La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, lamentó ayer la “competición a la baja” en materia fiscal que están llevando a cabo algunas comunidades autónomas, especialmente las gobernadas por el PP como Madrid o Andalucía, pero también Valencia, con un presidente socialista que ha optado por bajar impuestos, lo que ha generado un intenso debate en Moncloa y en las filas del PSOE.
Pese a compartir siglas con Ximo Puig, a Calviño no le gusta la medida adoptada por el barón valenciano para bajar impuestos vía IRPF en la región y, preguntada al respecto, la contrapuso a la política fiscal “responsable” del Gobierno español.
“Aquí lo que hay es una política fiscal responsable o no y desde el Gobierno hemos venido llevando a cabo una política fiscal responsable, que es la que recomienda la Comisión Europea, el FMI, la OCDE y el Banco Central Europeo”, señaló Calviño en declaraciones a Telemadrid.
Puig defiende su decisión
Por su parte, el president valenciano, Ximo Puig, defendió sus medidas fiscales y calificó de “política social” la reforma de bajada de impuestos, ya que “intenta dar respuesta a los problemas de la ciudadanía” y “ayudar a quienes tienen más dificultad en un momento de carestía general”.
“En el ámbito de nuestras competencias, queremos hacer una política social lo más efectiva posible”, añadió el barón socialista, que quiso dejar claro que su propuesta “no va contra nadie” y que “no es una reforma fiscal para deslocalizar”, sino para “beneficiar a las personas que tienen más dificultad”.
Puig concluyó recalcaldo que su política está “absolutamente alineada con la UE y otros organismos internacionales”.