Buenos ‘pinchas’ en San Adrián, pero sin triunfo por la espada

A la tercera, por fin, se pudo disfrutar de una buena función en el Espárrago de Oro. Aminoró el viento de jornadas anteriores y, sobre todo, saltó al ruedo ganado con importancia y clase, y un chaval, Ángel Delgado, dándolo todo. Su bisoñez la superó con voluntad e intentando enfibrarse en todo momento. Como su compañero de cartel, Adrián Reinosa, ya había cortado una oreja del primer pincha de su lote. Y tenía en su mano y en los gavilanes de su espada tres recompensas: Dar la muerte que merecía el buen mozo y bravo novillo Ganchero, el cortar dos orejas que le hubieran abierto la puerta grande; y el ser un más que serio aspirante para conquistar el próximo sábado, finalizada la última función del serial, el apreciado trofeo de la villa navarra. Se lió con el acero en exceso y todas las celebraciones se esfumaron cuando ya les habían hecho un buen hueco en su esportón.

El viento molestó bastante en los engaños, aunque en menos cuantía que en la novillada de Lumbreras del día anterior. El envío de José Antonio Baigorri desde la cercana localidad de Lodosa respondió a los esperado: a la altura del alto nivel que el ganadero ha conseguido en las últimas temporadas, tanto en San Adrián, como en plazas de fuste como la de Pamplona

El primer eral, Oportunista, enseñó armoniosa y bonita estampa. Como todos su hermanos tuvo movilidad, mas soltó la cara con algo de genio. Reinosa lo intentó y, por momentos, le tomó el pulso. Como mató bien al segundo intento, se le concedió una generosa oreja. El tercero, Hebillero, necesitó un mando que el chico de Ciudad Real no encontró. Si se pegó una paliza de voluntades. Ejemplar importante que superó al novillero. Mitin con la espada, por lo que fue avisado desde el palco. Silencio y algunas palmas al esfuerzo.

Ángel Delgado, aunque todavía en periodo de formación en los pagos y escuelas de Jaén, exhibió unas poses algo exageradas cuando no estaba en faena. La cosa es que su engallamiento previo lo supo trasladar a la manufactura de verdad en la cara de su oponente. Higueruelo, el 2º, fue un gran novillo. El buen mozo logró algunas pasajes compuestos. Oreja tras estocada en segunda instancia. Ante Ganchero lo dio todo, fue cogido, se enrrabietó y contactó con fuerza con el público. Pena de espada. Hubiera sido un triunfo importante. l