El comisario europeo de Empleo y Derechos Sociales, Nicolas Schmit, se comprometió este martes a regular el teletrabajo a nivel comunitario y a garantizar el derecho de los trabajadores a desconectar fuera de su horario laboral, con el objetivo --dijo-- de "apoyar la digitalización de la economía y garantizar al mismo tiempo unas condiciones laborales adecuadas".
En una conferencia organizada en Bruselas por el Parlamento Europeo, el representante del Ejecutivo comunitario afirmó que "hace falta una respuesta legislativa coherente" que priorice "la protección de la salud mental", para que el hecho de trabajar a distancia no se traduzca en un aumento de la jornada laboral.
"Una empresa en la que los empleados están agotados y sufren estrés no es muy probable que tenga una buena productividad, ni que pueda movilizar la capacidad innovadora de sus trabajadores", aseveró.
Aunque Schmit estimó que el teletrabajo "puede ayudar a conciliar responsabilidades laborales y familiares", también admitió que las administraciones deben "crear salvaguardas" para que esta practica no sobrecargue, en especial, a las mujeres, ya que, según recordó el comisario, ellas normalmente "deben asumir obligaciones adicionales de cuidados" en el ámbito doméstico.
Por todas estas razones, el dirigente luxemburgués aseguró que la Comisión Europea ya ha "iniciado el proceso" para regular este ámbito e implementar a escala comunitaria el derecho a la desconexión del trabajo, que actualmente solo está reconocido en cuatro de los 27 Estados miembros de la Unión, entre ellos España.
"No hay ninguna razón por la que en algunos países este derecho exista y en otros se rechace; es importante establecer estos derechos a nivel europeo", sentenció el comisario.
Según los cálculos de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound), el 27% de las personas que trabajan desde casa han tenido que hacerlo, en algún momento de su vida, durante su tiempo libre.
Además, esta misma agencia europea estima que, en primavera de 2020, durante el primer confinamiento provocado por la pandemia de la Covid-19, uno de cada tres empleados de la Unión Europea (UE) tuvieron que trabajar desde casa.
Son unas cifras que, para el presidente del comité de Empleo y Asuntos Sociales del Parlamento Europeo, el eurodiputado Dragos Pilsaru, revelan un cambio de paradigma "en la forma de entender y de legislar el mercado laboral".
"El teletrabajo permitió la continuación de la vida económica y que muchas empresas pudieran mantener su actividad durante la pandemia, pero también nos trajo un agotamiento físico y mental", observó.
Según Pilsaru, la legislación comunitaria debe abordar "la brecha creciente entre los trabajos que se pueden hacer a distancia y los que no" y, en este sentido, prometió que el Parlamento Europeo "estará a la vanguardia del proceso para encontrar soluciones".
Durante la conferencia, también intervinieron representantes de los agentes sociales de la UE, y tanto desde los sindicatos como desde las empresas, se mostraron abiertos a dialogar para llegar a un acuerdo en materia de teletrabajo y desconexión laboral.
Sin embargo, en su turno de palabra, el dirigente de asuntos sociales de la patronal europea Business Europe, Maxime Cerutti, advirtió de los peligros que, a su juicio, puede conllevar "un exceso de normas", ya que, según él, "las relaciones laborales deben basarse en las negociaciones entre empleadores y empleados".
En cambio, la secretaria general de la Confederación Europea de Sindicatos, Esther Lynch, defendió la necesidad de regular las condiciones del teletrabajo mediante una normativa "vinculante" que, a su juicio, debe de ser "en forma de directiva comunitaria".
Según ella, esta nueva legislación debe otorgar a los empleados la última palabra para decidir si ellos quieren teletrabajar o no, y, en caso de hacerlo, considera que la norma también debe fijar la existencia de "pagos adicionales" por los gastos que conlleva trabajar desde casa.