Capitanes de Lea Artibai y Busturialdea

La Academia de la Lengua echa mano de dos acepciones para calificar lo que es el dinamismo. Por un lado, resume la palabra como la “energía activa y propulsora”. Por otro, el término equivale a “la actividad, la presteza y la diligencia grandes”. Es decir, dos calificativos que van como anillo al dedo a Lea-Artibai y Busturialdea, dos comarcas de intenso atractivo natural habitadas por gentes que, lejos de quedarse prendadas por el maravilloso entorno del que disfrutan, están en constante movimiento. Que sea cual sea el objetivo o la meta, sea cual sea la realidad en la que se mueven, no caen en la inactividad. Y esa es precisamente una de las cualidades de las personas, colectivos y agrupaciones que DEIA Hemendik desea reconocer. En la XV edición de los premios, y en una celebración que se llevará a cabo en la iglesia de San Martín de Tours de Forua este próximo miércoles 28 de septiembre a partir de las 19.00 horas, se agradecerá la aportación que hacen personas como el premiado actor mundakarra Zorion Egileor, la médico de Forua Jone Aretxederreta, la Sociedad Deportiva Gernika en su centenario, Zerutxun Dantza Taldea de Markina-Xemein, la Comisión del Antzar Eguna de Lekeitio, el músico gernikarra Aitor Etxebarria, la agrupación Bermeoko Ziklistek y Eraman Jai Alai de Gernika-Lumo. Agilidad, eficacia, laboriosidad, movilidad, movimiento, rapidez, solicitud o energía son algunos de los sinónimos ligados a un dinamismo que en ambas comarcas, Busturialdea y Lea-Artibai, tienen las caras de los protagonistas de la entrega de premios.

Hay bailes típicos que llevan a uno a una localidad de la orografía de Bizkaia concreta. En el caso de la Xemeingo ezpata-dantza, el mahaigaineko y el zaragi dantza, uno se transporta irremediablemente a Markina-Xemein. Y es Zerutxu Dantza Taldea quien se encarga de ejecutarlas todas los años. Protectores del folklore más arraigado, sus miembros aseguran que la entidad “se creó como una ikastola en 1968 en la que también se impartían danzas. Hoy en día solo se dedica al baile”, según Oier Onaindia, uno de sus responsables. Sobre las características de las tres danzas, aseveran que “hay vestigios de que Xemeingo ezpata-dantza se bailaba hace 500 años, pero se perdió”, apunta Onaindia, quien reconoce que “la que se recuperó no era igual que la que se hacía entonces. Mediante diferentes escritos que se encontraron en casas y caseríos de Markina se creó el baile que se hace hoy en día”. Dos son las fechas claves en Markina-Xemein. Una es el 29 de septiembre, día de San Miguel, y el domingo de Carnaval. “Xemeingo ezpata-dantza se hace en las fiestas de Arretxinaga y ese mismo día a las doce de la noche es cuando se baila el mahaigaineko”, cuentan desde Zerutxu Dantza Taldea. Por último, el zaragi dantza se representa “el domingo de Carnaval”, cuando regresan al pasado para poner en valor el legado de este baile. Sin dejar caer además ese legado, el colectivo goza de una salud encomiable, al menos en cuanto a número de dantzaris.

Dinamismo también es enlazar uno tras otro proyectos -ya sean cinematográficos o de otra índole- que además en muchos casos se cierran con notable éxito. Es lo que ha hecho toda la vida el mundakarra Zorion Eguileor. Perejil de innumerables salsas, ya sea en su pueblo natal como en otros lugares, Zorion -hijo de Jose Mari, quien enseñara música a tantas generaciones de mundakarras enganchándolos para siempre a esta afición y quien fuera uno de los principales impulsores de los atorrak del archiconocido Aratuste costero- ha recibido el reconocimiento internacional a su trabajo como actor, locutor y cantautor al interpretar uno de los personajes principales en la película de terror y ciencia ficción El hoyo (2019), dirigida por Galder Gaztelu-Urrutia. De larga trayectoria, sin embargo, ha pisado muchos escenarios de teatro siendo además cofundador del grupo Akelarre y participante en el elenco de la obra El Florido Pensil -además, ha participado en infinidad de series de éxito-. Encadenando un trabajo tras otro sin parar, Eguileor es otro exponente de la pujanza de las comarcas. Incluso, y desde su atalaya como presentador de un programa radiofónico de Radio Popular de Bilbao, tuvo una participación directa en la gestación de la primera Aste Nagusia bilbaina. Por último, y como de casta le viene al galgo, es pianista y profesor de música con solo 17 años, grabando varios discos como cantautor.

Echando la vista atrás, sin duda alguna hay un periodo negro que paralizó las vidas de todos. Desde la actividad profesional hasta incluso tener que llegar a recluirse en casa. Aunque parezca un relato de ciencia ficción, hubo un tiempo en el que era impensable reunirse en grupo para algo tan simple como disfrutar de una película. Y aunque aún no se han apagado los rescoldos, todo indica que ya se van superando los efectos de la pandemia del coronavirus. Quienes estuvieron en primera línea saben de lo que hablan. Los sanitarios fueron los primeros luchadores contra el covid-19. Y más aún, quienes desde pequeñas localidades trataron de dar atención a los enfermos. Es el caso de Jone Aretxederreta, médico en Forua y Murueta, a quien le pilló de pleno la pandemia nada más aterrizar a la consulta forutarra. “Fueron tiempos duros, desde luego”, relata. “Pero más que a mi persona, creo que este es un premio a toda la profesión, a todos aquellos que arriesgando su propia salud lucharon para tratar de parar la pandemia”, incide.

Aretxederreta sabe de lo que habla. Vecina de Kortezubi, aboga por una atención de cercanía. “No es lo mismo trabajar en un gran hospital que en pueblos pequeños como Forua o Murueta, donde más que un paciente, acaban tratando con personas cercanas”. Ese trato de tú a tú, de vecino a vecino, es algo que llena a la kortezubitarra, quien vislumbra la apertura del nuevo consultorio médico de la localidad -en los bajos de lo que antes era el restaurante Torre Barri- con ilusión y también un punto de pena. “El consultorio está ubicado actualmente en el Ayuntamiento, y la verdad es que echaré mucho de menos a todas las trabajadoras del mismo; pero por otro lado disfrutaremos en breve de unas instalaciones mejores y acordes a los nuevos tiempos y que sobre todo, son importantes para todos los vecinos de Forua”.

Salir a la carretera para dar rienda suelta a su pasión rondando en bicicleta también es un sinónimo de dinamismo. De ello algo saben en el colectivo Bermeoko Ziklistek. Cada fin de semana se reúnen para tirar kilómetros y poder “disfrutar de nuestro deporte predilecto”. Así lo aseguran sus miembros, quienes enlazan su actividad física con un componente de solidaridad. Es una grupeta con fines solidarios. Solo hay que remitirse a los hechos. “El pasado año hicimos una marcha de 24 horas de duración, siempre con la solidaridad como guía”, aseveran. Y este mismo año se han embarcado en otra aventura, denominada TropELA Bira, consistente en unir las tres capitales de Euskadi, Donostia, Gasteiz y Bilbao, en este mismo orden, y en una sola sesión de ciclismo. Siempre teniendo como punto de partida y final el pueblo costero de Bermeo, dicho recorrido constó de 382 km y un desnivel acumulado superior a los 4000 metros de altitud. Y en todas las ciudades fueron recibidos por los alcaldes, además de que muchos se animaron a hacer unos kilómetros. “Nos gusta andar en bici, desde luego. Pero también intentamos que a nuestro esfuerzo se le una un componente de ayuda a un colectivo que lo necesite”, aseguran. De hecho, “y aún siendo un pequeño gesto”, sus salidas semanales siempre concluyen “tomando un café”, e incluso en esas citas, todo el dinero que sobra la suelen donar. Un ejemplo de esfuerzo trufado de ayuda al prójimo. Además, y aprovechando la coyuntura, sus miembros insisten en la necesidad de repetir una peligrosa situación a la que deben hacer frente día a día que salen a la carretera. “Somos un vehículo más”, apostillan, acerca de la más que necesaria convivencia respetuosa entre ciclistas y automóviles.

De movimiento, de dinamismo, también pueden impartir un máster desde Eraman Jai Alai. Punto de confluencia de los cestalaris profesionales de Gernika-Lumo, han cambiado recientemente de nombre pero mantienen inalterable su propuesta de siempre por hacer de la cesta punta un deporte aún más atractivo. A la velocidad de los pelotazos se les unen componentes como la música, las luces... “Reenganchar a la afición, sobre todo a la más joven, pero sin perder el alma de un deporte que tanto nos ha dado durante tantas décadas”. Quien habla, Gaizka Muniategi, sabe lo que dice. No en vano, arrancaron en 2015 bajo esa filosofía y han llegado a llenar hasta reventar el Jai Alai de la localidad foral en varias ocasiones. Dentro de su propuesta tiene un hueco especial el Winter Series, que pusieron en pie el pasado año y tan buenos resultados ha dado. Su segunda edición de este año viene cargado de novedades. “Arrancaremos el 31 de octubre, en pleno día de la feria del Último Lunes de Octubre y vamos a duplicar las jornadas”, adelanta. Serán seis parejas en un todos contra todos que, sin duda, hará las delicias de la cátedra pelotazale. Y seguirá haciendo que Gernika-Lumo extienda su ligazón con la cesta punta. Corazón de la modalidad, en todo caso Eraman no desdeña la opción de extender sus tentáculos a otros puntos calientes para el deporte como Durango o Markina-Xemein.

Otro exponente de la pujanza de Gernika-Lumo es Aitor Etxebarria. El compositor es autor de una obra sinfónica y coral en memoria del terrible bombardeo que padeció su villa natal el 26 de abril de 1937. Protagonizado por la Luftwaffe nazi y la Aviazione Legionaria, que descargaron toneladas de bombas hasta arrasar la mayor parte del municipio -se calcula que el 85% de los edificios sucumbieron a la enorme bola de fuego en la que se convirtió Gernika-, el paso del tiempo no conseguirá borrar jamás el sufrimiento experimentado. Y siendo vecino del municipio, Etxebarria alumbró la obra Gernika 85, que fue presentada en Bilbao y en Gernika-Lumo, “un momento de creación” con el que quiso rendir homenaje a su pueblo. En todo caso, el gernikarra ha buceado en la siempre complicada escena de la música electrónica internacional -El_Txef_A era su nombre de guerra- o la creación de piezas para series televisivas o cinematográficas -caso de Markak-, con las que también ha logrado el reconocimiento del público. Nueva York, Berlín, Barcelona... Muchas han sido las ciudades visitadas por el joven, pero siempre ha apostado por la vuelta a sus raíces, a su pueblo.

En un lejano 1922 fueron puestos los cimientos de un club que 100 años después sigue dando rienda suelta a la afición por el fútbol en Gernika-Lumo y por ende toda Urdaibai. Se trata de la Sociedad Deportiva Gernika Club, quien fuera puesta en pié -no sin dificultades- de la confluencia entre el Gernika Sport y el Atletico Guerniqués, siendo certificadas su reglamento ya unificado “un domingo 21 de enero de 1923”. Desde entonces, muchos son -incluso con nombres que han llegado a primera con el Athletic Club como Rafa Iriondo o Mauricio Ugartemendia- los que han tenido acomodo en el club blaquinegro. Moviéndose actualmente en el tercer escalafón del fútbol -la Segunda Federación- e incluso con una participación en la Copa del Rey en ciernes, “nuestro propósito es hacer el mejor papel posible en la categoría en la que estamos”, informa su presidente Koldo Zabala. Con 19 equipos en toda su estructura, “desde la directiva hemos agarrado un testigo que ya sabemos que debemos dejar en un futuro, y por eso tratamos de que el SD Gernika Club sea una entidad modélica”, cita. Con un pasado encomiable y un futuro que se asoma importante, el club celebra en la presente temporada un centenario en el que ya ha dibujado algunas de sus líneas maestras. Todo sea por seguir imprimiendo dinamismo al club, esa cualidad tan en boga entre las personas y las entidades premiadas en la nueva edición de los DEIA Hemendik Sariak a celebrar este miércoles en Forua.