Sigue empeñada en convertirse en actriz, en alzarse como la Lindsay Lohan española, pero de momento la suerte no le acompaña. Incluso las malas lenguas afirman que tampoco el talento. De hecho, hace varias semanas sufrió la cancelación de la obra de teatro de Rafael Amargo en la que trabajaba como intérprete. Su única fuente oficial de ingresos. Un drama tras el que la sobrina rebelde de la reina Letizia se ha aferrado con ilusión al proyecto de su nuevo corto: Cambio de giro, escrito por Josele Román y dirigido por el amigo de Kiko Hernández, Fran Antón. Una producción grabada por cierto en tiempo récord que cuenta la historia “de una joven que quiere abrirse camino en el mundo del baile, pero no lo tiene fácil porque tiene que hacer frente a varios problemas ocasionados por el acoso de un grupo de pandilleros”, según detallaba la pasada semana la revista Diez Minutos.
En realidad, es un cortometraje “con signos de espejo” con el que Carla interpreta a alguien que pelea por sus sueños y no tiene intención alguna de rendirse. Como ella en la vida real. Porque, todo sea dicho, la joven no para de tropezar con piedras en el camino. Algunas de ellas de gran tamaño, como el plantón que le dieron la misma noche del estreno. Y es que el director del corto, en una actuación incomprensible, decidió no acudir en el último momento a la sala La Reserva, donde debía proyectarse la cinta. Aunque las malas noticias no terminaron ahí. ¡Para nada! Debido a problemas técnicos, finalmente tampoco se pudo emitir el cortometraje.
Todo un bajón para la que iba a ser la gran noche de la sobrina de la reina. Eso sí, Carla Vigo estuvo bien acompañada por grandes amigos y amigas, como la gran hermana Amor Romeira. Letizia ni estaba ni se le esperaba. Lo mismo que su exnovio Álvaro Uceda.