Economía

Cambiar de banco es ya más rápido y sencillo, pero no debes cometer estos errores

Las entidades se han resistido a implantar la nueva normativa de 2019 y el Banco de España alerta de las trabas que a las que se agarran algunos bancos
Una persona realiza una operación en efectivo en su entidad financiera.

Cambiar de banco es, en teoría, tan sencillo como cambiar de compañía eléctrica, de operadora de telefonía o de cualquier empresa de servicios. Sin dar más explicaciones y con un procedimiento más o menos sencillo.

La pereza, el miedo a los trámites engorrosos, la posible incidencia del cambio sobre algunos cobros o pagos, o una fidelidad desmedida con nuestro banco son las principales causas de que los usuarios no cambien de entidad pese a que las encuestas señalan que dos de cada tres están dispuesto a hacerlo.

Sobre todo en busca de menos comisiones, más rentabilidad para sus ahorros y una hipoteca más llevadera.

La banca garantiza ya la portabilidad de las cuentas bancarias más tarde de lo que hubieran deseado los clientes. La normativa que obliga a los bancos a proceder al traslado de cuentas tras la petición de un cliente se remonta al año 2019, aunque el Banco de España presionó al sector financiero en 2022 antes algunas algunas cuestiones aún incumplidas. Sobre todo a ciertas trabas administrativas de los bancos que demoraban en exceso (hasta casi un mes) un procedimiento casi automático y rápido.

Desde la entrada en vigor de la nueva normativa de en 2019 sobre la ley de traslado de cuentas de pago, cambiar una cuenta de banco solo requerirá un sencillo trámite: facilitar a tu nueva entidad el antiguo número de tu cuenta, algunos datos personales y todos los pagos y cobros que quieras llevarte. El resto de los trámites para que esta portabilidad bancaria se haga realidad serán responsabilidad de tu nuevo banco, que te tendrá que pedir al antiguo –en un plazo máximo de dos días- un listado con las transferencias y domiciliaciones habituales que tenías, una transferencia de tus ahorros y el cierre de tu antigua cuenta.

Con toda esta operativa ya formalizada y con tus datos personales y financieros ya en su poder, tu nuevo banco tendrá cinco días para asegurarse de que tus pagos y transferencias se trasladan correctamente a tu nueva cuenta.

Por ley, el proceso completo no se alargará más de 12 días. Es decir, los dos días que tiene tu nueva entidad para pedir información a la antigua y que esta cierre tu cuenta; los cinco días que tiene tu antiguo banco para cumplimentar los trámites que le solicita el nuevo; y los cinco días que tiene tu nuevo banco para asegurarse de que todo funciona correctamente.

El nuevo debería encargarse de realizar diligentemente todo el proceso ya que además de tratar con esmero a un nuevo cliente en sus primeros pasos, la ley le obliga a realizar los cambios pertinentes sobre nóminas, pensiones, cobro del paro, transferencias, domiciliaciones, hipotecas, etc.

Cambiar de cuenta es pues relativamente sencillo, aunque al hacerlo no debes cometer algunos errores que pueden pasarte factura, según los expertos de HelpMyCash.

Comparar las ofertas de varias entidades. Debes asegurarte de que el cambio sirve para contratar una de las ofertas más atractivas y que mejor se adaptan a tus necesidades.

No cerrar tu antigua cuenta. Si procedes al cambio sin cerrar tu cuenta anterior podría acarrearte problemas como, por ejemplo, que tu antigua entidad empiece a cobrarte comisiones por incumplir requisitos que antes sí respetabas y que esto te deje en números rojos.

No revisar y comprender la letra pequeña de tu nueva cuenta. Antes de mudarte a otra entidad revisa el condicionado y la letra pequeña para comprender bien sus condiciones y requisitos. De lo contrario, podrían llegar a cobrarte comisiones o a pedirte que cumplas con ciertas exigencias de los que no tenías conocimiento y que acabará restando atractivo a la oferta que acabas de contratar.

Cerrar tu antigua cuenta antes de lo debido. Si cierras tu cuenta antes de verificar que el traslado de todas las domiciliaciones se ha realizado correctamente, es probable que tus proveedores de facturas del hogar no puedan pasar tus recibos y acaben considerándote como un cliente moroso. Esto derivaría en que acabarías entrando en un fichero de impagados, lo que te dificultaría, por ejemplo, que pudieras pedir un préstamo o una hipoteca hasta que solucionaras el problema.

11/12/2023