De nuevo en la gran pantalla, la actriz llega con Gelditasuna ekaitzean, una historia en la que da vida a Lara, una joven que vuelve de París con su pareja, Telmo, a instalarse definitivamente en San Sebastián. “Daniel nunca ha salido de la ciudad; ahora vive con su novia, Vera, y trabaja para la inmobiliaria de su madre. Las vidas de Lara y Daniel se cruzan en la visita a un piso en venta, pero quizás esta no sea la primera vez que se hayan encontrado”. Un largometraje de Alberto Gastesi que invita a reflexionar sobre el paso del tiempo y las decisiones que nos encaminan en una u otra dirección.
¿Recuerda la primera película u obra de teatro que vio en su vida?
La verdad es que no. Imagino que sería alguna de Disney seguramente.
Con las que hemos crecido todos.
Sí (risas). La verdad es que no tengo la típica película que haya visto y con eso haya decidido que tenía que dedicarme a esto.
Entonces, ¿qué fue lo que le atrajo de la interpretación, de dar vida a tantos personajes e historias?
Empecé haciendo teatro en la ikastola, porque a la que yo iba, en la Zurriola, tenía una escuela de teatro. Por un lado teníamos teatro como asignatura obligatoria y por otro era una opción dentro de las actividades extraescolares, y yo siempre la elegía. Había bastante cultura teatral en la ikastola. Y es verdad que me gustaba, pero yo era bastante tímida. Sin embargo, siempre me gustó todo lo relacionado con el teatro, la danza, el canto... Siempre hacía ese tipo de actividades. Y en realidad yo creo que las cosas se fueron dando. No fue algo muy planeado.
O sea que ya apuntaba maneras desde pequeña.
Pues eso parece (risas). No lo sentía como que tuviera claro eso, pero es verdad que luego a mi entorno no le extrañó nada. Entonces, a lo mejor sí que apuntaba maneras más de lo que yo pensaba (risas).
En todo este tiempo, ha participado en infinidad de producciones, en muchas de las cuales destaca su componente social. ¿Tiene algún requisito, o alguna preferencia, a la hora de aceptar un papel?
Hay momentos en los que tienes más opción de elegir que en otros. Por ejemplo, cuando estás empezando lógicamente no hay tanta opción. Y luego, va por momentos. No significa que porque hayas hecho un trabajo vayas a tener la oportunidad de elegir, pero sí que es verdad que con el tiempo, a lo mejor con ir trabajando un poco más y con la edad, voy mirando más las historias que se cuentan, o cómo es el personaje, en qué lugar se coloca... para ver los valores que se transmiten. Pero realmente en mi caso las cosas se han ido dando, no he elegido proyectos concretos para que ocurriera esto que dices. Sí que intento ver que lo que se cuenta me interesa, que me aporta a mí y que creo que puede aportar al espectador, pero creo que todo tiene su valor, su público y su momento.
Entre las producciones más destacadas de su carrera están El secreto de Puente Viejo, Los renglones torcidos de Dios, Patria... ¿Qué se lleva de cada uno de estos proyectos?
Pues normalmente el proceso en sí, porque no sé si es que he tenido mucha suerte con los equipos o qué, pero en general siempre he estado muy bien rodeada y han sido procesos muy enriquecedores a nivel personal y profesional. Entonces, en general, me llevo sobre todo los equipos. Porque al final lo que sale de un proyecto, la repercusión que pueda tener o que le guste más o menos a la gente, no lo sabes cuando lo estás haciendo, y tampoco tiene para mí mucho sentido pensar en ello mientras estoy en el proceso.
Además, es añadirse presión, ¿no?
Sí. Totalmente. Sobre todo últimamente, porque en Patria, Los renglones torcidos de Dios, La chica de nieve... los espectadores ya tenían referentes de los libros, y es muy fácil ponerse una presión añadida de lo que está esperando la gente ver. Y con esa presión a mí me parece muy difícil trabajar y concentrarte en lo que tienes que hacer. Entonces, yo disfruto mucho de los procesos con el equipo y sobre todo es eso lo que me llevo. Pasamos tanto tiempo en los rodajes que muchas veces te llevas gente para siempre. Eso es muy importante. También tener la oportunidad de ser diferentes personas, de dar voz a diferentes personajes... es la suerte de estar trabajando.
De Patria también se lleva el Platino y el Feroz a mejor actriz de reparto, ¿no?
Eso fue una pasada, la verdad (risas). Ahí pasó un poco lo mismo. Nosotros en el proceso tampoco éramos muy conscientes de la presión añadida sobre la novela. Además, al hacerlo como en casa, porque casi todos nos conocíamos y era un ambiente muy familiar, no eras consciente del alcance que podía tener. Luego fue una sorpresa bastante grande, y que vinieran estos reconocimientos fue un regalo. Al final, los premios son lo que son, pero es verdad que que reconozcan un trabajo del que estás contenta de haber participado, siempre es una alegría. La verdad es que fue un año muy bonito.
¿Qué siente que ha supuesto que se contara la historia detrás de Patria?
Lo que siento, por lo menos en mi entorno, en entornos diferentes además, es que el contar esta historia ha dado pie a muchas conversaciones, que al final creo que es el objetivo de contar una historia. Yo he tenido conversaciones muy interesantes con personas de todo tipo. Y creo que si ha servido para eso, el objetivo ya está cumplido. Y no solo la serie, sino que mi personaje era eso lo que transmitía, el diálogo.
Antes hablaba de La chica de nieve, y es que recientemente ha dado vida a Ana, la madre de una niña desaparecida. ¿Qué supuso para usted ponerse en esa piel?
Es verdad que lo he sentido mucho en las madres y en los padres que han visto la serie y nos lo han comentado. Todos podemos sentirnos identificados con la pérdida, con el dolor que supone una pérdida, porque casi todo el mundo hemos perdido a alguien. Pero una desaparición es terrible. No me lo puedo ni imaginar. Entonces, nos hemos intentado acercar, tanto mi compañero Raúl (Prieto) como yo, a ese dolor con el mayor respeto posible; siempre haces equipo, pero en este trabajo siento que hemos hecho mucho equipo Raúl y yo. Fue muy intenso, porque todas las escenas eran muy complicadas, con mucha carga emocional, y era difícil la verdad. Pero estamos contentos con el trabajo.
Lo que está claro es que el público se ha rendido a la serie.
Nos hemos quedado alucinando. Yo no sé si quizá pienso poco en el efecto que pueda tener o no, pero lo prefiero así (risas) porque me quito cierta presión. Pero sí que es verdad que a la semana de estrenarse se colocó como lo que más se había visto en el mundo, y era alucinante. De repente te entra la risa porque no entiendes nada. De hecho, ya han anunciado que habrá más temporadas, aunque no es mi caso porque mi personaje termina ahí. Pero me alegro por todo el equipo, que si ha funcionado ojalá haga mucho más.
Ahora vuelve a la gran pantalla con Gelditasuna ekaitzean. ¿Qué nos vamos a encontrar en esta nueva producción?
Una historia sobre hacerse mayor, sobre las decisiones que vamos tomando en la vida y que nos van marcando el camino, y un poco también sobre los caminos que vamos dejando atrás por las decisiones que vamos tomando. Es una película muy íntima que hace reflexionar bastante a quien la ve, y que aparentemente te está contando algo sencillo, pero en realidad te invita a hacerte muchas preguntas y echar la vista atrás. Creo que es muy interesante. Hemos estado en diferentes festivales, además de en Donostia, y se están creando unos coloquios muy interesantes. Así que es un proyecto especial para nosotros, muy personal, hecho también entre amigos y familia, y tiene una estética muy bonita. Vemos una Donostia diferente, y en cuatro tercios. Entonces, creo que va a ser muy bonito. Ojalá la gente vaya al cine, porque creo que las películas en el cine no tienen comparación.
Y en ese reflexionar de qué camino escogemos y cuál dejamos atrás, ¿alguna vez se ha planteado cómo sería su vida si no hubiese sido actriz?
Sí, algunas veces ya me lo he preguntado a mí misma. Aunque no sé lo qué hubiera pasado porque a la edad en la que toca tomar decisiones no lo tenía nada claro. Además, no sabemos dónde vamos a acabar, y si lo piensas, tampoco tiene mucho sentido pensar qué hubiera sido de uno si hubiera tomado otra decisión... Estamos aquí y este es el camino que tenemos, aunque todo puede cambiar.
Aquí da vida a Lara, una joven que vuelve a casa. ¿Cómo ha sido este papel? ¿Tienen aspectos en común?
La verdad es que sí. No tanto con las cosas que le pasan al personaje, sino que hay muchas similitudes porque Lara es una chica a la que vemos estudiando en Donostia con veinte años. Luego se va a vivir fuera, vuelve y se encuentra la ciudad cambiada. De alguna manera, para mí no era difícil ponerme en la piel de Lara, porque yo llevo diez años fuera y cada vez que vuelves a casa está igual pero no. Sí que veía parecidos, podía entender bien lo que estábamos haciendo. Además, a Alberto (Gastesi) lo conozco desde hace mucho, e íbamos creando el personaje juntos y hablando mucho. Creo que Lara tiene mucho mío. Es inevitable.
La de actriz es además una profesión que obliga a viajar mucho, como comenta. ¿Hay algo que eche de menos de Donostia cuando está fuera?
Sí, sobre todo no tener el día a día con los míos. No es simplemente que eche de menos a la familia, porque yo intento ir un montón y me veo mucho con mi ama, pero no tienes el día a día porque no vives allí. La vida va pasando y a veces eso crea un poco de conflicto interno, y piensas Jo, te estás perdiendo cosas. Pero es que todo no se puede, el trabajo requiere a veces no estar en casa y es lo que hay.
Lo que decíamos de seguir un camino...
Sí, exacto.
Si pudiera llevarse alguna cosa de casa, ¿qué elegiría?
Me llevaría alguna foto bonita, algo rico de comer...
¿Un buen tupper?
Eso por supuesto. Siempre que voy intento venir con tupper (risas).
Al final nuestra gastronomía es parte de nuestra seña de identidad.
Totalmente. No podemos evitar comentarlo. Siempre que hablo de Donostia, de Euskadi, de casa, siempre sale el tema de la comida. Pero es así (risas).
En ese sentido, ¿hay algún plato estrella que no pueda faltar en su menú?
Sin duda, la tortilla de patata. Lo más básico del mundo, pero no puede faltar.
El futuro, ¿qué le depara a partir de ahora?
Tengo por estrenar una película de Carlota Pereda, y también algún otro proyecto. Por suerte estoy trabajando y no me puedo quejar. Ojalá pueda seguir trabajando y podamos hacer más proyectos en casa.