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Cómo la empresa alavesa redobla su apuesta por la descarbonización

Las industria quiere reducir su impacto ambiental
Vista aérea de la ciudad de Vitoria desde un globo; al lado, público en el congresao de ayer en el Palacio Europa y, debajo, César Moñux, Ramiro González y Gorka Urtaran. | FOTO: C.B./PILAR BARCO
Vista aérea de la ciudad de Vitoria desde un globo; al lado, público en el congresao de ayer en el Palacio Europa y, debajo, César Moñux, Ramiro González y Gorka Urtaran. | FOTO: C.B./PILAR BARCO

Mercedes va a electrificar su planta de fabricación de vehículos de Vitoria con un anuncio de inversión de 1.200 millones de euros. Michelin sacó el pasado año al mercado su primer neumático ecológico. PepsiCo tiene en su haber la primera botella hecha con material cien por cien reciclable. CIC Energigune desarrolla las baterías en estado sólido, la nueva generación.

Son ejemplos de empresas alavesas que ya están en el camino de la descarbonización, es decir, que buscan la manera de mitigar los malos efectos que su producción deja en el planeta, al igual que los hay en la industria alavesa del vidrio, reciclaje, transporte y bodeguera, entre otras.

Experiencias de este tipo expuso ayer la iniciativa privada alavesa en el congreso sobre descarbonización celebrado en el Palacio Europa de Vitoria, en el marco de los actos de celebración del décimo aniversario del galardón Green Capital 2012 que hace diez años alzó a Gasteiz a lo más alto de pódium medioambiental. Así, entidades públicas y privadas comparten su visión acerca de las implicaciones de la descarbonización de la economía. Coinciden las empresas en que descarbonización es sinónimo de inversión y, precisamente, el actual no es el mejor escenario, en un contexto internacional complejo y tensionado por la guerra de Ucrania y por el alto precio de la energía.

Coinciden igualmente las empresas en que no pueden reducir ellas solas las emisiones de gases contaminantes, ya que la descarbonización es un trabajo en cadena que implica también a la ciudadanía y a las instituciones. Y es ahí donde ponen la mirada en los bancos, que son los que pueden financiar el gasto que conlleva el camino hacia la descarbonización, y en los gobiernos, responsables de poner las herramientas e infraestructuras necesarias para conseguirlo.

¿Cómo pueden las empresas y la sociedad alavesa posicionarse de la mejor forma posible en torno al reto de la descarbonización? He ahí la clave a la que sector público y privado intentan dar respuesta ante el reto de una Vitoria y Álava neutras en carbono en el horizonte 2050.

“Descarbonizar significa minimizar los efectos de la producción de la empresa en el entorno, pero no lo puede hacer sola”, subraya Asier Maiztegi, de Tecnalia. Y pone como ejemplo el caso del sector vitivinícola, donde el 70% de las emisiones se dan en la fabricación de los envases, así que la bodega lo tiene complicado si su proveedor no se pone las pilas y hace el trabajo. “Moraleja: uno no se descarboniza solo”, subraya Maiztegi.

Vivir o morir en el intento

Tecnalia pone el foco en cómo afrontar la descarbonización con criterios de competitividad partiendo de la realidad actual, compleja y plagada de incertidumbre, que “no sabemos a dónde nos va a llevar”, reconoce.

En su intervención resalta la importancia de llegar a un compromiso global de todos los países que ahora no se da porque Europa camina a contracorriente, hace sus deberes y reduce las emisiones, pero el eje asiático no. “Así no vamos a llegar a ser climáticamente neutros; sin embargo, tenemos que hacerlo porque eso beneficia el nivel de bienestar de la ciudadanía”, apunta.

Difícil lo tienen las empresas a la hora de afrontar su descarbonización porque necesitan dinero para invertir y el actual no es el momento más idóneo. “Con el precio de la energía por las nubes, las empresas se ven obligadas a tomar decisiones para sobrevivir”, afirma el responsable de Tecnalia. Al coste de la energía se suma la presión fiscal y otros factores, por lo que una de las maneras es “alcanzar soluciones a corto plazo para que las empresas puedan sobrevivir”, dice.

Contundente se muestra al asegurar que los próximos dos, tres o cuatro años, “la situación va a ser complicada para las empresas, no lo vamos a pasar bien y, sin embargo, tenemos que seguir adelante hacia la descarbonización”. Es ahí donde llama a las entidades financieras a aportar su granito de arena, ya que “hay proyectos que se caen por falta de financiación”; a los gobiernos, a construir la infraestructura necesaria que dé soporte a un transporte y movilidad más sostenibles, y a la propia UE, a no dar vaivenes que desestabilizan a las empresas.

Y es que, como el propio nombre del congreso indica Descarbonización, industria y ciudad son el equilibrio clave a mantener en la toma de decisiones. En el caso de Michelin, las tres patas a equilibrar son personas, resultados y planeta. “Es lo que permitirá mantener durante años esta fábrica”, resalta César Moñux, de la planta alavesa de neumáticos.

Michelin camina desde hace 57 años junto a Vitoria. “Lo importante es que nuestra fábrica continúe durante años entregando neumáticos cuando los compradores los necesiten y que se lo puedan permitir; es vivir o morir, y nuestro sueño es entregar la fábrica a las siguientes generaciones, así que no queda otra que superar las dificultades y convertirlas en oportunidades”, considera Moñux.

Menos CO₂

La regeneración de polígonos industriales y su conversión a espacios urbanos bajos en carbono es otra manera de convertir las dificultades en oportunidades y avanzar hacia la descarbonización, según explica Maite de Diego, de Ferrovial. Es el reto que se ha marcado esta firma al considerar que los polígonos industriales tienen que dejar de ser lúgubres espacios oscuros por los que casi nadie transita por la noche y convertirse en atractivos lugares de trabajo con zonas verdes, transporte sostenible para las plantillas, iluminación adecuada, etcétera, ya que “eso es lo que va a generar riqueza a la ciudad”, sostiene De Diego.

“Hay tecnología para lograrlo, pero las empresas no podemos hacerlo solas porque los polígonos industriales de las ciudades, esos grandes olvidados, no sólo necesitan convertirse en espacios atractivos de la valla hacia adentro sino también de la valla hacia afuera”. Y ahí es donde Ferrovial llama a implicarse a las instituciones para llevar la movilidad y transporte sostenible hasta las áreas empresariales.

En el congreso se escuchan igualmente experiencias e intervenciones de Kutxabank, Parque Tecnológico de Álava, PepsiCo, Eroski y Mercedes, con su ponencia Ambition 2039, un modelo productivo eficiente y altamente competitivo bajo en carbono.

Lograr ser una ciudad neutra en carbono, con la complicidad de la ciudadanía y de las empresas, va a hacer que se multipliquen los beneficios ambientales y de salud, pero también los económicos, considera la concejala de Territorio y Acción por el Clima, Ana Oregi. Reducir las emisiones de CO₂ es uno de los retos para llegar a esa neutralidad climática porque el impacto del cambio climático ya está aquí. “Lo hemos visto con este verano severo que hemos vivido”, apunta el diputado de Medio Ambiente. “Por eso hay que trabajar con ahínco y con la convicción de que podemos alcanzar los retos planteados”, considera Josean Galera.

Al igual que el Ayuntamiento de Vitoria, la Diputación de Álava también tiene un plan, una estrategia climática en la que “los 51 municipios del territorio tienen un paraguas bajo el que trabajar, al igual que las empresas”. Y anuncia un plan de incentivos que la institución foral va a poner sobre la mesa para acompañar a las empresas en su camino hacia la descarbonización mateniendo su competitividad.

2022-10-09T07:18:07+02:00
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