Cannaenea es la casa del cáñamo, como reza su eslogan. Situada en el número 4 de la calle Curia de Pamplona, es la primera tienda en Navarra que ofrece una gama integral de productos, del textil a la alimentación pasando por la cosmética.
Pero no solo eso: también una distribuidora creciente de las novedades de un sector en auge. Y un espacio de divulgación sobre un material que va a más, que tiene un potencial tremendo en el ámbito industrial y que ya despunta en Navarra, donde el Gobierno foral sigue de cerca las tendencias a través de la Asociación Navarra para la Investigación del Cáñamo (ANIC), presentada a finales del año pasado por la consejera de Desarrollo Rural, Itziar Gómez. Y Cannaenea, como ya se vio en el Foro Hiria organizado recientemente por DIARIO DE NOTICIAS, está acompañando en todo ese proceso.
El origen
Lo cuenta Fermín Valls Platero (Pamplona, 9 de julio de 1993), administrador de la casa del cáñamo. El proyecto le rondaba la cabeza desde hace tiempo, pero no tomó forma hasta julio de 2020. Fue en un viaje a Barcelona, ciudad importante en este sector. “Ahí nos dimos cuenta de que no solo queríamos ser una tienda de CBD”, explica Fermín.
Son las siglas del cannabidiol, como se conoce a uno de los compuestos terapeúticos de la planta y que no es psicoactivo. “Las tiendas de CBD son la continuación natural de los grow shop y están centradas principalmente en el uso recreativo del cáñamo”, explica. “Y nosotros no queríamos eso”. La planta tiene mucho más potencial y Cannaenea se propuso explorarlo. “Al final, la casa se puso en marcha con una vocación humana, para unir y mejorar. Esa es la prioridad. Lo que pasa es que vemos en el cáñamo la herramienta perfecta”.
Cannaenea vende y comercializa de todo. Las fibras de cáñamo, con mayor versatilidad que el lino y el algodón, sirven para confeccionar ropas y accesorios de calidad y duraderos.
Hay alimentación, grageas, infusiones, cerveza. Jabones, lociones, bálsamos, cremas y protectores labiales de marcas top en Europa y Estados Unidos, donde la industria va por delante gracias a una legislación más avanzada que en España, que ha tenido en las leyes un lastre pese al potencial innato del país.
Marca propia
Y una marca propia, Lorenea, de aceites de CBD y tinturas. Hay distintas concentraciones y es el producto estrella. “Hay gente que viene porque ha oído a una amiga que le va muy bien para el reúma”, cuenta Fermín, que asesora y recomienda sobre un producto que ayuda a descansar mejor y conciliar el sueño.
Pero es solo el principio del camino. De ahí que el Gobierno foral pusiera en marcha la ANIC a finales del año pasado. El cáñamo permite varios usos y las fibras de las futuras plantaciones, que han podido ser concebidas para otros fines, servirán para algo que ya es una realidad: la bioconstrucción.
“Navarra es puntera y tiene proyectos referenciales, como el de Agotzenea, y cuenta con personas como Iñaki Urkia, que son eminencias”, asegura. En Francia ya se emplea el cáñamo para la construcción de VPO. Y las fibras, que concentran más del doble de celulosa que los árboles, son un material prometedor en la edificación. Es un aislante estupendo y ya es una alternativa a la lana de roca. Ahí hay una oportunidad perfecta para cerrar el círculo virtuoso de un producto en ebullición, explica Fermín.
“ ”
De ahí los contactos con el Departamento de Desarrollo Rural, muy interesado en la circularidad del cáñamo. “La planta es buena de por sí, porque ayuda a limpiar y regenerar el suelo y el medio ambiente como pocas cosas”, comenta. Pero es que además tiene infinidad de usos industriales y es renovable anualmente.
Navarra ha captado este potencial y está tratando de posicionarse sobre el resto de comunidades para que la legislación sobre el tema, que es inminente en España, le pille en buena posición. Y ahí tendrán mucho que decir empresas como Cannaenea.