La Comisión Europea mejoró este viernes sus previsiones de crecimiento de la economía española en nueve décimas para 2024, hasta el 3 %, y prevé que el país reduzca su déficit público hasta el 3 % del PIB, cumpliendo así con el límite que fijan las reglas de disciplina fiscal europeas.
Bruselas advirtió, sin embargo, del "riesgo" de que la proyección de déficit varíe en función del gasto público estatal que sea necesario para hacer frente al impacto de las inundaciones en la Comunidad Valenciana, cuyo efecto todavía no ha sido cuantificado en las previsiones macroeconómicas de otoño publicadas hoy.
"Se prevé que el PIB de España se expanda robustamente al 3,0 % este año y que se modere después, al 2,3 % en 2025 y al 2,1 % en 2026", dijo el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, al presentar las previsiones, que mejoran también en cuatro décimas la estimación para el año que viene en comparación con las publicadas el pasado mayo.
Crecimiento más fuerte
La Comisión Europea atribuye el crecimiento en 2024 a un "alto" efecto arrastre de 2023, sumado a la evolución positiva del consumo y un turismo "boyante"; y prevé que continúe en los dos próximos ejercicios apoyado sobre todo en la demanda interna, conforme crece el consumo y repunta la inversión, impulsada por el uso de los fondos de recuperación y mejores condiciones financieras.
Las proyecciones de Bruselas son más optimistas para este año que las del Gobierno, que prevé un avance del PIB del 2,7 %, pero ligeramente inferiores para 2025 y 2026, cuando el Ejecutivo nacional estima un avance del 2,4 y del 2,2 %.
La revisión al alza, en línea con las emitidas por otras instituciones, sitúa al Estado español como la segunda economía que más crecerá este año en la eurozona, solo por detrás de Croacia y muy por encima de Francia (1,1 %), Italia (0,7 %) y Alemania, cuya economía se contraerá 0,1 %.
Déficit e impacto de la DANA
En el capítulo fiscal, Bruselas prevé que el Estado cumpla su objetivo de reducir el déficit cinco décimas este año, al 3 % del PIB, gracias a la eliminación de ayudas por la crisis energética y el proyectado aumento de la recaudación tributaria por la eliminación de reducciones del IVA y del impuesto especial a la electricidad, entre otras medidas.
Pero avisa de que "los riesgos para las proyecciones están ligados al alcance del gasto financiado a nivel nacional necesario para abordar el impacto de las recientes inundaciones en la Comunidad Valenciana", que no tiene en cuenta este informe porque la fecha de corte es el 31 de octubre.
El Gobierno español ha anunciado ayudas por cerca de 14.400 millones de euros que podrían tener un impacto sobre la evolución del déficit, pero la Comisión ya ha precisado que no tendrá en cuenta este gasto a la hora de decidir si el Estado incurre en un exceso de déficit y, en consecuencia, le abre expediente.
"Desde nuestro punto de vista este gasto es excepcional, no lo contamos en los procedimientos por déficit excesivos. Cuando evaluamos el posible desvío del famoso 3 % no tenemos en cuenta este tipo de gastos excepcionales", dijo Gentiloni.
En 2025, el déficit seguirá bajando al 2,6 % del PIB en un escenario sin cambio de políticas por un menor aumento del gasto primario y una evolución positiva de la recaudación; pero en 2026 el desvío repuntará al 2,7 % si expiran los impuestos a la banca y las energéticas, según la Comisión.
Esto significa que España se desviaría de la senda de ajuste que el Gobierno remitió a Bruselas, que contempla que el déficit baje al 2,5 y al 2,1 %.
La deuda pública se reducirá casi tres puntos en 2024, hasta el 102,3 %, y moderará el descenso en 2025 y 2026, hasta el 101,3 y 101,1 %, de acuerdo con las previsiones de Bruselas, que prevé evaluar el plan fiscal español a finales de este mes.
A la cabeza en paro
Por otro lado, España se mantendrá como el país con mayor tasa de paro de la Unión Europea en los tres ejercicios, pese a que esta se reducirá al 11,5 % este año, al 11 % el próximo y al 10,7 % en 2026.
Y la inflación bajará más rápido de lo previsto en mayo, hasta el 2,8 % en 2024, al 2,2 % en 2025 y al 2 % en 2026, gracias al descenso de los precios de energía y alimentos.