La ambición reverberaba en el discurso de Alex Aranburu en Troyes. El de Ezkio, que esculpió un actuación soberbia por los caminos de tierra, fue cuarto. Resistió hasta el final, pero en el esprint del grupo, después de haber trabajado horrores, el guipuzcoano tuvo que rendirse a la evidencia. Agachó la cabeza, sometido en el último aliento. Una lástima porque el Tour de Aranburu está siendo sobresaliente.
Fue sexto en Rímini, noveno la víspera y este domingo, en Troyes logró la cuarta plaza. Acumula varios puestos de honor el de Ezkio. Vencedor de una etapa en el Tour de Bélica y Campeón de España en San Lorenzo de El Escorial, Aranburu está ofreciendo un gran rendimiento.
Merodea el triunfo, de momento esquivo el Tour con el ezkiotarra, que tras recuperarse de la fractura de clavícula al comienzo del curso, está mostrándose como un gran opositor a la victoria en varios frentes.
Por eso, por lo cerca que estuvo de la dicha, Aranburu maldijo la resolución del día, que encumbró a Turgis. “Me marcho con mucha pena y un poco de rabia. Todo el equipo hemos andado muy bien; una pena el pinchazo de Oier en un mal momento. Romo ha hecho muy buen trabajo. Todos lo hemos intentado a tope, hemos jugado a ganar, pero no ha salido”, analizó a la conclusión de una jornada para la memoria, una etapa de altos vuelos en las vías de gravel.
Falta de chispa en el esprint
La chispa que hubiese necesitado para resolver a su favor el esprint, para iluminarse victorioso la perdió cerrando huecos kilómetros antes. Energía perdida. Llegó Aranburu a Troyes con la empuje marchito. “Hemos tenido que gastar mucho a mitad de etapa para cerrar el hueco con un quinteto cuando Pogacar y los demás hombres de la general se dejaron ir, y ese esfuerzo ha costado para entrar adelante. En el esprint tampoco he acertado sobre cuándo salir o cuándo no, y ahí se nos ha ido la victoria”, expuso el Ezkiotarra, que radiografió el momento decisivo, el del baile de la victoria, en el que tal vez se equivocó, según sus palabras.
“Ha arrancado Derek Gee con Pidcock, he salido ahí, y luego Lutsenko, que sabía estaba muy fuerte, ha remachado y he vuelto a salir a cerrar un hueco. Igual tenía que haber tenido un poco más de sangre fría, pero he decidido así. Me han pasado a más velocidad y ya ha sido imposible remontar", cerró el de Ezkio. Brillante Aranburu.