El Gobierno de coalición irlandés cerró este sábado un cambio de poder inédito en este país con el nombramiento del democristiano Leo Varadkar como nuevo primer ministro en sustitución del centrista Micheál Martin, que le releva en el puesto de viceprimer ministro.
Varadkar, de 43 años, regresa a un cargo que ya ocupó entre 2017 y 2020, cuando se convirtió en el jefe del Ejecutivo más joven de la historia de la tradicional y católica Irlanda, y al que llegó con aires de reformista por sus orígenes indios (por parte de padre) y declararse abiertamente gay.
El relevo de poder se desarrolló hoy sin grandes celebraciones ni dramatismo, en la misma línea con que se asumió el reparto de esta legislatura en el pacto de gobierno alcanzado por los dos grandes partidos nacionales tras las elecciones de 2020, el Fianna Fáil de Martin y el Fine Gael de Varadkar, rivales desde la Guerra Civil irlandesa (1922-1923).
Por eso, el nuevo "Taoiseach" (primer ministro) quiso rendir un homenaje a su ahora "numero dos", de 62 años, tras recibir el apoyo de la Cámara Baja de Dublín (Dáil) a su candidatura, con 87 votos a favor y 62 en contra.
"Quiero aprovechar la oportunidad para felicitar a Micheál Martin por el liderazgo que ha mostrado como 'Taoiseach', por poner el interés del país por delante de la política, y por aportar tranquilidad y esperanza en estos tiempos difíciles", agregó Varadkar.
DOS PARTIDOS UNIDOS ANTE LA PANDEMIA Y EL BREXIT
Se refería así a la altura de miras y fama de "gestor fiable" que se le atribuyen al líder centrista, tras afrontar un mandato de poco más de dos años marcado por la pandemia de coronavirus y el Brexit, asuntos que, de manera generalizada, ha abordado con cierto éxito.
No obstante, ha habido pocos avances en otras cuestiones clave para el futuro del país y Varadakar hereda una grave crisis de vivienda, agravada por la llegada de miles de refugiados de la guerra en Ucrania, un aumento de la inflación y un repunte en el coste de la vida, al tiempo que su propio partido comienza a dar muestras de nerviosismo ante la proximidad de las elecciones generales previstas para 2025.
Asimismo, deberá reforzar la diplomacia con el Reino Unido para encauzar las negociaciones que mantienen Londres y Bruselas sobre el Protocolo del Brexit para Irlanda del Norte, un asunto que ha deteriorado en los últimos años las relaciones entre Irlanda y el Reino Unido y que mantiene suspendido el Gobierno autónomo de Belfast, de poder compartido entre nacionalistas y unionistas.
Esa será una de sus prioridades cuando mantenga su primer encuentro con su colega británico, Rishi Sunak, con quien comparte cierto bagaje cultural, ya que el jefe del Gobierno de Londres también tiene raíces indias.
EL ASCENSO IMPARABLE DEL SINN FÉIN
Serán otros dos años y medio durante los que tanto Fine Gael como Fianna Fáil seguirán mirando por el retrovisor el imparable ascenso del nacionalista Sinn Féin, antiguo brazo político del ya inactivo IRA y ganador de las pasadas elecciones generales, si bien no pudo formar un Gobierno de izquierdas por la falta de apoyo de independientes y partidos minoritarios.
Su líder, Mary Lou McDonald, rechazó este sábado la candidatura de Varadkar al puesto de "Taoiseach" y pidió el adelanto de las elecciones generales.
La dirigente republicana acusó a la coalición de "estar en el centro de las crisis" que han afectado al país "durante la pasada década", con protagonismo absoluto para los dos partidos "que se han repartido el poder durante más de un siglo".
"Leo Varadkar cree que tener el poder le exime de rendir cuentas", dijo McDonald, quien le instó a convocar una cita con las urnas para que sea la ciudadanía la que decida sobre este cambio de gobierno, que calificó de "cosmético".
La líder de la oposición consideró que la coalición, que completa el Partido Verde, ha acentuado los problemas que afectan al país, como la crisis de la vivienda y de la sanidad o el alza del coste de la vida, que ha ralentizado el crecimiento de la economía irlandesa.
Con estos asuntos en el centro de su programa electoral, el Sinn Féin fue el partido más votado en los comicios de 2020, pero McDonald no logró formar una coalición de izquierdas con independientes y partidos minoritarios, lo que dio paso a un Ejecutivo de rivales históricos.
Las encuestas siguen situando al Sinn Féin como el partido más popular de Irlanda y anticipan otra victoria republicana en las urnas, abriendo la puerta a un Gobierno en teoría más progresista que también tratará de avanzar en el objetivo histórico de unificar Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte.