Que Osasuna esté buscando fórmulas para hacer frente al pago de los 8 millones de la opción de compra voluntaria que pactó en octubre del año pasado con el Mallorca al conseguir la cesión de Ante Budimir hasta el final del ejercicio recién concluido no responde a un capricho. El conjunto navarro tiene preferencia para fichar al jugador al precio señalado hasta el próximo 30 de junio y, aunque en primera instancia aspiraba a una rebaja de esa cantidad, el rendimiento del delantero como rojillo (11 goles en 30 partidos de Liga) y su convocatoria con la selección absoluta de Croacia para disputar este mismo verano la Eurocopa han variado los planes del club, que trabaja para poder retener a uno de sus futbolistas fundamentales para alcanzar la permanencia por segunda temporada consecutiva y, precisamente, en un curso especial por haber sido el del centenario de la entidad.
Budimir no es un capricho de Jagoba Arrasate, ni de Braulio Vázquez, ni de Luis Sabalza, aunque entrenador, director deportivo y presidente coinciden en que fichar al croata se convertiría en la mejor noticia para Osasuna y su afición, que también anhela la contratación del croata. Y es que el atacante, pese a llegar tarde a Pamplona (su cesión se concretó cuando ya se habían consumido las primeras cuatro jornadas de Liga) y retrasarse aún más su estreno oficial con la elástica rojilla por culpa del coronavirus (dio positivo en covid-19 tras regresar de una concentración con la selección de su país), ha puesto firma a 11 de las 37 dianas de su equipo en Liga, lo que supone casi un 30% del total.
A punto de cumplir 30 años (lo hará el próximo 22 de julio), Budimir sólo necesitó 12 minutos para demostrar sus hechuras de delantero centro. Fue el tiempo que tardó en anotar su primer tanto como futbolista de Osasuna saliendo desde el banquillo en un partido contra el Atlético de Madrid. Eso sí, su diana solo sirvió para meter un poco de miedo al adversario, porque supuso el 1-2 de un duelo disputado en El Sadar y que concluyó con victoria colchonera por 1-3.
Lo que ocurrió después es de sobra conocido y ha servido para disparar la cotización de Budimir, que marcó los goles de la victoria ante Eibar (2-1), Levante (0-1) y Villarreal (1-2), el del empate en San Mamés (2-2) y sendos dobletes en Pamplona ante Granada (3-1) y Cádiz (3-2). Y para rematar, hizo el 0-1 en el Wanda Metropolitano en la penúltima jornada de Liga, precisamente el día en el que los focos apuntaban a un estadio en el que el Atlético se vio obligado a remontar in extremis el tanto del croata para no perder un título de Liga que conquistó una semana después.
Todos estos son motivos más que suficientes para que Osasuna ansíe lograr la continuidad en Pamplona de un futbolista que tiene contrato hasta junio de 2023 con el Mallorca, club al que volverá Budimir a partir de julio si los rojillos no ejecutan la opción de compra de 8 millones, el mismo valor de mercado que curiosamente le atribuye en la actualidad el portal de Internet Transfermarkt. Sin embargo, ese regreso a las islas se antoja complicado, porque Budimir se declaró en rebeldía durante el pasado verano con el fin de salir de un club que acababa de descender a Segunda, pero que meses después ha regresado a la máxima categoría. Por si acaso, Osasuna ya ha sumado a su nómina de delanteros a Kike García, que llega gratis tras el descenso del Eibar, para unirse a Chimy Ávila y Enric Gallego, así como a Brandon y Marc Cardona, que volverán tras sus respectivas cesiones. Sin embargo, Budimir interesa. Y no es un capricho.