A menos de una semana del comienzo del nuevo curso baloncestístico en la NBA, la polémica sobre la decisión de algunos jugadores de no vacunarse contra la covid-19 no solo no remite sino que ayer martes se reavivó con la decisión adoptada por los Brooklyn Nets con respecto a Kyrie Irving, base All Star y una de las grandes estrellas de una franquicia a la que las apuestas colocan como principal aspirante en la lucha por el anillo de campeón, quien queda apartado "hasta que pueda ser miembro del equipo a tiempo completo". Pese a que el jugador no ha hablado públicamente sobre si se ha inmunizado contra el coronavirus, los hechos y las declaraciones de su entorno familiar y miembros de la organización de los Nets han dejado claro en las últimas semanas que no lo ha hecho. No es el único, pero su caso es especial porque el protocolo sanitario de la ciudad de Nueva York obliga a todas las personas mayores de 12 años a tener administrada al menos una dosis de la vacuna para acceder a pabellones cubiertos como es el caso del Barclays Center, donde juega Brooklyn, o el Madison Square Garden, feudo de los Knicks. Así las cosas, se sabía desde hace semanas que Irving no iba a poder jugar los partidos como local –la normativa se aplica también en San Francisco y afectaba a Andrew Wiggins, alero de los Golden State Warriors, quien pese a su negativa inicial ha optado finalmente por vacunarse– y ayer los Nets decidieron que no quieren contar con el jugador solo a tiempo parcial.
"Dada la evolución de la situación y después de una profunda deliberación, hemos decidido que Kyrie Irving no jugará ni entrenará con el equipo hasta que sea elegible para ser un miembro de pleno derecho del mismo. Kyrie ha tomado una decisión personal y respetamos su derecho individual a elegir. Actualmente, la elección restringe su capacidad para ser un miembro del equipo a tiempo completo y no permitiremos que ningún miembro de nuestro equipo lo sea con disponibilidad a tiempo parcial. Es imperativo que continuemos construyendo nuestra química como equipo y permanezcamos fieles a nuestros valores de unión y sacrificio establecidos desde hace mucho tiempo. Nuestras metas de buscar el título la próxima temporada no han cambiado y para lograrlas cada miembro de nuestra organización debe ir en la misma dirección", apuntó ayer martes en un comunicado Sean Marks, mánager general de la franquicia de Brooklyn.
Llegados a este punto, solo existen dos salidas para que el jugador pudiera reincorporarse a la plantilla: que accediera a vacunarse o que la evolución positiva de la pandemia haga que cambie el protocolo sanitario que se aplica en la ciudad de los rascacielos. Pero tampoco puede descartarse que la cuerda acabe por romperse. Los Nets podrían intentar traspasar al jugador a otra franquicia –salvo en Knicks y Warriors no tendría problemas para jugar– e incluso se ha comentado la posibilidad de que el base, de 29 años optara por retirarse.
Nada puede descartarse cuando se habla de una personalidad tan volcánica e impredecible como la de Kyrie Irving. Hace un par de semanas, Rolling Stone publicaba un reportaje en el que se aseguraba, citando numerosas fuentes, que en la NBA había un grupo de jugadores antivacunas que "están intentando imponer su ideario" y colocaba en el epicentro de la polémica a Irving, apuntando que recientemente había empezado a seguir y a respaldar con likes las publicaciones en Instagram de un teórico de la conspiración que asegura que la vacuna no es más que "un plan satánico para controlar a la población negra conectándola a un gran ordenador". Tampoco hay que olvidar las polémicas declaraciones terraplanistas realizadas en años previos, su ausencia del equipo durante dos semanas el pasado mes de enero, con la temporada en curso, sin dar explicaciones al cuerpo técnico o su negativa a hablar ante los medios.
El pasado fin de semana, Steve Nash, entrenador de los Nets, realizó unas declaraciones en las que venía a asumir que no iba a poder contar con Irving en los partidos como anfitrión, un impedimento enorme para un conjunto que cuenta en sus filas a otras estrellas de primer calibre como Kevin Durant y James Harden y a un notable grupo de secundarios que conforman un bloque claramente aspirante al anillo. El base ya constó como "inelegible" en el primer partido de la pretemporada ante los Milwaukee Bucks y el pasado lunes tampoco jugó ante los 76ers en Philadelphia, llegando ayer martes finalmente la resolución de apartarle del equipo. Perderse los encuentros como local suponía una merma del 50% en su sueldo de 35 millones de euros firmado para este ejercicio. Ahora, en teoría, no cobrará absolutamente nada salvo que acceda a vacunarse, cambie el protocolo o sea traspasado.