El secreto para triunfar con una gilda es seleccionar un buen producto, añadirle una buena anchoa y piparra es clave para que el sabor de este pequeño manjar tradicional en Euskadi conquiste el paladar de los más exigentes. Si encima se prepara con mimo es practicamente imposible que los consumidores no repitan. Lo cierto es que si algo sobra entre los hosteleros bilbainos es la originalidad a la hora de crear estos pintxos que se asoman por las barras de los bares y restaurantes de la villa.
La Asociación BilbaoCentro ha puesto en marcha este mes un concurso de pintxos basado en la popular gilda. En este concurso participan una treintena de locales de referencia de la ciudad, dando forma a una atractiva y sabrosa ruta con variadas propuestas.
Edurne Herrezuelo, encargada del bar Promenade de Bilbao forma parte de este recorrido de sabores y se ha decantado por un pintxo al que han vestido con un queso de oveja curado de la zona de Zamora, anchoa artesanal de Santoña, piparra ácida y un par de aceitunas rellenas de anchoa con un chorrito de aceite. "En el bar tenemos cinco gildas, pero concretamente esta es la que más gusta a todo el equipo. Tiene un sabor intenso y tiene un toque especial, muy rico", cuenta la responsable.
Según explica Edurne a los clientes les cuesta elegir ese pintxo, pero una vez que lo prueban no dudan en repetir. "Los clientes suelen ser generalmente más tradicionales, pero esta gilda tiene un toque diferente". Edurne asegura que a pesar de todos los toques diferentes que se le puedan añadir a este pintxo, no hay que descuidar la base principal de este pequeño mangar. "No hay que olvidar lo que es una gilda, luego al gusto de cada uno se le pueden añadir pequeños toques de saber que lo conviertan en un pintxo aún más especial", afirma.