecosistema, Vollering pastoreó a Bredewold, disparada en Elgoibar.
Primera etapa
1. Mischa Bredewold (SD Worx) 3h25:45
2. Arlenis Sierra (Movistar) m.t.
3. Demi Vollering (SD Worx) m.t.
General
1. Mischa Bredewold (SD Worx) 3h25:35
2. Arlenis Sierra (Movistar) a 4’’
3. Demi Vollering (SD Worx) a 6’’