Durante la misa se ofrecieron tres pañuelos que se anudaron a las andas de la Virgen. El primero, uno rojo que representaba a las mujeres de Burlada, especialmente a las que no pueden disfrutar de las fiestas por motivos de salud.
El pañuelo morado recuerda a las víctimas de la violencia machista, cuyo dolor solo conocen ellas. Por último, el pañuelo arcoíris incluye a las mujeres a las que se les acosa por su identidad de género u orientación sexual.
El objetivo, acompañar a las mujeres que sufren discriminaciones.